“El Chapo” es culpable de los 10 cargos en su contra en Estados Unidos

El jurado de ocho mujeres y cuatro hombres tomó la decisión por unanimidad

Guzmán Loera recibirá sentencia el 25 de junio a las 10:00 a.m.

Guzmán Loera recibirá sentencia el 25 de junio a las 10:00 a.m. Crédito: EFE / Getty

Lejos quedaron las montañas de Sinaloa, donde Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera se escondió durante varios años para huir de la justicia; tampoco hubo túneles que permitieran al mexicano  escapar del jurado neoyorquino que lo encontró culpable de los 10 cargos en su contra.

Guzmán Loera, señalado como uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, escuchó atento al juez Brian Cogan leer la decisión de las ocho mujeres y cuatro hombres sobre su futuro en los Estados Unidos. Será el 25 de junio a las 10:00 a.m. cuando conozca la sentencia, aunque sólo por el primer cargo, “Liderar continuamente una organización criminal”, se tiene previsto un castigo mínimo de cadena perpetua. La misma sanción podría alcanzar por algunas de las otras acusaciones sobre drogas. No hay fianza a pagar, el mexicano deberá permanecer en el Centro Correcccional Metropolitano de Manhattan hasta entonces.

El juez Cogan leyó la decisión sobre las 27 violaciones del primer cargo, de las cuales consideraron que los fiscales federales no pudieron probar dos: la distribución internacional de cocaína, por un caso en marzo de 2007 por 19,000 kilogramos, y distribución de marihuana en un caso de enero de 2012 de 409 kilogramos.

Alrededor de “El Chapo” ya no había primer, segundo o tercer círculo de seguridad que lo protegía en las montañas, ahora tenía a su lado el equipo legal que lo defendió, sentado a su izquierda, comenzando por William Purpura, seguido por Eduardo Balarezo –quien fue el primero en tomar el caso– y Jeffrey Lichtman, el más teatral de los tres, quien cerró los alegatos con bromas e intentos de desestimar a los 14 cooperantes que declararon contra Guzmán Loera. Detrás del mexicano, quien se sentó en el sillón de los acusados desde el 5 de noviembre, había cuatro agentes federales.

En el rincón de la misma banca donde estuvo durante todo el proceso, en la segunda del lado derecho entrando a la sala, Emma Coronel recargó su brazo en el descanso derecho, portaba un aparato auditivo que le permitió escuchar la traducción en tiempo real. Estaba seria, luciendo un abrigo verde, similar al amarillo que lució un día antes.

“¿Lograron acuerdo unánime en cada cargo?”, preguntó el juez Cogan previo a leer el formulario que debieron llenar los miembros del jurado, quienes asintieron con la cabeza. “Culpable” repitió diez veces el impartidor de justicia; luego preguntó a cada uno de los miembros si el resultado “representaba su decisión”; los 12 neoyorquinos respondieron individualmente: “Sí”. La defensa, en voz de Purpura, expresó su satisfacción por el trabajo del jurado.

“Nunca había visto a un jurado en un caso que pusiera tal atención a los detalles”, indicó el juez Cogan en un mensaje escuchado también por los suplentes. “La forma en que lo hicieron… me hacen sentir orgulloso de ser estadounidense”.

Las 11 mujeres y siete hombres (incluidos suplentes) recibieron el agradecimiento por su labor en el anonimato, mismo que la Corte Federal del Distrito Este mantendrá en secreto, a menos que ellos –en una decisión personal– determinen hablar ante la prensa sobre el caso. “No lo recomiendo”, dijo el juez Cogan, quien señaló que una vez que se abra esa puerta, “ya no podrán cerrarla”.

Tras pedir al jurado que saliera, el juez indicó la fecha de la sentencia, los fiscales Andrea Goldbarg, Adam FelsGina Parlovecchio, Amanda Liskamm Anthony Nardozzi se abrazaron y sonrieron por su éxito contra el mexicano, también culpable por manejo de armas y lavado de dinero procedente del tráfico de drogas.

Frente a ellos, Guzmán Loera saludaba a su esposa, hacía gestos de abrazos en el pecho, el cual también se golpeaba con el puño a la altura de corazón y asentía con la cabeza, sin perderla de vista. Ella no lloró, no al menos en la sala. Los asistentes, la mayoría gente de la prensa, comenzaron a salir. La exreina de belleza se fue a una pequeña habitación para evitar hablar.

Se espera que Guzmán Loera sea enviado a la prisión de máxima seguridad ADC Florence, en Colorado, la cual fue sugerida por el juez Cogan y los fiscales, pero serán los alguaciles federales quienes tomen esa decisión después de la sentencia.

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La defensa prepara apelación

En una conferencia conjunta, Lichtman, Balarezo y Purpura indicaron que apelarán la decisión del jurado, pero el segundo aseguró que su cliente “estaba muy consciente” de lo que sucedería este martes.

“Vamos a seguir adelante… es un tipo fuerte… entiende lo que pasó y lo que él enfrenta y que sigamos adelante defendiéndolo”, indicó.

Lichtman dijo que esperaba que “algo pasara en México” con Ismael “El Mayo” Zambada, el principal socio de Guzmán Loera, que fue utilizado por la defensa para criticar la persecución hacia su cliente, pero reconoció que los fiscales federales hicieron “un gran trabajo” con el caso, el cual consideró difícil de enfrentar.

Afirmó que esto no terminará con el tráfico de drogas. “¿La cocaína dejará de fluir al sentenciar a Joaquín Guzmán? ¡Por Dios! ¿Alguien de verdad cree que algo cambiará?”, cuestionó. Dijo que el líder del Cártel de Sinaloa es “por supuesto, un trofeo para el gobierno”.

Lichtman acusó al Gobierno mexicano de no querer ayudar a detener a los líderes de cárteles. “Es muy difícil acabar con los líderes de las drogas si México no participa en esto, ellos no lo hacen, no les importa lo que la gente dice”, afirmó.

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