No se olviden de los que quedamos desplazados por el huracán María

Me llamo Brenda, tengo 42 años y llegué a Nueva York después del Huracán María de Vega Baja, Puerto Rico. Llegué en noviembre de 2017 con mi hermano de 40 años con discapacidad mental y mi abuela de 81 años y paciente de Alzeimers.

Despues del huracán mi vida cambió totalmente. Llegué aquí tratando de buscar un mejor bienestar para mi y mis seres queridos,hermano y abuela. Me desempeñaba como supervisora de ruta en una compañía privada de seguridad. Cuando llegamos a NY vivimos 5 meses en un hotel en Manhattan.

Luego que la agencia federal FEMA terminó la ayuda de vivienda temporera, pasamos un mes en un albergue también en Manhattan todo con la incertidumbre de a donde iremos después. Luego de un mes me volvieron a mover a otro shelter de familia en el Bronx cuyo nombre es Acacia Network.

Comencé a conocer personas de diferentes organizaciones, a políticos, fui portavoz en una conferencia de prensa en City Hall para que nuestro gobierno nos escuchara. Todos decían poder ayudar pero siempre quedaba en limbo. Nos han olvidado.

Este año mi abuelita ha tenido complicaciones de salud,y es a lo único que podría darle mérito a su atención médica. ¿Me pregunto por qué nos han dejado en la cola de la fila?

Regresar a Puerto Rico no es opción. Allá mi familia no tendría acceso a servicios de salud que necesitan, a empleos porque lo que se está viendo son medidas de austeridad y nada más que lo que hace es forzarnos a venir a Estados Unidos.

En éste último shelter ya cumpliré 6 meses y entiendo que con tres ingresos que tiene mi familia podemos salir de aquí. Quiero trabajar,ayudar a otras familias que llegan igual de perdidos que yo.

Pero antes de eso debo ir paso a paso,estabilizarme en una vivienda y estabilizar el cuido en el hogar de mi abuela. Sé que las personas que pueden ayudar no están ajena a nuestra situación. Necesitamos ayuda ahora.

Brenda Suárez reside en un refugio de El Bronx