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Las tarjetas prepagadas, frecuentes entre quienes no tienen cuentas de cheques, tienen nuevas protecciones

Buena parte de las protecciones de las tarjetas prepago se activan cuando se registran estas./Shutterstock

Buena parte de las protecciones de las tarjetas prepago se activan cuando se registran estas./Shutterstock Crédito: Shutterstock

Con el tiempo los consumidores se han ido habituando a usar tarjetas prepagadas, es decir, las que funcionan si han sido aseguradas por un prepago. En 2003 estas tarjetas que se rellenan con dinero (pero que no incluyen a las tarjetas regalo) apenas movían $1,000 millones. En 2012 fueron $65,000 millones y se espera que el año que viene esta suma ascienda a $116,000 millones.

Son muy convenientes para personas que no tienen cuentas en los bancos, para quienes quieren gestionar cuidadosamente sus presupuestos de una forma conservadora o quienes quieren dar dinero a sus hijos para que se lo administren, por ejemplo.

Desde hace poco más de dos meses sus usuarios tienen mayores protecciones, reglas que La Oficina Federal de Protección al Consumidor Financiero (CFPB en sus siglas en inglés) empezó a estudiar en 2012. Las reglas afectan a tarjetas prepago que se pueden comprar en tiendas pero también aquellas que se usan para abonar nóminas o beneficios del Seguro Social y a las transacciones móviles entre personas como las que facilita Venmo, PayPal o Apple Pay Cash. Las tarjetas regalo no se incluyen en esta categoría.

¿Cuáles son?

  1. Más información. En el paquete en el que se contiene la tarjeta debe haber información de las comisiones más importante que se aplican. Y es una información que tiene la misma presentación en todas las tarjetas para que los usuarios busquen, comparen y compren la que mejor les venga. Dentro del paquete tiene que haber información más detallada.
  2. Protección. Una de las ventajas de las tarjetas tradicionales de débito pero sobre todo crédito es la protección en caso de pérdida, robo o uso indebido por un tercero. Las nuevas reglas permiten que el usuario no sea responsable por más que determinada cantidad si se registra la tarjeta en la página de Internet del emisor. En caso de que se reporte el problema (una vez registrado) más de 60 días después las pérdidas de la tarjeta no son limitadas. Es muy importante que se esté atento a los movimientos de la tarjeta y sobre todo que se registre para que esta protección se active. Este registro es importante también para hacer valer la protección del Fondo de Garantía de Depósitos– FDIC– en caso de que lo tenga (la mayor parte lo tiene) es decir que se protege hasta una cierta cantidad en caso de que el emisor deje de operar.
  3. Sobregiro. Según Pew Charitable Trust casi tres de cada cuatro de los usuarios de estas tarjetas sin cuentas de cheques favorece este tipo de pagos por evitar el sobregiro, es decir el crédito que hace el banco al usuario de la tarjeta para hacer un pago cuando no tiene suficiente dinero para ello. Este servicio es muy caro. En caso de que estas tarjetas permitan gastar más de lo que tienen prepagado (son las menos usuales) tienen que dar información sobre cómo se hace, se regula como crédito y hay limitaciones que las separan del resto de sobregiros. Procure evitarlas.
  4. Sin costo. Las informaciones básicas como el balance de la tarjeta o las operaciones hechas con ella que se soliciten vía telefónica o en Internet no deben costar dinero al usuario.

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