¿Por qué Bernie Sanders es una amenaza para el Establishment demócrata y económico?

Bernie Sanders, precandidato a la presidencia.

Bernie Sanders, precandidato a la presidencia. Crédito: Agencia EFE

Después de las elecciones presidenciales del 2016 el aspirante a la candidatura el Senador Independiente Bernie Sanders llegó a ser el político más popular de los Estados Unidos. Lo decían todos los medios de comunicación.

Sanders gozo de esa popularidad por más de dos años hasta que comenzaron las postulaciones de candidatos dentro del Partido Demócrata, y cuando el ex vicepresidente Joe Biden decide postularse, de la noche a la mañana lo aventaja en las encuestas con más de 20 puntos. Los medios de comunicación favorables al Partido Demócrata (al Establishment Demócrata) se alegraron y le dieron la mayor cobertura posible a Joe Biden. Sanders casi desaparece de los medios y su nombre deja de mencionarse. Sin embargo, Joe Biden no resulto ser el candidato ideal e idóneo que iba a tomar la delantera y ganar fácilmente el apoyo y empuje de los votantes: sus apariciones en público y habilidad para debatir dejo mucho que desear; muy poca recaudación de fondos para costearse una campaña presidencial a largo plazo, entre otros, no le ayudaron a ser ese candidato deseado por el Partido Demócrata y su establishment. Comenzaron las dudas si sería el candidato fuerte, que se esperaba, que iba a ganarle a Trump en el 2020.

A pocos días de las primeras elecciones primarias en Iowa Joe Biden ya no es el favorito, sino Sanders, seguido por la Senadora Elizabeth Warren. En caso que Sanders gane Iowa y después New Hampshire, donde le ganó abrumadoramente a Hillary Clinton en el 2016, al llegar al Super Tuesday en marzo 3, donde se celebran primarias en más de una decena de Estados, incluyendo California- Estado que le dio un fuerte apoyo a Sanders en el 2016- se proyecta que ya no lo podrían parar, y él sería el potencial candidato presidencial del Partido Demócrata.

Pero: ¿Podría Sanders ganarle a Trump en el 2020? En el 2016 muchas encuestas le daban el gane a Sanders sobre Trump en los estados competitivos o “Battleground States”, como se los conoce en inglés, donde perdió la candidata Clinton. Trump nunca habló mal de Sanders porque sabía que muchos de los votantes que él necesitaba, también simpatizaban con Sanders. La gran mayoría son votantes independientes, que pueden votar por cualquier candidato. Trump atacó a Hillary Clinton de principio a fin. Ella era la enemiga que se debía atacar, no Sanders. Esos Estados fácilmente se los puede ganar Sanders a Trump esta vez, ya que muchos de los que votaron por Trump en el 2016 fueron tambien simpatizantes de Sanders y están arrepentidos de haberle dado el voto a Trump. Ellos verían en Sanders a un Presidente más honesto, estable y responsable. Esa simpatía que le tuvieron en el 2016, que probablemente todavía se la tienen, podría traducirse en votos.

La gran mayoría de los “milenios” continúan apoyando a Sanders y su campaña es una de las más sólidas, y parece que algunos de los líderes demócratas han comenzado a reconocer y contemplar la posibilidad de su nominación. Sin embargo, los medios continúan ignorándolo y ofreciéndole poca cobertura. Y en cuanto más lo atacan líderes demócratas, como Hilary Clinton, más los votantes se interesan en él. Esto le puede favorecer a Sanders, ya que esos votantes resentidos con los medios y con los partidos Republicano y Demócrata están conscientes de esto y los va a motivar a votar por el menos favorecido por los medios y la clase política. Se repitiera lo mismo de Trump, solamente que esta vez seria en contra de él.

Sí Sanders gana la nominación y la presidencia, se derrumbaría el poder que los demócratas liberales han ejercido en el Partido Demócrata (DNC),  por décadas. El Partido estaría en manos de Sanders y el ala progresista del Partido. Eso fue lo que paso en el Partido Republicano con la victoria de Trump: Ahora él contrala el Partido Republicano.

Pero no solamente existe ese temor de los liberales (y también los moderados). Lo más amenazante sería que los progresistas, la minoría, quienes se han conformado con candidatos impuestos por el liderazgo del Partido, ahora van a diseñar la agenda del Partido y promover sus candidatos.

Ahora bien: ¿qué impacto tendría esto en la política y la economía del país? Una victoria de Sanders, como Presidente, sería una amenaza tanto política como económica al establishment estadounidense. Cambiarían las fuerzas de poder en el país y el gobierno de Sanders implementaría políticas más populares y orientadas a resolver los problemas de las clases medias y bajas; más acceso a la salud, educación, vivienda, etc. La banca, las farmacéuticas, las grandes corporaciones y los multimillonarios se sentirían amenazados porque ya no tendrían a un Presidente fácil de manipular o controlar o que los consulte antes de pasar una ley que les afecte sus intereses.

Entonces, ¿Qué nos brindará esta “carrera” presidencial del 2020? Una fuerte oposición del establishment demócrata, así como del establishment económico (con sus medios informáticos atacando a Sanders y desacreditándolo). Ellos preferirían otros cuatro años de Trump a tener que enfrentar a un Presidente progresista, más comprometido con los ciudadanos que con las grandes corporaciones y los multimillonarios. Pero el candidato Sanders ya sobrevivió  la primera campaña en el 2016, ya gano experiencia y tiene un fuerte apoyo. El 2020 se ve más prometedor. Sus seguidores del 2016 todavía lo siguen y lo apoyan.

-Carlos A. Orellana es sociólogo. Su correo electrónico es: corellana_33@hotmail.com

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