La huelga más larga en una de las universidades más importantes de México

Paro en la UAM es el primero que enfrenta el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador

Rectoría General de la UAM en Ciudad de México.

Rectoría General de la UAM en Ciudad de México. Crédito: Tempusflow [CC BY-SA 2.5]/Wikimedia

MÉXICO – Estudiantes y maestros de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la segunda universidad del país por su matrícula, se sienten agredidos después de casi tres meses de huelga convocada por uno de los sindicatos y que los mantiene sin clases ni trabajo, endeudados con familiares y bancos.

“Nos están quitando el derecho a la educación”, dijo Leasly Campa, una alumna de doctorado que hace de representante legal ante una demanda judicial de “amparo” que interpusieron alumnos para volver a las aulas, una reacción inédita en las escuelas de educación pública, donde regularmente los estudiantes apoyan a los huelguistas ,o por lo menos callan y esperan.

Los alumnos de la UAM comenzaron a organizarse desde la semana pasada para recopilar firmas en contra del paro que inició el pasado 1 de febrero y les impidió finalizar el trimestre ,mientras que los académicos han tenido que buscar otros trabajos de todo tipo, incluyendo trabajar como choferes de Uber y otras acciones desesperadas, porque no les pagan.

“Esto es lo que nos ha llevado esta huelga convocada por el Situam”, dijo Miguel Ángel Ármela, profesor de biología de la UAM, campus Iztapalapa, uno de los 3,000 académicos que conforman la plantilla de la casa de estudios junto con 58,600 estudiantes.

El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (Situam) que aglutina a trabajadores no académicos, mantiene un rígido pliego petitorio sobre el cual no ha querido ceder, entre otras cosas, un bono anual de 11,000 pesos, incremento de sueldo del 6.35% a los menos remunerados y disminución del 10% para quienes ganen más.

El líder del Situam, Jorge Dorantes, acusa de corrupción a las autoridades de la rectoría porque, según sus acusaciones, a la fecha existen al menos 1,200 trabajadores de confianza que han sido contratados de “manera irregular” y “discrecional” y que ocupan el 30% del total del presupuesto. “Nosotros lo llamamos la nómina dorada”, sostiene.

El rector Eduardo Peñalosa respondió, vía redes sociales, que las peticiones del sindicato no son realistas y negó “el rumor” sobre corrupción, así como la posibilidad de redistribuir el salario porque la partida presupuestal está definida por ley.

La abogada Graciela Bensusán, investigadora de la UAM, opinó que el problema tiene también un trasfondo de falta de democracia en el Situam: “La huelga debería ser por voto universal, secreto y directo; pero en este caso fue un número pequeño de delegados quien la decidió”.

Una encuesta aplicada a profesores recientemente reveló que el 91% de ellos quiere volver a clases mientras los estudiantes comienzan a radicalizar su desesperación. “A veces parece que les gusta estar en paro”, señaló David García, estudiante fundador de la Organización Independiente Estudiantil de la universidad.

La huelga en la UAM es la primera que enfrenta el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

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