Se tambalea caso contra coacusado de asesinar al narco “Tonka”; testigo mencionó a Ozuna en el juicio

La defensa de Edison Merced Olivera insistió en el historial delictivo y las supuestas mentiras bajo juramento de uno de los testigos clave

Merced Olivera fue arrestado junto al otro coacusado, Waldemar Febres Sánchez, en Dominicana.

Merced Olivera fue arrestado junto al otro coacusado, Waldemar Febres Sánchez, en Dominicana. Crédito: (Archivo / GFR Media)

PUERTO RICO – En medio de cuestionamientos que incluyeron hasta su identificación ante el juez, la defensa de Edison Merced Olivera intentó una vez más poner en duda la credibilidad del presunto testigo ocular del asesinato del narcotraficante Carlos Giovanni Báez Rosa, alias Tonka, en agosto de 2017.

En la continuación de la vista preliminar en alzada que se celebra en la sala del juez Aldo González Quesada, del Tribunal de Hato Rey, el abogado Jorge Gordon, representante legal de Merced Olivera, bombardeó al testigo Misael Antonio Rodríguez Rivera con referencias a su pasado delictivo, que incluye dos instancias de fuga de las manos de la justicia, en las que llegó a valerse de la utilización de un nombre falso para despistar a las autoridades.

La vista de este miércoles, de hecho, no quedó exenta de polémica sobre la identidad de Rodríguez Rivera. Al inicio de la sesión, el testigo se presentó ante el juez como Antonio Misael Rodríguez Rivera, mientras que en horas de la tarde, tras el receso para el almuerzo, se identificó como Misael Antonio Rodríguez Rivera, invirtiendo los nombres propios que había ofrecido en la mañana.

A preguntas de Gordon, Rodríguez Rivera insistió que, al inicio de la vista, se había “equivocado” al identificarse como Antonio Misael.

Esa equivocación sin embargo, no evitó que el abogado de defensa cuestionara su credibilidad al recordar, al igual que ocurrió durante la fase de vista preliminar, que en marzo de 2014, al ser arrestado por primera vez en un caso en el que más tarde se declararía culpable por apropiación ilegal de una pieza vehicular, Rodríguez Rivera le indicó a las autoridades que su nombre completo era Antonio Rivera Rodríguez.

Tras escaparse del Hogar Crea en que fue ingresado, Rodríguez Rivera fue detenido nuevamente en diciembre de 2015, ocasión en la que ofreció su nombre real a las autoridades, evadiendo así en primera instancia enfrentar cargos por la fuga previa.

Luego de escaparse por segunda ocasión en julio de 2017, mientras hacía labores de ornato en una escuela como parte de su condena, Rodríguez Rivera se refugiaría en el sector de Cantera, en Santurce, donde de inmediato quedó como encargado de uno de los hospitalillos de la zona, desde el cual alegadamente presenció el asesinato de Tonka en la madrugada del 2 de agosto de ese año.

Rodríguez Rivera, quien además de haber deambulado por el área metropolitana aproximadamente desde 2011 dijo ser adicto a la cocaína y la heroína, fue arrestado por tercera ocasión el mismo día del homicidio en horas de la tarde, cuando, de acuerdo con su testimonio, un agente de la policía lo identificó por un tatuaje en el lado izquierdo de su cuello.

Poco después de la medianoche el 2 de agosto, de acuerdo con Rodríguez Rivera, recién había terminado de fumar una pipa de crack cuando escuchó unos disparos justo afuera del hospitalillo que ubica frente a una de las vías principales de Cantera. Al observar a través de la ventana rota de la estructura avistó a dos hombres cargando armas largas y dirigiéndose hasta un “pedregal” en el que presuntamente se encontraba Tonka compartiendo con otras personas.

Una de los dos hombres, de tez clara, según el testimonio, era Merced Olivera, también conocido como Chino Oriental. El otro hombre, con trenzas y de piel oscura, de acuerdo con Rodríguez Rivera, era Waldemar Febres Sánchez, coacusado por la muerte de Tonka.

Tal como testificó en la vista preliminar, Rodríguez Rivera señaló que al salir del hospitalillo pudo ver a Febres Sánchez “rematar” a Tonka a corta distancia frente a unas vallas ubicadas en el medio de la calle, antes de montarse en la parte de atrás de una guagua negra y escapar la escena. Sin embargo, dijo que luego de observar –desde el interior del hospitalillo– a Merced Olivera disparar en dirección a donde se encontraba Tonka, no volvió a verlo en la escena.

(Por: Manuel Guillama Capella / Para Primera Hora)

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