Préstamos para estudios, la carga más pesada

A la hora de financiar una carrera hay que estudiar primero la opción más económica

Antes de pedir un préstamo hay que valorar el salario de los trabajos a los que se pueda optar con cada título./Shutterstock

Antes de pedir un préstamo hay que valorar el salario de los trabajos a los que se pueda optar con cada título./Shutterstock Crédito: Shutterstock

El título universitario abre las puertas de muchos trabajos pero es una llave que no solo exige sacrificios intelectuales sino también financieros y a largo plazo.

En EE UU se debe $1.3 billones por préstamos de estudiantes. Es la categoría de crédito que más ha crecido y es más del doble que hace una década no solo porque no es barato estudiar sino porque además cada vez más adultos jóvenes pasan por la Universidad. Según, el Pew Research Center el 20% de los menores de 30 años tienen deuda de estudios. Dependiendo del grado alcanzado se debe más o menos.

Un tercio de los endeudados tiene que devolver menos de $7,000 pero otro tercio debe más de $43,000. Según los datos del Pew los jóvenes graduados de Universidad con préstamos estudiantiles suelen tener un segundo trabajo y sufrir tensiones en sus finanzas.

Pero es muy raro que un estudiante pueda evitar esta deuda para conseguir graduarse. Eso si, hay cargas que son más pesadas que otras. Estas son las opciones si no se tienen becas suficientes:

  • Préstamos federales. En caso de que se necesiten menos de $6,000 para cubrir los gastos con los que no se alcance con las becas y otras ayudas. Estos préstamos tienen tasa fija (que es más baja que la comercial) y una comisión que se deduce de la cantidad recibida. Esta depende de los años que se hayan estado en la universidad y si se es dependiente o no. hay programas de perdón de estos créditos en caso de que quienes lo reciban se empleen por el Gobierno o una organización sin ánimo de lucro.
  • Préstamos privados. Los ofrecen los bancos, uniones de créditos y otro tipo de entidades. Que se concedan o no dependen de lo mismo que el resto de los créditos comerciales: la calificación crediticia. Es algo de lo que carecen o apenas registran los jóvenes por lo que la mayoría de los estudiantes precisan un cosignatario (que tiene la obligación de hacerse con el pago del crédito se estudie o no, si el alumno no paga). Hay que buscar las mejores tasas de interés y las mejores opciones de pago cuando se considere esta opción.
  • Préstamos Plus. Son créditos que se hacen a los padres por parte del Gobierno federal dependiendo de su calificación crediticia y desde 2016 también lo pueden pedir los graduados y estudiantes profesionales. Tienen interés fijo y no hay límite de cuantía.

En cualquier caso cuando se pide un préstamo estudiantil hay que tener en cuenta una serie de cuestiones que van más allá de la tasa de interés.

  • Considerar la flexibilidad en el pago una vez que se han acabado los estudios porque no todo el mundo consigue trabajo inmediatamente. Es decir, periodos de gracia
  • Mirar si hay algún tipo de posibilidad de que el cosignatario salga del préstamo en un momento dado sin necesidad de refinanciar.
  • Saber qué sueldo se puede conseguir tras la graduación y considerar si se puede devolver este en un plazo no mayor de una década con cuotas asequibles.
  • Posibilidad de refinanciar para conseguir mejores tasas en caso de que las haya disponibles o mejores o más flexibles opciones de pago.
  • Estos préstamos acompañan al acreedor durante años, pueden ahogar la capacidad de ahorro y sueños como el de tener una propiedad y con contadísimas excepciones no se puede declarar bancarrota en ellos.

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