Emprendedora salvadoreña “La Chiquita” reparte mascarillas gratis en Maryland

Dora Escobar hace frente a la crisis con apoyo a la comunidad

Dora Escobar es dueña del restaurante La Chiquita.

Dora Escobar es dueña del restaurante La Chiquita. Crédito: Google Maps

Dora Escobar, una emprendedora de origen salvadoreño conocida por la comunidad latina de Maryland y las afueras de Washington como ‘La Chiquita’, recorría el viernes en bicicleta su vecindario de Annapolis repartiendo máscaras gratuitas para frenar el avance del coronavirus, convencida de que “todo suma” y con la meta de entregar “miles”.

Flanqueada por un carrito repleto de sus mascarillas y una enorme bandera estadounidense, ‘La Chiquita’ predica con el ejemplo con la cara cubierta mientras pedalea por el barrio y saluda a los vecinos con el emblema “quédate en casa” bien impreso en su discurso y su camiseta.

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Personal sanitario, policías, bomberos y vecinos de su zona y de áreas urbanas como Silver Spring, Columbia o el barrio latino de Langley Park son los grupos a los que va dirigido este “granito de arena” con el que Dora y su equipo esperan llegar a distribuir miles de máscaras, y que pretenden consolidar abriéndose a la financiación colectiva de micromecenas.

Para ello, ‘La Chiquita’ ha lanzado recientemente una petición en el sitio web mascarillasya.net, en el portal GoFundMe, donde sostiene que desean “continuar entregando mascarillas gratis a todos los que las necesiten”.

“Todos los días se están perdiendo muchas vidas”, se lamentaba Dora, quien defiende la importancia de permanecer en casa y generalizar el uso de máscaras para frenar la propagación del virus y aliviar la presión sobre los profesionales que “están al frente” de la batalla contra el COVID-19.

No es la primera iniciativa solidaria con la que Dora Escobar busca hacer frente a la crisis generada por la pandemia de coronavirus: su apodo da nombre al grupo familiar La Chiquita, con varios restaurantes en el estado de Maryland de sabores latinos y raíces salvadoreñas, que a finales de marzo ya desplegó en su emblemático Casa Dora, en Langley Park, una “cocina comunitaria” para apoyar a las familias de la zona.

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Popular entre los inmigrantes latinoamericanos de la región metropolitana de Washington y Maryland, Dora Escobar comenzó a vender frutas y pupusas a comienzos de los años noventa en los campos de fútbol de Langley Park. Su nombre, trayectoria y relato de éxito encontraron reconocimiento en la exposición “American Enterprise” que el Museo Nacional de Historia Americana, de la prestigiosa institución Smithsonian, alberga en la capital estadounidense.

Consciente de su papel en la comunidad y, ante la crisis que afecta a sus negocios pero sobre todo a su clientela habitual, Dora hace ahora un llamamiento para que otros empresarios se sumen a las iniciativas solidarias:

“Sabemos que si no protegemos a nuestra gente, no vamos a tener clientes (…). Todo seguirá paralizado si nosotros no ponemos de nuestra parte para apoyar también a las autoridades”, dice, en referencia a las políticas públicas en materia de salud y de estímulo económico.

Desde hace días la cifra de contagios en Estados Unidos aumenta a un ritmo de 30,000 casos diarios y la de fallecidos ronda los 2,000 cada jornada.

El país mantiene a la práctica totalidad de su población bajo normativas de distanciamiento social, aunque el jueves Trump presentó en la Casa Blanca un plan de reapertura económica y social por fases, al tiempo que afloran en diferentes estados protestas en contra de las medidas de confinamiento; generalmente nutridas de seguidores del presidente y dirigidas contra los gobernadores, que son quienes toman las decisiones.

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Los manifestantes rechazan los cierres de negocios y las medidas de distanciamiento social que muchos gobernadores están extendiendo ya hasta mediados de mayo, dificultando así la ejecución temprana del plan de reapertura del Gobierno federal. Parte del descontento social se debe a la masiva destrucción de empleos derivada de las medidas de confinamiento, que en el último mes se han cobrado en Estados Unidos 22 millones de trabajos tras sumar 5,2 en la última semana.

Los datos divulgados por el Departamento de Trabajo muestran que el parón económico se ha extendido más allá de los sectores de hotelería, turismo, restaurantes y comercio minorista, que fueron los más afectados en el comienzo de la cuarentena.

Estos datos indican que el índice de desempleo en Estados Unidos podría aproximarse al 17%, según los economistas privados, muy por encima del máximo de 10% registrado en octubre de 2009, tres meses después del fin de la Gran Recesión. Según la Universidad Johns Hopkins, EEUU es el país más afectado del mundo por el coronavirus, con más de 726,000 casos detectados y 37,000 fallecidos.

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