Barcelona cambió la historia de El Clásico por primera vez en 87 años
Lionel Messi y el resto de la plantilla blaugrana consiguieron una marca a costa del Real Madrid que nunca imaginaron que llegaría
Dos victorias en tres días en un Bernabéu que se marchitó a la par del Real Madrid está al alcance de un Barcelona que hace historia, con mucha de la letra que le da Messi, la firma que autentifica la mayoría de los logros.
El último y más reciente del Barça, además de confirmarse como líder y dejar en la banquina a Real Madrid, es haber pasado al frente en el historial por primera vez en 87 años: 96 victorias contra 95 del Madrid.
No es casualidad que el gran vuelco se haya producido desde 2004, cuando estaba por debutar Messi, acompañado por una notable generación de futbolistas, muchos de los cuales ya no están, como Xavi, Iniesta, Puyol, Dani Alves. Pero sigue Messi, que es mucho decir. Con el argentino, Barcelona ganó 13 de 23 clásicos como visitante en los últimos 15 años.
Le comió la moral este Barcelona a Real Madrid. Jugó en el Bernabéu como un equipo experto, repleto de oficio, contra un rival que transmite impotencia y angustia en cada ataque inconcluso. No le pudo marcar en 180 minutos, este sábado en buena medida por un Piqué descomunal en su área.
“Meeessi, Meeeessi…“, el canto baja reverencial de los 2000 hinchas de Barcelona que ocupan un costadito de la quinta bandeja del Bernabéu, más cerca de las nubes que del campo de juego. No importa, desde el más allá, los hinchas se sienten más seguros con su genio, mucho más activo e implicado en el juego que tres días antes. Como si las energías que se reservó el miércoles por la Copa del Rey, las estuviera poniendo ahora al servicio de este puntero indomable.
Durante el primer tiempo, Messi jugó, se enojó cuando interpretó que Dembelé se apuraba y no hacía lo que pedía la jugada, y también se encaró con Ramos, cara a cara, por un choque del zaguero que le provocó un corte en el rostro. Un choque de pesos pesados, de dos futbolistas con más de 40 clásicos sobre las espaldas.
El Bernabéu rugió de furia contra Messi, blanco predilecto de abucheos e insultos junto con Piqué, que tuvo 90 minutos descollantes, una muralla contra la que chocó la mayoría de los ataques del Madrid.
Messi nos mostró sus dos versiones: jugó al pie y al espacio. Ventiló el ataque cuando barrió el frente de derecha a izquierda, y desembarcó en el área para una definición que se fue desviada y tomar con la suela un rechace de Courtois que volvió a controlar el arquero.
El pase de Messi ordena. Vio la proyección de Sergi Roberto, autor de la asistencia a Rakitic, que definió con clase por encima del arquero.
La buena actuación de Messi pudo tener el broche en el último minuto con un remate que se fue apenas desviado. A los saltitos, de cara a los hinchas, Messi y el resto del equipo le dedicó el triunfo. Uno que sirvió para poner la quinta velocidad al título, dejar a Solari en la cuerda floja y reescribir a lo grande la historia del clásico.