Menos hostilidad con los inmigrantes es el mayor deseo de muchos hispanos para el 2020

A la fórmula de desear más dinero, salud y amor, quienes batallan y conocen las crecientes trabas por la legalización, anhelan que ese camino no sea tan espinoso en este nuevo año.

Doris Castillo reza por quienes sufren por el largo camino para ser legales .

Doris Castillo reza por quienes sufren por el largo camino para ser legales . Crédito: Fernando Martínez | Fernando Martínez

Podría ser predecible lo que los hispanos que viven en la Gran Manzana, añoran para el año que apenas comienza. Al tradicional paquete de peticiones, por más salud, dinero y amor, se une un anhelo creciente de muchos consultados: que no se sigan complicando los temas migratorios en este país.

La dominicana Doris Castillo de 50 años,  narra que no tuvo un 2009 fácil. Su esposo casi pierde una pierna y su hijo adolescente no para de convulsionar, sin embargo, no pierde el optimismo.

“Yo tuve un año terrible, tuve la fortaleza de salir adelante, pero te digo honestamente yo siendo legal en este país y viendo cómo es difícil avanzar, pienso mucho en las miles de personas que además de todo, tienen que lidiar con el tema de sus papeles”, expresa la comerciante residente de Washington Heights.

Doris estaba en un supermercado de la calle 165, del Alto Manhattan, buscando los últimos ingredientes para preparar un pernil y el pastelón, para celebrar la llegada del 2020.

“En lo personal yo creo que Dios me dio grandes batallas, porque soy una guerrera. Pero te repito, además de salud para mi familia, deseo que no haya tantas complicaciones para que la gente decente pueda legalizarse y trabajar por este país, en donde si usted hace las cosas bien, usted progresa”, asegura quien tiene 13 años viviendo en la ciudad de Nueva York.

La visión de Doris sobre el año que apenas empieza a despertar, es más complicada para el salvadoreño, Luis Jiménez de 25 años, un trabajador de la construcción de Corona en Queens, quien pasó Navidad y Año Nuevo muy solo, porque fue imposible traer a su esposa y a su hijo.

“Llevo 6 años aquí, trabajando muy duro, no estoy metido en nada malo, ni en gangas (pandillas) ni nada, y créeme que cada día veo más complicado que pueda ser legal aquí. Este año que pasó, uno siente que todo está más difícil y más aún si eres pobre. Ni noticias quiero ver”.

Luis cruzó los dedos en las vísperas del Año Nuevo, con la foto de su familia, deseando “un milagro” que lo pueda reunir con su familia.

“Si uno trabaja aquí duro, uno progresa rápidamente, pero no tener papeles cada vez se convierte en una tragedia. Y este año que pasó a todo le pusieron más trabas”, comentó el inmigrante.

Aunque organizaciones que trabajan en beneficio de los inmigrantes, consideran que para los neoyorquinos haber dado el paso de una licencia de conducir para indocumentados fue importante, por otra, anuncios que apuntan a mayores escrutinios para obtener la residencia permanente, las amenazas de deportaciones masivas y los anuncios de nuevas reglas de carga pública, definieron de alguna manera el panorama migratorio en 2019.

“Yo no quisiera estar escondido otra vez, como este verano que me daba hasta pánico salir a trabajar cuando anunciaron la redadas”, añadió Luis.

Juan Cuevas trabajó en las vísperas del 2020. Agradece contar con un empleo.

Tenemos la suerte de vivir en este país

Al otro extremo de la ciudad, Juan Cuevas , de 48 años,  un almacenista quisqueyano en un supermercado de Washington Heights, vivió la víspera del 2020 organizando frutas y verduras, pero optimista con el futuro y celebrando que tiene un empleo.

“Obviamente mi país es más divertido en estas fechas, pero por otro lado la situación es dura, así trabajes. Aquí, en medio del frío, debes sacudirte el sudor, pero puedes salir adelante. El tema es la renta que cada año sube más. Pero hasta ahora podemos. Yo sé que este año será mejor, tenemos la suerte de vivir en este país“, puntualizó Juan a pocas horas de recibir el nuevo año.

Este martes 31 de diciembre la ciudad de Nueva York no se detuvo. Supermercados, bodegas, restaurantes en los cinco condados siguieron su curso normal en una temporada de mucho movimiento comercial. La palanca de la mano de obra inmigrante fue fundamental para convertir a la Gran Manzana en la ciudad que no durmió en las vísperas del 2020, los cálculos apuntan a que el 40% de la fuerza laboral es inmigrante.

La jubilada con 27 años viviendo en Nueva York, María Solano, residente de la Avenida St Nicholas en el Alto Manhattan, salió a pesar del frío a realizar sus compras para la cena, para disfrutar en familia, recordando las fiestas en su natal Santo Domingo.

“Mi deseo es tener más salud, porque yo quiero sentirme mejor. Lo principal es la salud, todo lo demás, lo podemos ir arreglando. Mi otro deseo es que se termine el odio hacia ciertas personas en este país. Eso lo debemos superar en 2020. No es justo que algunas personas vivan con miedo”, aseveró María.

La jubilada María Solano anhela un 2020 sin odios.

El deseo de la señora María, se multiplica en miles en una ciudad que registró en 2019 un incremento de más del 55% en los casos de crímenes de odio, especialmente a las comunidades judías y LGBTQ.

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