Retos: la mejor forma de no acomodarse

Las vaguedades no sirven a los líderes

No solo con tener un buen producto se sale adelante. Las empresas necesitan metas.

No solo con tener un buen producto se sale adelante. Las empresas necesitan metas. Crédito: Shutterstock

Las metas son pasos en el camino hacia el éxito. Además, suponen desafíos que nos motivan a seguir mejorando como personas y a continuar creciendo como empresa. Tener metas es la mejor forma de no acomodarse, de no caer en la rutina, de salir de la dañina zona de confort.

El comienzo del año es el momento que la mayoría elige para fijarse nuevos retos. Unos toman la salida con ímpetu, pero se cansan pronto; otros continúan, aunque el camino se vuelva cuesta arriba, se bifurque o esté lleno de trampas. Estos son los que alcanzan sus metas. Son los líderes. ¿Cómo lo consiguen?

Fijan las metas. Empiezan por una reflexión y un conocimiento profundo de sí mismos y de la corporación en la que se integran. En primer lugar, analizan por qué quieren unas determinadas metas y no otras, si pueden hacerlas propias o son prestadas. En segundo lugar, son exigentes, no se conforman con cualquier cosa, porque las metas resultan motivadoras y son decisivas en el camino de la superación. Ya lo decía Cicerón, «cuanto más grande es la dificultad, mayor es la gloria». Sin embargo, los líderes equilibrados saben que no hay que poner el listón tan alto que sea inalcanzable: cuando uno se propone lo imposible, solo cosecha frustración.

Establecen un plan. Una vez acotada la meta, no basta con decir “quiero crecer, necesitamos rebajar costes o vamos a internacionalizar nuestra empresa”. Hay que definir por qué, para qué y de qué modo hacerlo. Las vaguedades no les sirven a los líderes. Cuando se establece una meta hay, que planificar su viabilidad y determinar las herramientas con las que será posible alcanzarla.

Acuerdan con el equipo. Un líder no trabaja solo, lidera un equipo que le respalda y en el que se apoya. Las metas empresariales emanan de él y también de su equipo. Juntos pueden ponerlas en común y conseguir que todos se impliquen en alcanzar los propósitos corporativos. El líder sabe que confiar, delegar, crear un buen ambiente y dar autonomía motiva, impulsa la implicación y el deseo de alcanzar nuevas metas.

Son perseverantes. Las metas se tienen por escrito junto con el plan para llegar hasta ellas, y se revisan a menudo, cada semana si hace falta. Los líderes saben que los propósitos no se cumplen solos, hay que trabajar por ellos cada día, hacer un seguimiento constante de los pasos dados y de los que quedan por dar.

Los líderes hacen suya la frase de Albert Einstein: «Si quieres vivir una vida feliz, átate a una meta». Esto significa que no solo luchan por llegar, sino que además lo disfrutan.

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