Reina la impunidad

Hoy nuestros congresistas y senadores se ponen una mano en el corazón y ofrecen plegarias por los niños muertos. Con la otra mano, recibirán más y más dinero de la NRA.

Los amigos de allá me hablan de la impunidad, que ven, según me dicen, como la gran lacra de las sociedades latinoamericanas. Aparecen los muertos. Todo el mundo sabe por qué. Todo el mundo sabe quiénes son los culpables. Pero no pasa nada. No hay castigo. No hay justicia. Reina la impunidad.

Cuando emigran a los EEUU, me dicen, piensan alejarse de esa falta de justicia. Pero la violencia impune los persigue, porque sufrimos de ella aquí también, y de forma despiadada, porque aquí ataca a nuestros hijos, se ensaña contra los niños en sus escuelas.

El miércoles 14 de febrero, en una localidad muy conocida en el mundo latino, en Broward County, muy cerca de Miami, ya todos sabemos que hay más de 30 padres de familia que se despidieron de sus hijos por la mañana -para nunca volverlos a ver. La masacre en Broward sería inconcebible sino fuera casi ya cosa de todos los meses. Hubo una matanza igual hace un mes. Habrá otra el mes que viene. Todo el mundo sabe por qué suceden. Todo el mundo sabe quiénes son responsables. Pero no pasa nada. No hay castigo. No hay justicia. En los EEUU, reina la impunidad.

Pero un momento: ¿No encontraron ya al culpable y se lo llevaron preso? ¿No es un tal Nikolas Cruz, de 19 años, antiguo alumno del colegio? Sí, pero no.

Porque el responsable no puede ser solamente, ni quizás principalmente, ese pobre hombre que entró en la escuela y mató a 17 jóvenes inocentes. ¿Serán los verdaderos responsables los que fabrican las armas que legalmente se ponen en manos de esos malvados y legalmente se distribuyen entre la población civil, sin límites ni controles?

Mientras los padres de las víctimas empiezan en Broward la muerte en vida que les espera por el resto de sus días, podemos estar seguros que en Hebron, Kentucky, los ejecutivos de Anderson Manufacturing, la compañía que fabrica la ametralladora AR-15 que usó Cruz, tendrán un lindo día, acompañados de sus hijos, y disfrutando de las bellas casas y los lindos carros que se han pagado con las ganancias de las ventas de esas ametralladoras.

Y es cierto: esos fabricantes no han hecho nada ilegal, y no sería justo ponerlos en la lista de los responsables. Díganselo a los padres de los 17 muertos del miércoles, o a los de los 400 niños y adolescentes (¡y sus maestros!) muertos o heridos en las escuelas de los EEUU en los últimos cinco años con las ametralladoras de esos fabricantes (según datos del NY Times). O háblenles de la legalidad de la fabricación de ametralladoras para el uso doméstio a los 800 padres de esos muertos y heridos. Claman justicia. Todo el mundo sabe quiénes son los responsables. Pero reina la impunidad, una impunidad protegida por la ley.

Pero ¿quién hace esa ley? ¿Quién permite que las pistolas y las ametralladoras lleguen legalmente a manos de cualquier pobre ser descarriado que quiera vengarse de la escuela que lo expulsó? ¿Quién es responsable de que este continuo asesinato de nuestros hijos exista dentro de la ley? Se dice que no podrá ser la asociación de fabricantes de armas de fuego, la mal llamada National Rifle Association, más conocida por sus iniciales, NRA.

Pero si los responsables no son ni los fabricantes ni la NRA, ya que ninguno hace la ley, ¿quiénes son los responsables? ¿Quién hace la ley?

No nos queda otra que mirar a nuestros congresistas y senadores. Los mandamos al Congreso de los EEUU para que formulen leyes que nos protejan. ¿Sería justo pensar que cargan ellos con alguna responsabilidad? Usted decida. Por ejemplo, en el estado de la Florida donde acaba de ocurrir este masivo asesinato, uno de los senadores es Marco Rubio, a quien muchos admirarán por su nombre hispano y por hablarnos en español. ¿Tendrá alguna lógica conectar de alguna forma al Senador con la matanza de la escuela de Parkland ayer? ¿No sería del mal gusto? ¿Tendría lógica? Piénselo bien.

En un análisis del NY Times, hay una lista de los 10 senadores que más dinero han recibido de la NRA en todo el Senado de los EEUU. Rubio se cuenta entre ellos, en sexto lugar. Hasta la fecha del análisis, había recibido ¡más de $3 millones de dólares de la NRA! Todo eso, claro, es también perfectamente legal. Y el Senador de la Florida no es el único, ni mucho menos, con arcas llenas de dinero de la NRA.

Hoy nuestros congresistas y senadores se ponen una mano en el corazón y ofrecen plegarias por los niños muertos. Con la otra mano, recibirán más y más dinero de la NRA.

¿Uds. esperan que esos senadores y congresistas elaboren leyes que protejan a nuestros niños de las ametralladoras que fabrican los que les pasan esas enormes cantidades de dinero? Siéntese a esperar. O llénese de indignación y organícese en contra de estos atropellos. Porque los 17 jóvenes de ayer están muertos. Todo el mundo sabe lo que pasó. Todo el mundo sabe quiénes son los responsables. No hay justicia. Reina la impunidad.

(Ricardo Otheguy es profesor emeritus de CUNY, lingüista y escritor, interesado en temas relacionados con la lengua, la educación, la política y la vida de los latinos en los EEUU. Reside en la ciudad de Nueva York)

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