“Tienes que pagar por asesinar a ‘Calcetitas Rojas‘, tu hija‘‘

El asesinato de la menor conmocionó al país

MEXICO.- Luz María Medina caminó con paso firme contra los fríos vientos de finales de noviembre pasado que golpeaban las calles del municipio de Nezahualcóyotl, en la empobrecida zona conurbada de la Ciudad de México, su corazón indignado por la muerte a golpes de su sobrina de sólo cinco años.

Se llamaba Lupita  Yolloxochtzin, pero desde marzo pasado, cuando su cuerpo fue localizado en un terreno baldío frente a una terminal de autobuses, se le conocía como “Calcetitas Rojas’’ porque en las primeras fotos publicados por los medios locales que mostraban la crueldad del delito sólo se veían unas piernas con largas calcetas de ese color.

Luz María detuvo en la puerta exacta. Sabía que los asesinos de la pequeña tenían su escondrijo dentro. Abrió su hermana, madre de la pequeña, no estaba su pareja sentimental, y entonces Luz María sacó la foto.

“Es tu hija: tienes que pagar’’, le dijo entre lágrimas, incrédula de que fuera la madre de Lupita, su propia hermana, quien terminara con la vida de su hija, ¡vaya crueldad! que porque no avisó a tiempo que quería ir al baño, que porque hizo enfurecer al padrastro, que porque no era querida, según informaron puntualmente los medios conforme se descubrió el acertijo.

Y así se confirmó este martes. Las tías de la pequeña, Luz María y Marina, aparecieron por primera vez ante medios de comunicación para empujar a la justicia y narrar  paso a paso lo que ocurrió.

Durante los primeros días del asesinato, el caso de “Calcetitas Rojas’’ se encaminaba a ser uno más en el Estado de México, donde a diario mueren tantas mujeres, pero el caso lo retomó la activista feminista Frida Guerrero y comenzó a escandalizar en las redes, a investigar, a contactar a conocidos hasta que dio con las hermanas Medina.

Marina Medina había visto  las fotos completas de la pequeña tirada en el terreno baldío el 17 de marzo pasado. Medía 95 centímetros de altura, tenía el cabello corto a la altura de las orejas, marcados rasgos indígenas, piel morena y estaba semidesnuda con una sudadera verde agua, una cobija de muñequitos y las calcetitas rojas.

Supo que era su sobrina. La misma niña que había sido abandonada varias veces, regalada a familias desconocidas o bajo protección temporal de la abuela, pero la madre la siempre regresaba por ella.

En una de esas idas y vueltas chantajeó a una familia. Les pidió alrededor de 1300 dólares para dejarles a Lupita “para siempre“. Total: ni siquiera la había registrado oficialmente, según reveló la procuraduría de justicia local que tomó el caso en medio de escándalos por falta de justicia.

“Este caso debe ser un parteaguas para la justicia de la niñez en el país’’, advirtió Frida Guerrero, mientras el juicio continúa en el desahogo de pruebas previo a la sentencia. Esperan que el Ministerio Público logre sustentar el caso y se haga justicia. Aunque sea en uno de cada 50 casos, según las estadísticas de impunidad en México.

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