El hecho de que el motor de combustión tenga un uso más transitorio de lo normal, reduce de entrada su mantenimiento hasta un 50 por ciento, lo que implica un ahorro de al menos $1,500 dólares cada 80 mil millas.
Si se incluye el mantenimiento preventivo, correctivo y remplazo de neumáticos, el ahorro es cercano al 30 por ciento, y todo porque prescinden de varios elementos, que en un auto convencional tendrían que repararse o cambiarse constantemente como el embrague, alternador, motor de arranque y correa de distribución.
A todo ello se suma, que la recuperación energética de un freno regenerativo implica que tanto el desgaste de las pastillas como el de los frenos de disco sea menor que el de una motorización convencional.
La parte compleja es la de las baterías, mismas que de momento son bastante caras y pueden significar un desembolso de más de mil dólares, aunque esto se nivela por el ahorro de combustible que se hace en el periodo de vida de la batería.
El ahorro de combustible varía según el modelo y puede ir desde el 15 por ciento, hasta el 50, algo que sin duda hace muy rentable tener un auto de este tipo.