Científicos revelan el misterio del diminuto “extraterrestre” de Atacama

Revelan el genoma de un diminuto esqueleto llamado "Ata"... y es muy terrestre

Hace casi dos décadas, comenzaron los rumores: en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, alguien había descubierto a un pequeño extraterrestre momificado.

Se dice que un coleccionista aficionado que exploraba un pueblo fantasma se encontró con una tela blanca en una bolsa de cuero. Al desenvolverla, encontró un esqueleto de solamente seis pulgadas de largo, reporta NYT.

A pesar de su tamaño, el esqueleto estaba notablemente completo. Incluso tenía dientes endurecidos. Y sin embargo, había anomalías sorprendentes: tenía diez costillas en lugar de las 12 habituales, cuencas oculares gigantes y un cráneo largo que terminaba en un punto.

Ata, como llegaron a ser conocidos los restos, terminó en una colección privada, pero los rumores continuaron, alimentados en parte por un documental sobre extraterrestres publicado en 2013 que presentó el esqueleto. El jueves, un equipo de científicos presentó una explicación muy diferente para Ata, una sin alienígenas, pero intrigante a su manera.

Los huesos de Ata contienen ADN que no solo muestra que era humana, sino que pertenecía a la población local. Además, los investigadores identificaron en su ADN un grupo de mutaciones en genes relacionados con el desarrollo óseo.

Algunas de estas mutaciones podrían ser responsables de la forma extraña del esqueleto, causando un trastorno hereditario nunca antes documentado en humanos.

Lo que cuentan los genes

Antonio Salas Ellacuriaga, un genetista de la Universidad de Santiago de Compostela en España que no participó en el nuevo estudio, lo llamó “un muy bello ejemplo de cómo la genómica puede ayudar a desentrañar un dilema antropológico y arqueológico”.

Las “autopsias de ADN”, como las llama el Dr. Ellacuriaga, podrían ayudar a arrojar luz sobre los trastornos médicos “mirando al pasado para entender el presente”.

La investigación, publicada en la revista Genome Research, comenzó en 2012, cuando Garry P. Nolan, un inmunólogo de la Universidad de Stanford, se enteró de la existencia de Ata en un documental sobre extraterrestres titulado “Sirius”, mientras este todavía estaba en producción.

El Dr. Nolan envió un correo electrónico a los productores y se ofreció a buscar ADN en la momia. El propietario del esqueleto estuvo de acuerdo con las imágenes de rayos X, así como con las muestras de médula ósea tomadas de las costillas y el húmero derecho.

Una vez que el Dr. Nolan y sus colegas recibieron las muestras, pudieron recuperar fragmentos de ADN de las células de la médula ósea sin mucha dificultad. “Podíamos decir que esto era humano de inmediato”, dijo Atul Butte, biólogo computacional de la Universidad de California, San Francisco, y coautor del nuevo estudio.

Los científicos finalmente lograron reconstruir gran parte del genoma de Ata. Ella era una niña, según descubrieron, cercanamente relacionada con los chilenos indígenas. Pero ella también tenía una gran cantidad de ascendencia europea.

Muchos de esos genes, según se vio, están involucrados en la construcción de esqueletos. Algunos ya han sido vinculados a condiciones que van desde la escoliosis al enanismo, hasta tener un número anormal de costillas.

Pero algunas de las mutaciones de Ata son nuevas para la ciencia. Es posible que algunas hayan causado que su esqueleto madure rápidamente, aunque no lograra crecer a una estatura normal.

Bhattacharya especula que tal desorden habría causado que la niña nazca muerta. Y enfatizó que estas mutaciones son, por ahora, solo candidatos teóricos.


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