Atraca en Oakland crucero con 3,500 personas que había estado en cuarentena por coronavirus

Una veintena de viajeros están infectados con COVID-19

La tripulación hará cuarentena a bordo del buque.

La tripulación hará cuarentena a bordo del buque. Crédito: JOHN G. MABANGLO | EFE

Por Marc Arcas

Oakland (CA)- El crucero Grand Princess, que partió de Hawái el pasado 29 de febrero y en el que viajaban unas 3,500 personas, de las que 21 han dado positivo por coronavirus, atracó este lunes entre grandes medidas de seguridad en el puerto comercial de Oakland, en el norte de California.

Escoltado por tres embarcaciones de la Guardia Costera y por un helicóptero, la gigantesca nave pasó por debajo del icónico puente rojo del Golden Gate para entrar en la Bahía de San Francisco a las 11:10 de la mañana hora local.

Multitud de curiosos se acercaron a los distintos puntos del recorrido del barco, visible desde varias zonas de la ciudad, a tomar fotografías y comentar si ese era el barco que llevaba varios días retenido en la costa y del que los medios locales han hecho un seguimiento casi al minuto durante las últimas horas.

Al atracar en el puerto de Oakland, al otro lado de la bahía, todos los pasajeros desembarcaron, fueron separados en varios grupos distintos y montados en autobuses en función de sus necesidades médicas y de su lugar de residencia.

El gobernador de California, Gavin Newsom, explicó en una rueda de prensa que las personas que presentaban “emergencias médicas” o requerían hospitalización (lo que incluye a las 21 personas infectadas) fueron las primeras en desembarcar y fueron enviadas a centros hospitalarios de la proximidad.

Del resto de pasajeros, en torno a un millar que son residentes de California fueron enviados en autobuses y posteriormente en aviones a la base militar aérea de Travis, en el sur del estado, donde permanecerán en cuarentena durante catorce días.

Los pasajeros estadounidenses pero residentes en estados distintos a California, serán enviados en avión a las bases militares de San Antonio (Texas) y de Dobbins (Georgia), donde también permanecerán en cuarentena, mientras que los no estadounidenses (nacionales de 54 países distintos) serán repatriados a sus respectivos países de origen.

Todos los aviones que lleven a pasajeros del crucero saldrán del aeropuerto de Oakland y serán vuelos privados, de manera que ninguno de los viajeros tendrá contacto en ningún momento con el público general.

Finalmente, los miembros de la tripulación que no requieran atención médica permanecerán en cuarentena a bordo del barco, aunque este no se quedará amarrado en el puerto de Oakland, sino que, una vez haya desembarcado el pasaje, se dirigirá a un destino no identificado.

El Grand Princess iba rumbo a California el pasado miércoles después de una travesía por Hawái, pero se le prohibió atracar en ningún puerto tan pronto como se supo que había unas 45 personas a bordo que tenían síntomas similares a la gripe.

El jueves, los guardacostas entregaron al barco los equipos para hacer pruebas médicas del coronavirus a través de helicópteros, y el viernes fue el vicepresidente Mike Pence quien se encargó de informar en una rueda de prensa de que 21 personas (19 miembros de la tripulación y 2 pasajeros) habían dado resultados positivos por coronavirus.

El foco se puso sobre este crucero cuando las autoridades tuvieron conocimiento de que un hombre de 71 años que falleció la semana pasada por coronavirus (la primera víctima mortal en California) había viajado en febrero en este mismo barco, y que varios pasajeros y miembros de la tripulación que le habían acompañado en ese trayecto seguían a bordo de la nave.

Precisamente este lunes, y en paralelo al desembarque del Grand Princess, California registró su segunda muerte por coronavirus (y la primera en el área de la Bahía de San Francisco), una mujer residente en el condado de Santa Clara a quien se le detectó la infección el pasado 28 de febrero.

En Florida, dos cruceros de la compañía Princess Cruises, a la que pertenece el Grand Princess, fueron prohibidos de atracar en el puerto Everglades, en la ciudad de Fort Lauderdale, por sospechas de que miembros de la tripulación estuvieran contagiados con el coronavirus, que ya se cobró en todo el país la vida de al menos 22 personas.

Uno de ellos, el Regal Princess, pudo finalmente atracar anoche luego de que los resultados de los análisis hechos a dos miembros de la tripulación dieran negativo, tal como confirmó la compañía con sede en Santa Clarita (California) en un comunicado.

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