El amor impulsa la esperanza
En 2015 escribí sobre la esperanza que tienen los niños. En estos tiempos necesito recordar.
Los niños tienen una reserva interminable de esperanza. La imagen del niño abandonado que espera en la puerta para que sus padres vuelvan por él es icónica.
He visto a niños creer que van a recibir ese regalo especial para Navidad año tras año y aún mantienen la esperanza. Incluso como adultos los hijos sostienen esa esperanza de niñez hacia sus padres. Una hija desea que su padre, a quien no ha visto en años, aparezca para acompañarla en el día de su boda. Un hijo espera que su padre lo acepte como es, un hombre gay. Los hijos de padres divorciados todavía tienen la esperanza de que sus padres se reconcilien.
El sentido en los niños de tener esperanza es tan resistente, amplio y fuerte que le da frente a la decepción, el dolor, escándalo e incluso, a menudo, la realidad. ¿Qué impulsa a los hijos a esperar lo mejor de sus padres aún cuando han visto lo peor en ellos? ¿Cuál es la fuente de esta esperanza?
Creo que es amor. Para muchos su amor les impulsa a tener la necesidad de creer, y esa necesidad de creer les da esperanza. Es cuando ya no creemos que perdemos la esperanza. Yo quiero tener ese sentido de la esperanza que tienen los niños. Quiero creer que este mundo está mejorando. Quiero creer que la humanidad está haciendo progreso. Quiero creer que cada individuo puede impactar positivamente al mundo. Necesito tener la esperanza de una niña.
-La Dra. Vasthi Acosta es la directora de Amber Charter School
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