Editorial: Urgen las pruebas de COVID-19

No son los rayos ultravioletas ni tomar desinfectante como Trump

Prueba de coronavirus.

Prueba de coronavirus. Crédito: THOMAS SAMSON | AFP / Getty Images

Las prueba de detección del coronavirus es la llave para reabrir la nación mientras no se consiga una vacuna. Es la única manera de saber si una persona puede ser una fuente de contagio. Despues hay que ver qué hacer con ese individuo y con aquellos en riesgo de contagiarse. Son más los interrogantes que las respuestas.

De lo único seguro es que ese es el camino. Los países como Corea del Sur y Taiwán mostraron que con una campaña agresiva de detección se obtiene una información clave para reducir los contagios. Especialmente cuando se puede ser un portador sin síntomas, pero capaz de dar una transmisión que puede ser mortal.

La tragedia es que desde el principio del brote las experiencias ajenas fueron inútiles para que esa información del exterior ayude a la preparación de nuestro país para enfrentar la pandemia. Cada vez son más los reportes que muestran las advertencias que llegaban a EEUU sobre la potencia del virus y su diseminación. Durante meses se prendieron las luces rojas en la administración Trump.

Estados Unidos empezó tarde las preparaciones para la pandemia. Se tomó la decisión de no importar pruebas de detección, de fabricarlas en casa. El Centro para el Control de Enfermedades, cuyo presupuesto fue decimado por Trump, tuvo problemas que retrasó la fabricación.

Ahora se hacen entre 130,000 a 160,000 pruebas al día, según el Proyecto de Seguimiento COVID. Un informe del Instituto de Salud Global de Harvard estimó que se necesitan realizar 500.000 pruebas diariamente para reabrir la economía. Un informe diferente del Centro de ética Edmond J. Safra de Harvard sostiene que el país necesita 5 millones de pruebas al día para identificar puntos calientes, rastrear contactos y aislar a las personas para mantener el virus bajo control.

La falta de accesibilidad a las pruebas de detección hizo que el estado de Washington compre un millón de ellas a China y Maryland adquiera 500,000 de Corea del Sur.

A regañadientes de los republicanos se consiguió 25,000 millones de dólares para un nuevo programa de pruebas de coronavirus, con parte de ese dinero posiblemente también va a contactar con el rastreo. La propuesta original de la Casa Blanca era solo dinero para la pequeño negocio.

No obstante el Presidente repite hasta al cansancio con comparaciones engañosas que las pruebas de detección que se hacen van por buen camino. Que los estados que no tienen pidan y se les dará. Incluso está en desacuerdo públicamente con su principal asesor médico que son insuficientes, que se necesitan 3 millones de pruebas semanales.

Hay muchas pruebas que se experimentan para tener resultados precisos. Esa es la urgencia para volver a la normalidad. No son los rayos ultravioletas ni tomar desinfectante como Trump. Lo peor es que hay gente que lo hizo. Eso es otro tema

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