El Gobierno ya está abierto pero su cierre provocará hambre en NYC

La red de despensas de caridad y comedores de Food Bank ya está bajo intensa presión y no da abasto

El reciente cierre del Gobierno ha dejado muchas crisis. Una de las más graves es la del hambre que se va a sentir este mes de febrero en los hogares con menos ingresos y que por azares del calendario escolar llega en el peor momento para los niños de Nueva York.

Los SNAP de febrero, anteriormente conocidos como ‘cupones de comida’, se distribuyeron dos semanas antes de lo que correspondía debido al cierre del Gobierno que empezó el 22 de diciembre del 2018 para acabar el pasado 25 de enero. Eso significa que los beneficiarios de esta ayuda alimentaria, que cubren alrededor de dos semanas de comida para la mayor parte de los hogares, deben administrarlos de forma que duren seis semanas hasta que se reciban los siguientes.

Y cuando se tienen SNAP es porque nada sobra, lo que según el Food Bank de Nueva York anticipa días de hambre en febrero para más de un millón y medio de residentes de la Gran Manzana que reciben estos cupones.

“El periodo de tiempo largo entre los desembolsos de SNAP presenta un obstáculo y trastorno para quienes ya lidian con inseguridad alimentaria además de imponer una mayor tensión entre los proveedores de comida en los cinco condados”, explicó este martes Margarette Purvis, presidenta del Food Bank de NYC.

Mal momento para los niños

Este banco, que ha atendido a muchos de los 18,000 trabajadores federales y sus familias afectados por el cierre, ha levantado la voz de alarma en un momento particularmente complicado para los niños, ya que el llamado ‘winter break’, del 18 al 22 de febrero, cerrará las escuelas y con ello los comedores donde los pequeños tienen acceso a dos comidas gratis al día. A esos días hay que añadir el fin de semana anterior y posterior a este periodo sin escuela.

Y la caridad no puede aliviar totalmente el hambre en condados como El Bronx, donde uno de cada tres residentes recibe SNAP, o Brooklyn, que tiene un 22% de sus habitantes como beneficiarios de esta ayuda. Para poner el alcance del SNAP en perspectiva, un mes de estos beneficios provee más comidas a los neoyorquinos que los necesitan, que la totalidad de la distribución de alimentos que hace el Food Bank de NYC, el mayor banco de alimentos del país.

La red del Food Bank ya está bajo una extraordinaria presión desde que se renovó hace 10 años la ‘Farm Bill’ que redujo los SNAPs por lo que será todo un reto hacer frente al hambre en la ciudad este mes, según se explicó desde esta organización.

Esta red, de casi 1,000 lugares que ofrecen ayudas entre despensas y comedores, atiende a cerca de 1.4 millones personas que lo necesitan, muchos de los cuales son trabajadores, y solo el 20% abren tras las 5:00 p.m. que es cuando pueden ir quienes tienen los horarios más frecuentes de labor. Solo el 23% de los comedores de la ciudad tienen servicios a partir de esta hora.

Pero pueden hacer muy poco más cuando casi el 50% de comedores y despensas operan con un presupuesto anual de menos de $25,000. Lo que no significa que tengan siempre disposición financiera fácil. El 76% solo tienen un mes de capital en mano o menos para sus operaciones.

La mayoría no puede atender las necesidades de todo el que se acercan para hacerse con una comida caliente o ingredientes para ello. El 66% de la red ha verificado que hay un incremento de visitantes que van por primera vez, el 63% registran más visitas de personas mayores y en el 62% de las despensas y comedores se ven a más familias con niños.

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