La defensa de “El Chapo” se apoya en bromas para sembrar dudas y pedir que lo declaren inocente

El abogado Jeffrey Lichtman dio un discurso aderezado con tonos de voz y pantomimas

"El Chapo" escuchó atento a su abogado defensor, Jeffrey Lichtman.

"El Chapo" escuchó atento a su abogado defensor, Jeffrey Lichtman.  Crédito: EFE/Jane Rosenberg

El abogado Jeffrey Lichtman no quiso dejar “títere sin cabeza” a la hora de hacer bromas y burlarse de los testigos que presentó la Fiscalía para construir el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, y así tratar de sembrar dudas sobre las pruebas en contra de su cliente por los 10 cargos que pesan sobre él.

“¡Se cambió las orejas! ¡Las orejas!”, gritó un par de veces el abogado frente al jurado para burlarse de Juan Carlos Ramírez “La Chupeta”, quien se sometió a varias cirugías plásticas para modificar su apariencia y evitar ser perseguido por narcotráfico. “¿Cómo pueden confiar en alguien así?”, lanzó el defensor del mexicano; luego cuestionó la credibilidad de los 14 cooperantes del Gobierno de los Estados Unidos.

Lichtman habló de Pedro Flores, exsocio de Guzmán Loera en Chicago, de quien dijo que gracias a su acuerdo con la Fiscalía “puede tener sexo con su esposa, mientras ‘El Chapo’ no puede ver a sus hijas” y afirmó que el cooperante y su mujer disfrutarán las regalías por el libro Esposas del cártel. “Explotando al señor Guzmán”, lanzó.

El defensor lanzó todo tipo de afirmaciones desafiantes: “¡Mal chico, no cometas un delito de nuevo!”, bromeó sobre el castigo que tendrá Jorge Cifuentes tras el acuerdo que logró para hablar contra su exsocio en el envío de droga de Ecuador y Colombia a México y Estados Unidos, a pesar de supuestamente mentir al negar que los fiscales le dieron permiso para llamar a su hermano Alex y sumarlo al equipo de cooperantes.

“¡Escucha a esta basura!”, se burló Lichtman, quien para entonces ya había sumado los insultos, como “escoria” para referirse a los testigos, los de los fiscales –quiso reafirmar–, “no eran míos”.

Los Cifuentes fueron dos de los objetivos del discurso del abogado, quien sólo utilizó fotografías para apoyarse. Para él, los hermanos Jorge y Alex mintieron; especialmente el segundo, de quien recordó cuando lo cuestionó si había engañado a su familia, a sus colaboradores, a las autoridades, a su exsocio “El Chapo”; a todos dijo que sí, menos al último. “Es patético”, criticó. Agregó que los colombianos “mintieron una y otra vez”.

El defensor insistió en que quienes hablaron contra Guzmán Loera tendrían un beneficio, visas para ellos y sus familias y la libertad, asumiendo que todos saldrán de prision en pocos años, algo que es incierto. Cuestionó al Gobierno y sus métodos para lograr la sentencia del mexicano.

“Gente que miente está en esta sala”, afirmó al jurado y advirtió. “Ustedes son más listos que ellos“.

Luego se dirigió a su cliente y tocándole el hombro dijo: “Es un ser humano… tiene sentimientos”.

Guzmán Loera sacó pecho mientras escuchaba a través de la traductora; estaba relajado, a diferencia de Eduardo Balarezo, otro de los defensores, quien parecía tenso, frotándose las manos y el rostro, colocando los codos sobre el escritorio, una y otra vez. Otro de los abogados, William Purpura, estaba a la izquierda de “El Chapo” y se mantenía ocupado en la computadora. Emma Coronel escuchaba atenta, pero se le vio cansada, recargando el brazo en la banca y con la mano izquierda en la cabeza.

Lichtman se esforzaba en sembrar más dudas al jurado, en sembrar una especie de bosque en el que su cliente pudiera huir de una posible condena. En ese camino, el abogado se ganó varias veces la objeción de los fiscales, como cuando mencionó una conspiración de Ismael “Mayo” Zambada con el Gobierno mexicano y de los Estados Unidos para perseguir a Guzmá Loera.

“No hay ninguna evidencia de que el Gobierno esté liderando una operación (de ese tipo)”, precisó el juez Brian Cogan al jurado, desatanto la molestia del abogado, quien repitió en varias ocasiones que “Mayo” Zambada era el verdadero líder del Cártel de Sinaloa. “Paga sobornos a la Policía y políticos… es buscado, pero no lo pueden detener”.

A Lichtman se le acabaron los recursos, aunque los cambios de tonos de su voz le dieron un soporte especial a su discurso; presentó pocas pruebas e hizo muchas preguntas, pero aún así afirmó que había “una duda razonable” contra su cliente. Al cierre de sus alegatos bajó la voz, casi susurró para implorar: “Les ruego mirar a su corazón… encuentren la duda… no la dejen ir… no dejen ir lo que crean… es su decisión, pueden hacerlo, decir no, no, no es culpable”.

El emotivo mensaje contrastó con la imagen de una tarjeta que proyectó de cómo salir de la cárcel en el juego ‘Monopoly’ con la que quiso reforzar que los 14 cooperantes del Gobierno la usarían para salir de prisión.

Fiscalía pide enfocarse en las pruebas

“¿Zambada está en juicio? ¿Los hermanos Cifuentes? No, el señor Guzmán está en juicio”, refutó la ayudante del Fiscal, Amanda Liskamm sobre las afirmaciones de Lichtman.

Criticó que la defensa cuestionara los acuerdos con sus cooperantes, a quienes la propia Fiscalía considera criminales, y pidió al jurado “no cometer el mismo error” que Licthman. “Es una distracción de la evidencia presentada”, dijo tras defender los meses en que se escucharon a 56 testigos del Gobierno contra uno de la defensa.

En orden de creerle a la defensa… deberán creer que es el hombre con la peor suerte en el mundo”, indicó al señalar que los testigos –muchos de ellos sin conocerse entre sí– hablaran en su contra.

“El acusado es culpable… el único culpable”, asestó.

Las deliberaciones del jurado comenzarán el lunes, pero no es seguro que ese mismo día decidan sobre los 10 cargos contra Guzmán Loera, quien tras la participación de Liskamm se mostró menos entusiasta, mientras su abogado Lichtman se ensimismó revisando su celular.

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