7 razones por las que las japonesas tienen un cutis perfecto

Además de la genética, estas mujeres hacen otra cosas para lucir una piel envidiable

No solo la genética interfiere para que las japonesas tengan una piel perfecta.

No solo la genética interfiere para que las japonesas tengan una piel perfecta. Crédito: Shutterstock

Las asiáticas son conocidas por tener una piel perfecta. Con poca predisposición a tener poros abiertos, su cutis se mantiene sin arrugas hasta entrada la adultez. Muchas veces tienen una piel más joven de lo que indica su edad. Su genética influye en mantener una piel perfecta, pero las rutinas diarias son claves para tener una tez privilegiada.

¿Cuál es su secreto? Según la dermatóloga Magdalena de Troya, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología de Argentina, las asiáticas nunca toman sol. Además de protección solar, están acostumbradas a usar sombreros, viseras o paraguas.

“El envejecimiento viene condicionado por la herencia recibida, pero en un 80% depende de la exposición a la radiación ultravioleta, sobre todo la A y los infrarrojos, que generan radicales libres que aceleran el fotoenvejecimiento y originan manchas. La epidermis pierde colágeno y firmeza y la piel se acartona y aparecen las arrugas profundas”, explicó a El Mundo.

Aunque parezca imposible, reír poco y no gesticular ayudan a no generar líneas de expresión. Las japonesas son conocidas por ser medidas en su gesticulación. El clima húmedo de Japón también ayuda a mantener la suavidad de la piel. Incluso su piel mixta o grasa son perfectas para las arrugas prematuras.

Estas características son importantes para mantener la piel joven, pero la genética siempre necesita un poco de ayuda. Sus hábitos de limpieza y tratamiento son claves para darle ese empujón a la naturaleza.

Por último, su dieta es la gran fuente de juventud. En la base de su alimentación hay múltiples productos con propiedades antioxidantes. El arroz gohan, muy popular en Japón, es rico en vitamina B, inositol y ácido linoleico, y ayuda a frenar el envejecimiento de la piel, nutrirla, hidratarla y regenerarla gracias a los antioxidantes que fomentan la producción de colágeno. La soja es otro aliado porque nutre la piel y facilita la regeneración celular.

Uno de los hábitos fáciles de adoptar, además de que está ganando popularidad, es el té verde. Las japonesas toman esta infusión durante todo el día y es un ingrediente que está asociado a la longevidad y a la prevención de las arrugas.

En resumen, la genética y el clima son puntos a favor para la piel de las japonesas. Sin embargo, sin los hábitos de alimentación y de cuidado personal, es poco probable que su cutis se mantenga tan impoluto. Los pequeños cambios en la rutina son claves para mantener una piel sana.

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