“Mi madre no es humana”: inmigrante de 102 años ha sobrevivido a dos pandemias y cáncer en Nueva York

Nació en un barco durante la gripe española y creció en Brooklyn

La mujer se sintió tan mal que ni siquiera fue capaz de caminar los poco pasos que la separaban de la clínica.

La mujer se sintió tan mal que ni siquiera fue capaz de caminar los poco pasos que la separaban de la clínica. Crédito: Free-Photos | Pixabay

Angelina Sciales nació hace casi 102 años en un barco de pasajeros que traía inmigrantes de Italia a la ciudad de Nueva York, durante la gripe española.

Su madre murió dando a luz en el barco y sus dos hermanas mayores tomaron a la bebé.

“Mi madre nació en 1918”, contó Joanne Merola, hablando por teléfono desde su casa en Lake Mohegan, en el condado de Westchester (NY).

Cuando el padre de Angelina se reunió con sus hijas en Nueva York, las llevó a vivir a Brooklyn.

Tuvo 10 hermanos. “Ella es la última en sobrevivir”, comentó Merola sobre su madre.

Un siglo después, Angelina lleva el apellido Friedman por su esposo y tiene la distinción de sobrevivir a una segunda pandemia, el coronavirus.

Angelina, residente del Centro de Terapia Restaurativa y Enfermería de North Westchester, fue llevada al hospital el 21 de marzo para un procedimiento médico menor.

Cuando dio positiva por COVID-19, el procedimiento se pospuso y pasó una semana en el hospital. Regresó al hogar de ancianos y se aisló en su habitación.

Después de sufrir fiebre alterna durante varias semanas,  finalmente dio negativo para coronavirus el 20 de abril.

Su hija recibió una llamada telefónica nocturna de enfermeras. Dijeron que estaba muy bien, que estaba comiendo de nuevo y buscando hilo para tejer.

“Mi madre es una sobreviviente”, dijo Merola a Pix11. “Sobrevivió a abortos espontáneos, hemorragias internas y cáncer… Ella y mi papá tuvieron cáncer al mismo tiempo. Ella sobrevivió. Él no”, relató.

Merola vive cerca del hogar de ancianos, donde Angelina fue nombrada “reina del baile de graduación” el año pasado durante un evento de primavera.

Debido a que su madre es casi sorda, ya no pueden hablar por teléfono. Pero no deja de maravillarse de su resistencia y buena salud. “Ella no es humana“, dijo Merola sonriendo. “Ella tiene un ADN súper humano… Nos va a sobrevivir a todos”.

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