Reportan pocos avances en programa de Rutas Profesionales de la Alcaldía

Un análisis afirma que los jóvenes de comunidades de bajos ingresos, sobre todo latinos y afroamericanos, serían las más afectados

Libardo Pérez, un residente de Queens, ya estaba preocupado por la economía familiar, cuando recibió la noticia de que sería papá por segunda vez. Él y su esposa han venido manteniendo su hogar, que incluye otros tres familiares, con salarios muy bajos. Para la pareja, la familia no puede equilibrarse económicamente a menos que sus ingresos mejoren.

Pérez, un inmigrante colombiano de 28 años, que también colabora con familiares en su país de origen con un sueldo de $2,000, se pregunta cómo podrá afrontar más responsabilidades. La única solución, dijo, será encontrar otro trabajo, lo que significa menos horas junto a su hijo de 5 años.

“La vida en la ciudad de Nueva York es muy costosa. Son muchas cosas, muchas responsabilidades que cubrir aquí y en mi pais natal”, dijo Pérez, quien añadió que una hora menos de trabajo puede pasarle factura a fin de mes. “A veces son 12 horas diarias y la opción de tener dos trabajos es lo único que podrá ayudar a suplir todo”.

Pero este no es el único reto que tiene que afrontar para lograr la tan anhelada estabilidad. Pérez sabe que la educación es clave a la hora de conseguir un trabajo mejor remunerado, pero tampoco es fácil. Familias jóvenes que esperan un alivio económico y comienzan estudios superiores están encontrando que tienen que introducirse en procesos extenuantes, y sobre todo costosos. Un “lujo” que en muchos casos podría significar menos dinero en comida.

Jóvenes trabajadores en la Gran Manzana deben laborar extensas jornadas para lograr proveer lo básico para sus familias, además de poder alcanzar un nivel económico que les permita estar lo suficientemente equilibrados para que dentro de una pareja, uno de los dos pueda obtener un diploma de educación superior. Sin embargo, una vez estas condiciones están dadas, muchas familias deben pagar cientos o en muchos casos miles de dólares en servicios extra como niñeras, transporte, y comida.

“El gobierno local debería invertir más en ayudas de educación porque así tendríamos la oportunidad de educarnos mejor y obtener títulos y mejores salarios. Esto sería de beneficio tanto para el gobierno como para nosotros”, indicó Pérez.

Aproximadamente un millón de neoyorquinos que trabajan, ganan menos de $20,000 al año, de acuerdo a cifras de la Alcaldía, lo que equivale a una cuarta parte de la fuerza laboral en la Gran Manzana, una cifra que no ha disminuido, pese a que con la llegada de la Administración de Blasio en 2014, se creó el programa ‘Career Pathways o Rutas Profesionales’, con el fin de ayudar a que este grupo de trabajadores, en su mayoría hispanos y afroamericanos, lograran obtener ayuda en educación que les permitiera pasar a ser parte de la clase media.

Sin embargo, cuatro años después, se ha avanzado poco, al menos así se explicó el pasado viernes durante la presentación del reporte ‘Workforce Agenda for NYC’ o Agenda de Fuerza Laboral para Nueva York, un trabajo de investigación basado en una revisión de las iniciativas presentadas desde el comienzo de la Administración de Blasio, incluyendo entrevistas con más de 80 líderes de fuerza de trabajo públicos, privados, sin ánimo de lucro y filantrópicos.

En el informe, los coautores Steven L. Dawson y Stacy Woodruff, del Centro de Desarrollo de Campos Laborales del Workforce Professional Training Institute (WPTI), describen un conjunto de recomendaciones, que aseguran, la administración y el campo de desarrollo de la fuerza de trabajo deberían implementar para generar empleos de calidad y bien remunerados, y preparar a los neoyorquinos, especialmente a los que provienen de comunidades con pocos recursos.

Steven L. Dawson, asesor senior del Centro de Desarrollo de campos de trabajo del Workforce Professional Training Institute (WPTI)

La Alcaldía y los promotores de fuerza laboral han promovido este concepto de Caminos Profesionales pero en realidad nunca ha sido implementados en la práctica”, indicó Dawson, asesor senior de WPTI, un experto en análisis de políticas públicas sobre fuerza laboral.

Problemas de fondo

Según Dawson, el gran problema del programa de la Alcaldía radica en la falta de financiamiento para lograr conectar a las distintas organizaciones, un reto que, según él, afecta a las comunidades de bajos ingresos, debido a que no todas las rutas incluyen a quienes tienen “malos trabajos”, una expresión usada para referirse a los empleos de servicios y construcción.

El documento explica que las fallas del programa están relacionadas con la dIficultad de algunas organizaciones para recibir fondos, así como la falta de evaluación de logros, en gran medida por la inexistencia de una definición de “éxito”.

“Al final, nadie sabe exactamente cuántos dólares se gastan ni a dónde van. Y no hay un esfuerzo real para entender si esos dólares se están gastando para el efecto previsto”, explicó un comerciante.

Stacy Woodruff, directora del Centro y coautora del documento, explicó que también se encontraron fallas en la dinámica del activismo de las orgaizaciones, donde varios defensores no han podido reclamar al alcalde De Blasio, incluso por sus propias promesas de aumentar la capacitación en destrezas y balancear los fondos del programa en $160 millones anuales para 2020.

El centro de fuerza laboral de WPTI, fundado en 2004 como una organización intermediaria de capacitación y asistencia técnica, recomedó a la Alcaldía trabajar varios frentes:

  • Enfrentar las barreras sistémicas.
  • Construir un Fondo de Infraestructura de Información.
  • Crear asociaciones fuertes.
  • Lanzar una campaña de promoción profesional.
  • Crear un Consejo de Líderes de la Fuerza Laboral.

“Sí hay avances”

La administración de Blasio, por su parte, asegura que los avances sí existen y que el compromiso por cerrar la brecha de pobreza sigue latente.

“Para ayudar a crear la ciudad grande más justa de los Estados Unidos, Careers Pathways se está acercando al desarrollo de la fuerza laboral de manera holística, asegurando que las personas de todos los orígenes tengan las habilidades y los recursos que necesitan para participar en nuestra economía. Esto incluye estudiantes de secundaria, universitarios y adultos de todo el espectro socioeconómico”, dijo Raúl Contreras, un portavoz de la Alcaldía.

De acuerdo con información de la Administración de Blasio, solo en entrenamiento de habilidades, antes de 2014, la Ciudad invirtió poco menos de $29 millones para atender a aproximadamente 14,000 neoyorquinos, sin embargo, con la puesta en marcha del programa, las inversiones se han duplicado a alrededor de $50 millones y la cantidad de neoyorquinos que reciben capacitación ha aumentado a más de 21,000, en el año fiscal 2017.

Asimismo, en la categoría de apoyo a la universidad, la Ciudad habría invertido alrededor de $7 millones en CUNY ASAP, un programa que acelera la finalización de la universidad y en su momento duplicó las tasas de graduación de grado asociado de tres años, atendiendo a aproximadamente 4,000 estudiantes de CUNY.

Sin embargo, la Ciudad aumentó los fondos de este programa a $70 millones en el año fiscal 2018 y aumentará a $84 millones en el año fiscal 2010, logrando alcanzar a 25,000 estudiantes de CUNY.

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