Atribulado presidente de LULAC anunciará su futuro en el grupo nacional en dos semanas

La mayoría de los miembros de LULAC exige la renuncia de Rocha por haber enviado a Trump una carta unilateral apoyando su plan migratorio

WASHINGTON— Tras reconocer un enorme “error” estratégico al apoyar el plan migratorio de la Administración Trump, el presidente nacional de LULAC, Roger Rocha, anunciará si renuncia o no a su cargo el próximo 16 de febrero, atizando la crisis interna en la organización latina más antigua del país.

Rocha ha estado bajo fuertes presiones de la mayoría de los miembros de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), para que renuncie a su cargo -o sea destituido- por la carta que envió el pasado 28 de enero al presidente Donald Trump apoyando su polémico plan migratorio.

Rocha ofreció disculpas el viernes pasado,  retractó la carta enviada a Trump sin consultar a nadie, y reconoció que esa decisión unilateral fue el “mayor error” de su vida.

Ayer sábado, en una conferencia telefónica, la junta directiva condenó enérgicamente esa carta unilateral –diametralmente opuesta a la postura de LULAC a favor del “Dream Act”-, pero Rocha dijo que tomará dos semanas para sopesar sus opciones.

“La junta ha asumido su responsabilidad, y en la reunión se le explicó al señor Rocha por qué es tan dañino esto para la organización, y ahora el objetivo es resolver esto y trazar un rumbo futuro”, djio hoy a este diario Brent Wilkes, director ejecutivo de LULAC.

“La junta aceptó que Rocha se tome dos semanas, y habrá una reunión en persona con él el próximo 16 de febrero. Esperamos tomar decisiones adicionales entonces, pero no puedo especular… hay un consenso de que él cometió un grave error, la cuestión ahora es qué vamos a hacer al respecto”, precisó Wilkes.

Wilkes no quiso especular sobre los escenarios posibles, ni si habrá algún acomodo para que Rocha permanezca en su cargo hasta cuando LULAC realice su convención anual de 2018 en Phoenix (Arizona), del 17 al 21 de julio, y posiblemente elija a un  nuevo presidente.

Para LULAC, lo que más duele de esa carta no autorizada es que la organización apoya el “Dream Act”, un proyecto de ley bipartidista en el Senado que abre una vía hacia la eventual ciudadanía de los “Dreamers”.

Además, Trump utilizó la carta de Rocha para ufanarse de que su plan migratorio contaba con el apoyo de una de las principales organizaciones de la comunidad hispana.

Wilkes dijo que la junta directiva estaba al tanto de que Rocha estaba participando en reuniones con demócratas y republicanos para analizar el panorama migratorio, pero jamás se imaginó que éste iba a apoyar el plan migratorio de Trump.

Ese plan de $25,000 millones incluye, a cambio de la legalización de 1.8 millones de “Dreamers”, un muro fronterizo, más agentes en la frontera y al interior del país, y una drástica reducción de la inmigración legal al eliminar la “lotería de visas” y las visas de reunificación familiar, que los ultraconservadores llaman “inmigración en cadena”.

Según Wilkes, la postura de LULAC es que el Congreso debe apoyar el “Dream Act”, que tiene “apoyo casi universal” de ambos partidos y la comunidad latina, y dejar para más adelante las negociaciones sobre el reforzamiento de la seguridad fronteriza.

“El presidente (Trump) dijo que los Dreamers no tienen de qué preocuparse, que son muchachos estupendos y que liderará con ellos con gran corazón; esas fueron sus palabras. Debería ser consecuente con esas declaraciones”, puntualizó Wilkes.

De hecho, en su mensaje de disculpa, Rocha se atribuyó crédito de que, gracias a su participación en reuniones con funcionarios de la Administración, Trump aceptó ofrecer una vía a la ciudadanía a 1,8 millones de jóvenes indocumentados, más del doble de los que se ampararon al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que él eliminó en septiembre pasado.

Rocha dijo además que, tras su recomendación sobre seguridad fronteriza, el muro ahora consiste en “un muro de tecnología y más botas (agentes) en el terreno”.

Sólo que ni Trump ni sus asesores han dicho tal cosa, y el plan migratorio en realidad ha generado profundas divisiones no sólo entre demócratas y republicanos sino también en el seno del partido gobernante.

Trump instó al Senado esta pasada semana a que someta a voto su plan migratorio, pero por ahora no hay consenso al respecto ni fecha para su eventual debate.

En general, los demócratas y grupos pro-inmigrantes no quieren hacer concesiones para reducir la inmigración legal, y los republicanos y grupos conservadores no quieren una “amnistía” para quienes han violado las leyes migratorias.

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