La oscuridad de las familias indocumentadas durante la crisis de COVID-19

42% de los adultos en EEUU tiene obesidad.

42% de los adultos en EEUU tiene obesidad. Crédito: EPA/TANNEN MAURY | EFE

En todo Estados Unidos,  comunidades de todos los tamaños muestran un rayo de esperanza en nuestros tiempos más oscuros mientras enfrentamos la pandemia de COVID-19.

En nuestra comunidad de Nueva York, enfrentamos desafíos adicionales. En la gran ciudad de Nueva York, las familias indocumentadas  no están recibiendo apoyo. Estas familias no califican para beneficios de desempleo ni para ciertos programas financiados por el estado, como cupones de alimentos y cobertura de salud adecuada, además del reciente cheque de estímulo enviado por el Gobierno federal.

Estas familias que han perdido sus empleos debido al COVID-19, enfrentan desafíos para recibir fondos para pagar las necesidades básicas como servicios públicos, alimentos o una línea de comunicación. Las familias que sobrevivieron con salario mínimo y / o jornaleros son los más afectados.

En una ocasión, entrevisté a una mujer que vive de la venta ambulante. Por seguridad la llamaremos Ana María. Ella me informó que perdió a su madre debido a COVID-19, luego su hermana menor sufrió el mismo destino. Debido al COVID-19, las muertes en Nueva York superaron la capacidad en los hospitales y en nuestras morgues. Familias, al igual que Ana María, tienen que ir e identificar a sus seres queridos en las morgues improvisadas fuera del hospital. Enfrentando depresión, soledad e impotencia, mientras tratan de ganarse la vida. Ana María se comunicó con  la familia en México. Yo le sugerí que llamara al Consulado Mexicano para obtener fondos para los funerales.

Ana María es una mexicana indocumentada y, como muchas personas que emigran a Estados Unidos, vino a este país con el sueño de una vida mejor y ahora busca ayuda del Gobierno local y estatal en estos tiempos devastadores. Ella tiene dos temores. El primero es a contraer el virus COVID-19, que está afectando a los estados y al mundo.  Segundo es que ella no tiene ninguna clase de seguro médico.  Al mismo tiempo, Ana María teme que ella  la comunidad  indocumentada están en riesgo de contraer el virus sin tener una cobertura de salud adecuada. Y tiene miedo der  ser deportada más adelante, después  que la crisis por el COVID-19 haya disminuido.

Otro desafío al que se enfrenta  es ser desalojada de su cuarto de alquiler. Sin la documentación adecuada y la representación adecuada está en peligro de ser desalojada en cualquier momento. Aunque hay un congelamiento temporal en Nueva York, debido a la pandemia actual, algunos propietarios no están cumpliendo. Actualmente alquila una habitación en el departamento de su pariente en Queens. Ella ahorró suficiente dinero de sus ganancias de venta ambulante para cubrir un par de meses de alquiler, con la esperanza de que Nueva York pueda reabrir antes de quedarse sin fondos.

Como trabajadora de salud comunitaria para A.I.R. NYC, he dedicado  años a las comunidades de inmigrantes. Tratando de comprender las barreras culturales y lingüísticas que enfrentan y ahora enfrentando el COVID-19. Tratando de superar la tristeza mientras escuchaba la desgarradora entrevista telefónica que realicé con Ana María, ella me dio algunas palabras de esperanza.

“Sé fuerte, no importa lo que estés pasando en este momento, no hay tristeza para siempre, tu situación mejorará, llora si tienes que llorar, las lágrimas limpian la mente, el cuerpo y el alma, pero luego ten el coraje de seguir avanzando a través de todo las pruebas y tribulaciones que podemos enfrentar, con la esperanza de un mejor mañana”.

“Gracias Mariana por escuchar mi historia y todo el apoyo que usted y su programa me han brindado.”

Ayudo a   familias, como la de Ana María, indicándoles las campañas locales de alimentos, las escuelas que ofrecen comidas diarias, despensas de comida gratis, iglesias locales, además de proporcionar  informacion de directorios locales para cualquier apoyo adicional, como ayuda médica, mental y legal, si es necesario.

A pesar de que el COVID-19 ha cobrado la vida de seres queridos de las familias, me gustaría agradecer al programa A.I.R. NYC por tener el coraje de continuar apoyando a las comunidades de la Gran Manzana en nuestros momentos más oscuros, dándonos la esperanza de un futuro mejor. Nosotros, como neoyorquinos, hemos enfrentado tragedias en el pasado. Como cada tragedia que hemos enfrentado juntos, hemos vencido juntos, como comunidad. Al ayudarnos nos  ayudamos unos a otros para un mejor mañana.

-Mariana Sanchez-Campos es una trabajadora de Salud Comunitaria de AIRnyc  

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