Inmigrante y trabajador en NYC, un reto diario
El departamento de Protección al Consumidor y Trabajador redobla esfuerzos para que se cumplan las leyes laborales
Edith Mendoza dijo que como trabajadora doméstica ha laborado durante más de 80 horas por semanas pero recibió menos del salario mínimo y carece de beneficios. Manuela Blanco fue despedida cuando no llegó a su turno de empleo en una tienda de alimentos porque tenía que ocuparse de su hijo, piensa que por ser inmigrante y no atreverse a hablar o quejarse.
Testimonios como estos provenientes de sectores de actividad diversos se oyeron el pasado mes de julio en el Community College de La Guardia durante un foro en el que en el que se oyeron las dificultades con las que se enfrentan diariamente quienes trabajan en la ciudad. Son retos que complican mucho la vida en particular a los inmigrantes diariamente.
Así lo recoge el informe elaborado por la Oficina de Estándares Laborales del Departamento de Asuntos del Consumidor a partir de las declaraciones de los trabajadores. En este estudio se citan evidencias que apuntan a que a pesar de la rebaja del desempleo y la entrada en vigor de suscesivos aumentos del salario mínimo, particularmente los trabajadores inmigrantes hacen frente a importantes problemas a la hora de hacer efectivos sus derechos.
Horarios por encima de las 40 horas semanales, salarios por debajo de los mínimos legales, amenazas de despidos, deportaciones, acciones legales o robos de salarios. Estas situaciones, cuando no se dispone de estatus legal migratorio, hay dificultades con el idioma y llegan en un momento en el que la retórica antiinmigrante y las divisiones raciales están agudizadas, pasan una factura emocional muy importante a personas que pase lo que pase tienen que mantener hogares. Necesitan un salario a pesar de la inseguridad la protección inadecuada de sus derechos o careciendo de capacidad para negociar por una mejora del empleo.
Los empleados de ayuda en el hogar y los contratistas independientes mostraron un alto nivel de incertidumbre en este sentido. Otros trabajadores como los del sector de la construcción y de salones de uñas dijeron sentir preocupación por las condiciones de salud en sus trabajos, algo que se minimizaría con estándares distintos e implamentación de los que ya existen.
El robo de salarios, evidente o disimulado, es otro de los problemas con los que se encuentran los inmigrantes, las mujeres y las minorías sobre todo.
Son quejas que encuentran eco y a las que la ciudad está intentando responder. Este departamento, que se va a pasar a llamar de de Protección al Consumidor y Trabajador, ha duplicado el personal y el esfuerzo a la hora de llegar a más trabajadores y vigilar que más empleadores cumplan los estándares y protecciones laborales, además de acelerar las respuestas en caso de represalias, entre otras acciones.
Las leyes de horarios justos, licencias familiares y la de protección de freelancers aprobadas y en vigor en los útimos dos años en la ciudad, son algunas iniciativas legislativas más recientes. En 2017 se creó la División de Cuidados Pagados para los trabajadores en el hogar.
No obstante muchas situaciones requieren de soluciones que no solo pasa por el endurecimiento de las leyes municipales. En este reciente informe se explica que las políticas federales más recientes, el aumento de los arrestos por parte del ICE, las detenciones y deportaiones además de los cambios que se han hecho por el Consejo Nacional de Relaciones Laborales y el Departamento de Trabajo, “están erosionando los derechos de los trabajadores”.