Perú: El presidente PPK se tambalea ante acusaciones de corrupción

Comienza proceso de destitución de Kuczynski

El presidente Kuczynski llama el proceso en su contra un "golpe de Estado disfrazado".

El presidente Kuczynski llama el proceso en su contra un "golpe de Estado disfrazado". Crédito: EFE/Ernesto Arias

LIMA – El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, podría ser destituido, en un proceso que ha iniciado el Congreso por lo que llaman una “incapacidad moral permanente”.

Ante la celeridad del proceso iniciado en el Parlamento, el jefe de Estado le pidió a su primer vicepresidente, Martín Vizcarra, designado embajador en Canadá en septiembre último, que retorne a Lima para reunirse con él en Palacio de Gobierno.

En declaraciones a los periodistas, Vizcarra reiteró su lealtad al mandatario y confió en que “se aclaren todos los conceptos que generen duda en la población”, respecto a la relación de Kuczynski con la empresa brasileña Odebrecht.

El primer vicepresidente es el llamado a suceder a Kuczynski en el caso de que el Parlamento lo destituya, si la vacancia reúne el voto de 87 legisladores de un total de 130 representantes.

La bancada mayoritaria en el Congreso, formada por la fujimorista Fuerza Popular, adelantó su respaldo a Vizcarra para que asuma la presidencia de la República, en el caso de que la destitución de Kuczynski sea aprobada.

El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, pidió hoy a los congresistas que “salven la democracia” y rechacen el pedido de destitución que ha presentado la oposición política, tras negar haber favorecido a la empresa brasileña Odebrecht o mentido en su relación con esa constructora.

El jefe de Estado se presentó ante el pleno del Legislativo para defenderse de la moción de vacancia por incapacidad moral permanente, solicitada por la asesoría financiera que su empresa Westfield Capital dio a Odebrecht entre 2004 y 2007 por un proyecto de irrigación en Perú.

“Pido profundas disculpas y espero que el Parlamento entienda la magnitud del error que pretenden cometer (…), el daño no me lo harán a mí, sino al país”, expresó Kuczynski.

El mandatario solicitó a los legisladores que “actúen en consecuencia, pues está en sus manos salvar la democracia o hundirla por mucho tiempo”.

“En esta vacancia no se trata de PPK (como se conoce al gobernante), se trata del futuro de nuestro país, de la República que queremos heredar a nuestros hijos”, enfatizó.

Kuczynski reiteró su invocación a los legisladores para que actúen “con sensatez” y les dijo que no se pueden dejar “gobernar por rencillas políticas y afanes personales”.

El jefe de Estado también pidió disculpas porque, según dijo, debió “ser el primero en advertir las dificultades para sanar las heridas, tras la contienda democrática” de 2016, en las que venció por estrecho margen a la actual líder opositora Keiko Fujimori.

El pedido de destitución del mandatario es apoyado por el izquierdista Frente Amplio y la fujimorista Fuerza Popular, que suman 79 votos, de un total de 87 requeridos para que el pedido de destitución sea aprobado.

“No está en juego mi permanencia en el cargo, está en juego la estabilidad democrática, no apoyen una vacancia sin sustento, porque el pueblo no olvida, ni perdona”, expresó el mandatario.

“No soy corrupto, no he mentido, jamás he favorecido a ninguna empresa o persona durante mi gestión como ministro de Energía y Minas, de Economía o como Primer Ministro, tampoco lo he hecho desde que soy Presidente”, agregó.

El jefe de Estado reiteró que es propietario de Westfield Capital, dedicada a asesorías financieras desde 1992, y que cuando fue ministro del gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) esa compañía era gestionada por su exsocio Gerardo Sepúlveda.

Remarcó que “la norma prohíbe que (un funcionario público) gestione intereses propios o de terceros, pero los dividendos que un empresario recibe por parte de una empresa, son por la propiedad de la misma, no por su gestión”.

“Soy un hombre honesto, jamás he recibido un coima o un soborno, que haya torcido mi voluntad. Ni mi empresa ni yo hemos contratado con el gobierno, jamás incurrí en conflicto de intereses”, sostuvo.

También insistió en que jamás ha ocultado sus ingresos, por los que ha pagado impuestos, y que son accesibles a las comisiones de investigación del Parlamento y del Ministerio Público.

El abogado de Kuczynski, Alberto Borea, declaró durante la defensa del gobernante que “la única prueba que se podría presentar para vacar al presidente es que él hubiera gestado o tramitado algo a favor de alguien”, pero aseguró que “todo dice lo contrario”.

Antes de acudir al Congreso, Kuczynski declaró a una emisora colombiana que tiene confianza en que el Parlamento no lo destituirá porque considera que sus opositores no tienen los votos requeridos para aprobar esa medida.

En el caso de que el Congreso apruebe la destitución, el orden de sucesión corresponde al primer vicepresidente, Martín Vizcarra, y luego a la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz.

Sin embargo, Kuczynski afirmó el miércoles que Vizcarra y Aráoz rechazarán ser parte de un gobierno “antidemocrático”, con lo cual el titular del Parlamento, el fujimorista Luis Galarreta, tendría que asumir la Presidencia de manera transitoria y convocar a elecciones que deben celebrarse en el plazo máximo de un año.

Tras presentar sus alegatos de defensa, Kuczynski y su abogado Borea abandonaron el hemiciclo del Congreso, donde los legisladores comenzaron el debate del pedido de destitución que, según se calcula, se votará al terminar el día.

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