Google despide a activista que estaba en contra de colaboración con ICE
Casi 1,500 empleados del gigante de la informática firmaron una petición para que no colabore con agencias de inmigración
El gigante informático bajo la lupa de sus empleados. Crédito: MICHAEL GOTTSCHALK | Getty Images
El despido de cuatro trabajadores de Google ha generado críticas en contra de la empresa, a la que acusan de actuar en represalia por el activismo sindical que llevaban a cabo los ahora desempleados.
Entre los despedidos se encuentra Rebecca Rivers, una mujer que se desempeñaba como ingeniera de software y que habría encabezado una petición pública para exigir a Google que no colabore con las agencias federales de inmigración.
En su cuenta de Twitter, Rivers confirmó el lunes su despido.
Desde la semana pasada Rivers había sido suspendida de sus labores junto con Laurence Berland, otro de los que se quedaron sin trabajo y que había estado al frente del movimiento de organización sindical.
Esa suspensión administrativa generó el viernes pasado una protesta en la que participaron alrededor de 200 trabajadores de Google, quienes también denunciaron la contratación de una firma de consultoría dedicada a frenar la formación de sindicatos.
La petición para que Google no colabore con las agencias de inmigración fue lanzada hace tres meses y ha sido firmada por casi 1,500 empleados.
En ella se argumenta que Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR) han perpetrado “un sistema maligno de abuso y negligencia” al violar los derechos humanos de los inmigrantes, encarcelar a niños y separar familias.
El gigante informático con sede en San Francisco, California, no ha emitido un comunicado oficial sobre el despido de los empleados.
De acuerdo con algunos medios de comunicación, la empresa decidió terminar la relación laboral de los cuatro trabajadores por haber violado las políticas de seguridad de información.
Sin embargo, otros empleados involucrados en un movimiento laboral interno, conocido como Google Walkout for Real Change, aseguran que se trata de un acto de represalia para evitar la organización de los trabajadores.
“Cuatro de nuestros colegas se manifestaron y organizaron para tener un mejor lugar de trabajo. Cuando lo hicieron, Google actuó contra ellos”, refiere el comunicado de los disidentes.
Desde hace dos años Google ha enfrentado protestas y movilizaciones de algunos de sus empleados que se oponen a decisiones corporativas que pudieran implicar la complicidad de la empresa en la violación de derechos civiles.
