Hispana cae por un acantilado y pasa una semana atrapada en la costa de California

Angela Hernández vive de milagro. Una pareja de campistas la encontró

Una hispana de Oregon vive de milagro luego de caer de un acantilado en la costa de California cuando iba camino a Los Ángeles para visitar a su hermana.

Angela Hernández, de 23 años, manejaba su camioneta Jeep por Big Sur, al sur de San Francisco, el 6 de julio cuando un conejo se atravesó en su camino. La mujer intentó esquivarlo, pero perdió el control y unos cayó  unos 200 pies por un acantilado.

La mujer contó en Facebook que cuando despertó vio que el agua le llegaba a las rodillas. Tuvo que que romper una ventana y con las pocas fuerzas que tenía nadó hasta un punto seguro en la playa. Allí durmió por un tiempo indeterminado.

La mujer sufrió varias fracturas por lo que escalar a la carretera era casi que imposible. En algún momento intentó volver al auto por herramientas que le pudiera ayudar. Encontró una manguera que le ayudó a recolectar agua fresca del musgo de la costa y de la que venía de la montaña. De todos modos sentía que se deshidrataba con el paso de los días.

Hernández se limitó a buscar en cada atardecer el punto más alto para no ser arrastrada por las olas. Gritaba hacia la carretera en busca de ayuda, pero nadie llegaba. Así fue su rutina por siete días.

Sus familiares avisaron a las autoridades de la desaparición de la mujer, pero nunca dieron con el vehículo durante su búsqueda.

Los héroes

Chad y Chelsea Moore, una pareja que acampaba en Big Sur, fueron los héroes de la historia. Mientras caminaban por la costa encontraron un bumper y unos metros más adelante divisaron el vehículo.

Los Moore se acercaron al auto y tomaron la placa para dar aviso a las autoridades. Pensaron que no había sobrevivientes, pero decidieron tomar algunos artículos personales para que los familiares los tuvieran cuando fueran notificados.

Siguieron caminando un rato más hasta que oyeron a Hernández gritar por ayuda. De inmediato entendieron que se trataba de la sobreviviente.

“Estaba feliz de vernos”, dijo Chelsea a la agencia AP. “Tenía la ropa destruida, estaba mojada, nos contó que muchas veces la despertaban las olas”.

Chelsea corrió a su campamento para traer comida, agua y ropa limpia, además de avisar a las autoridades. Chad se quedó con Hernández.

Autoridades del condado de Monterey lograron sacar a Hernández en un camilla y luego la llevaron en un helicóptero a un hospital del área. La mujer tenía cuatro costillas rotas, fracturas en las dos clavículas, una perforación en el pulmón, vasos sanguíneos rotos en los ojos y  serias quemaduras de sol en la cara, pies y brazos.

Hernández se encuentra libre de peligro y agradece a los Moore por rescatarla. La mujer quiere que sus futuros hijos se llamen Chad y Chelsea.

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