La invitada más inesperada en la boda del príncipe Harry y Meghan: su exnovia Chelsy Davy

Los británicos estaban convencidos de que la guapa rubia sería la mujer que haría que Harry sentara cabeza, pero estaban equivocados

Cuando la joven Chelsy Davy realizó su entrada, más de uno y una se dio la vuelta.

Cuando la joven Chelsy Davy realizó su entrada, más de uno y una se dio la vuelta. Crédito: TOBY MELVILLE | EFE

Los invitados a la boda del año comenzaron a llegar a la capilla San Jorge a menos de una hora de que comenzara la ceremonia religiosa entre los flamantes duques de Sussex- Harry y Meghan Markle.

Entre todos los rostros reconocibles que se dejaron ver a las puertas de los terrenos del castillo de Windsor, entre los que se incluyen el presentador James Corden, los cantantes James Blunt y Elton John o la tenista Serena Williams -cada uno de ellos acompañado de sus respectivas parejas-, uno de ellos ha destacado por encima de todos los demás, y no precisamente por su estatus de celebridad o estrella deportiva.

Chelsy Davy a su llegada al castillo de Windsor. (EFE)

Cuando la joven Chelsy Davy realizó su entrada, más de uno y una se dio la vuelta para observar a quien fuera pareja del príncipe Enrique durante años. De hecho, durante los seis años que duró su relación los británicos estaban convencidos de que la guapa rubia sería la mujer que por fin conseguiría hacer que el entonces miembro más díscolo de la monarquía británica sentara cabeza.

Sin embargo, los rumores de un compromiso inminente que no dejaron de circular durante su intermitente noviazgo se equivocaban y en 2010 anunciaban su ruptura. El nieto de Isabel II pasó página con la aspirante a actriz Cressida Bonas, un noviazgo que tampoco llegó a buen puerto.

En sus declaraciones posteriores, Chelsy -que tras el final de su romance se refugió en su Zimbabue natal para recuperar el control de su propia vida y reconducir su carrera profesional- criticó la imagen poco halagüeña que la prensa había ofrecido de ella durante aquella etapa de su vida. Pese a ese mal recuerdo, no quiso perderse en 2011 el enlace de los duques de Cambridge, un gesto que ponía de manifiesta los lazos que aún la unían a parte de la familia real.

Hoy sábado Chelsy llegó a la capilla luciendo una sonrisa y parapetada tras unas gafas de sol que solo se quitó en el último momento. Para la ocasión ha elegido un vestido corto de la firma Alaia en color azul marino que ha combinado con una capa haciendo juego y un tocado de plumas.

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