El trabajo ´gig´, una ocupación de salario muy mínimo
Los conductores de Uber ganan un promedio de $10.87 la hora sin beneficios comparables a los empleados en plantillas
Desde que se acuñó el término de la “gig economy” o “gig work” — un trabajo a tiempo parcial, flexible que suplementa ingresos de otro trabajo– se ha querido ver la emergencia de empresas que funcionan como Uber como clave en el futuro del trabajo.
Pero eso es algo muy discutible a la vista de los análisis sobre lo que ganan quienes trabajan para Uber, la mayor compañía de este nuevo paradigma del empleo y abanderada del uso del contratista independiente.
El último estudio sobre ello lo ha publicado Lawrence Mishel para el Economic Policy Institute (un centro de investigación de corte progresista) y ha concluido que el salario que se llevan a casa los conductores de este servicio no es mucho mayor que el salario mínimo federal ($7.25 la hora) y una vez que se ajustan todos los gastos queda por debajo de los que son más elevados como en California y Nueva York.
De acuerdo a los cálculos de Mishel, alrededor de un tercio de lo que paga un pasajero de Uber se destina al abono de las comisiones de la empresa. Una vez que se deducen estas comisiones y los gastos de manejar, como promedio, un conductor gana $11.77 la hora cuando el promedio de la compensación por hora en las ocupaciones de bajos ingresos es de $14.99 la hora (en el sector servicios)
Cuando también se restan los impuestos del Medicare y la contribución al seguro social, los impuestos obligatorios que deben pagar los conductores, ese salario promedio desciende a $10.87 a la hora. Si además se añade una modesta inversión (que no todo el mundo hace si tiene otro empleo) en un paquete de beneficios de salud o jubilación, una hora de manejo para Uber ronda los $9.21.
Es decir que ganan menos de lo que ganan el 90% de los trabajadores.
Los cálculos de Mishel están muy en línea con otros hechos anteriormente, entre ellos uno del MIT que inicial y erróneamente indicaba que los ingresos apenas llegaban a $3.5 la hora. Cuando se corrigió el cálculo este quedó en una banda entre $8.55 y $10 y otro de finales de 2016 por el economista Alan Krueger que indicaba que los ingresos después de comisiones rondaban los $20 a la hora. Una vez que se descuentan los gastos de conductor y otras obligaciones fiscales, las cifras finales varían poco.
Mishel lo tiene muy claro: “Las discursiones sobre el futuro del trabajo deben centrarse en cómo la gente se gana la vida. En ese sentido, centrarnos en Uber y la economía gig que proporciona pequeños trabajos complementarios e ingresos suplementarios no es central a esta materia”
¿Por qué esta obsesión por Uber a la hora de analizar la gig economy?
Por que es la mayor empresa que ha implementado este tipo de trabajo como modelo de negocio y representa casi un tercio de la economía gig. Lo que Mishel argumenta desde la EPI es que pese a su rápido crecimiento, el mundo laboral basado en este tipo de trabajo ocasional, flexible y complementario apenas representa el 0.1% del equivalente de horas trabajado por empleados a tiempo completo. Por ello este economista concluye que estos trabajos adicionales “no son una parte significativa de la economía”.
Es más, este economista calcula que las compensaciones totales que reciben quienes trabajan en estos empleos flexibles a tiempo parcial y por ingresos suplementales, suponen el 0.034% de lo que se cobra totalmente a nivel nacional.
¿Por qué se tienen estos trabajos flexibles?
Por que a pesar de que la economía esté en un gran momento, el desempleo esté en mínimos casi históricos y las empresas que cotizan en Bolsa están sumando beneficios tras la recuperación de la crisis (distribuyendo dividendos y teniendo grandes ahorros con la nueva ley tributaria), para los bolsillos de los trabajadores la bonanza no ha llegado de forma generalizada. En resumen: el salario que se depreció durante la crisis prácticamente se ha estancado en la recuperación.
Y no alcanza.
El Proyecto ALICE de United Way presentó ayer un informe en el que explicaba que hay 50.8 millones de hogares, el 43% del total de los que hay en EE UU, que no pueden tener un presupuesto mensual básico que incluya el pago de la vivienda, alimento, cuidado de hijos, salud, transporte y un celular. En este cálculo se incluyen los 16.1 millones de hogares que viven bajo el umbral de la pobreza y otros 34.7 millones de familias llamadas ALICE (Asset Limited, Income Constrained, Employed el acrónimo de empleados de bajos ingresos y activos limitados).
La empresa de asesoría financiera en la red, Betterment, ha encontrado en una encuesta que las personas que tienen trabajos complementarios en la economía gig tienen también una ocupación a tiempo completo y el 67% lo hace por razones financieras: desde ahorrar para una compra grande hasta pagar deudas. El 49% de los que participan de estos trabajos y tienen más de 55 años lo hacen por ahorrar para la jubilación.
“La mitad de los trabajadores gig optan por estas ocupaciones por razones financieras y no por la libertad y flexibilidad que proporciona. Aunque ponerse al día con los ahorros de la jubilación es parte de la razón, las deudas parecen tener un gran peso a la hora de que el 81% de las personas den prioridad a su retiro”, explican en Betterment. El 68% de los ocupados en trabajos flexibles y temporales lo hacen para devolver deuda o pagar facturas. Es decir, porque es la salida que tienen.