¿Cómo es tu hijo, derrochador o tacaño?

Nuevo estudio revela que durante la infancia se puede perfilar el comportamiento que un individuo tendrá ante el manejo del dinero  

Los menores que con juegos aprenden, desde temprana edad, el valor del dinero y cómo gestionar ingresos y gastos de manera inteligente, están más preparados para manejar sus finanzas eficientemente en el futuro, aseguran los expertos en desarrollo humano.

Los menores que con juegos aprenden, desde temprana edad, el valor del dinero y cómo gestionar ingresos y gastos de manera inteligente, están más preparados para manejar sus finanzas eficientemente en el futuro, aseguran los expertos en desarrollo humano. Crédito: Shutterstock

Los niños manifiestan diversas reacciones emocionales ante el gasto y el ahorro,  dejando ver desde la infancia qué tipo de personas van a ser en cuanto al manejo del dinero.

A esta conclusión llego  un nuevo estudio de la Universidad de Michigan (UM), que utilizó la tradicional escala ‘derrochador-tacaño’ (conocida en inglés como ‘ST-TW’, que por mucho tiempo se ha venido utilizando para medir las reacciones emocionales de los adultos al gastar dinero) para evaluar las reacciones emocionales de un muestra de más de 200 niños de entre las edades de 5 a 10 años.

Para la consecución del estudio, titulado Spendthrifts and tightwads in childhood: Feelings about spending predict children’s financial decision making, los investigadores hicieron varias preguntas a los menores para conocer sus reacciones emocional ante el ahorro o el gasto.

Los menores fueron clasificados a lo largo de la escala en base a sus respuestas y luego los investigadores examinaron si sus reacciones emocionales correspondían a un comportamiento real del gasto en el mundo de los adultos.

Los resultados sorprendentes

Tras el análisis se encontró  que los niños que se ubicaron  en el ‘extremo derrochador’ eran más propensos a comprar, mientras que los que se clasificaron en el ‘extremo tacaño’ eran más propensos a ahorrar.

“Hemos demostrado que en los niños de 5 a 10 años de edad, la respuesta emocional ante el gasto y el ahorro es un predictor útil de lo que una persona hará con su dinero”, dice el psicólogo Craig Smith, investigador del Centro para el Crecimiento y Desarrollo Humano de la UM y autor principal del estudio, en un comunicado sobre los sorpresivos resultados. “igualmente se demostró que estas respuestas emocionales predijeron el comportamiento real [en el mundo de los adultos]”.

Por ejemplo, los menores tacaños no gastaron su dinero, algo que resultó sorpresivo si se considera que a los niños les gustan los juguetes y otros artículos de las tiendas. En cambio, los menores derrochadores fueron más propensos a comprar un artículo a pesar de no mostrarse emocionalmente emocionados por tenerlo.

“Esto es similar a lo que pasa con los adultos derrochadores o tacaños, que más allá de lo mucho que les guste el artículo, su orientación emocional hacia el gasto y el ahorro prevé de antemano si gastarán o ahorrarán”, resalta el Dr. Smith.

Otra revelación importante fue que la cantidad de niños clasificados como tacaños fue cuatro veces más alta que la de los clasificados como derrochadores, lo cual es también válido para adultos.

“No anticipamos estas reacciones emocionales ante el gasto y el ahorro de dinero en niños tan pequeños, así que los datos obtenidos planteas todo tipo de preguntas sobre el desarrollo de estos dos  tipos de personas”, anota el investigador. “¿Cómo se desarrollan estas orientaciones [hacia el gasto o el ahorro del dinero]? ¿Están conectadas con el temperamento, son de origen natural, o son aprendidas de conductas modelada?”.

Pero si los niños tienen poco o ningún poder adquisitivo para hacer compras, ¿por qué mirar sus actitudes hacia el gasto y el ahorro en su etapa de infancia?

El Dr. Smith responde: “El comportamiento temprano respecto al gasto podría presagiar malas decisiones financieras más adelante en la vida, y es importante intervenir a tiempo para asegurarse de que la gente esté en la vía financiera correcta”.

En el mundo real, o de los adultos, los tacaños experimentan dolor emocional conectado al gasto, mientras que los derrochadores —que carecen de sistema de frenos emocional— tienden a gastar en exceso y acarrear más deuda como resultado.

“Esto es de especial relevancia en Estados Unidos, donde a pesar de ser el país más rico del mundo, los economistas estiman que la mayoría de los adultos no están ahorrando lo suficiente para mantener su estándar de vida actual después de su retiro”, resalta el Dr. Smith.

La buena noticia es que “si se identifican a los niños derrochadores tempranamente, este mal hábito ante el dinero se puede corregir con la intervención de enseñarles el valor del dinero y los buenos hábitos de su manejo, para que aprendan así a pensar en las consecuencias negativas de los gastos excesivos”.

Tips para inculcar buenos hábitos del manejo del dinero

Los estudios han encontrado que los menores que aprenden, desde temprana edad, el valor del dinero y cómo gestionar ingresos y gastos de manera inteligente, están más preparados para manejar sus finanzas eficientemente en el futuro. Y para esta tarea, que corresponde a los padres, los expertos señalan que se les puede enseñar el valor del dinero con estas herramientas básicas:

1. Jugando a la tienda con ellos o echando mano de los populares juegos de mesa como el Monopoly o el Trivial.

2. Enseñándoles que nada es gratis, sino que todo se consigue con esfuerzo. Conviene darles desde muy niños una cantidad de dinero pequeña como forma de pago por hacer ciertos quehaceres de la casa, como sacar la basura, lavar el auto de papá o mamá, limpiar las ventanas, cortar el pasto, etc. Actividades que son completamente diferentes a sus obligaciones personales, como lo son el hacer la cama, organizar su ropa y cuarto o hacer sus deberes escolares.

3. Inculcarles el buen hábito del ahorro y ayudarlos a crearse metas para lograrlo.

4. Habituarlos a que gasten el dinero que ahorran en una actividad o un juguete que desean, sin pasarse al momento de hacer el gasto de la cantidad de dinero que poseen.

5. Enseñarles que vale la pena no gastar en cosas innecesarias y, a cambio, juntar el dinero que más se pueda para la adquisición de algo que gusta y necesita.

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