Al 92% de familias hispanas de bajos ingresos en NYC les causa “desesperación” la llegada de junio
Dos encuestas realizadas a neoyorquinos a mediados de abril, describen un tiempo de "desesperanza e incertidumbre", sin antecedentes, ante la crisis generada por el coronavirus
Desde hace 10 semanas, la pandemia del coronavirus cercó todos los ingresos de Oswaldo Mendoza, de 42 años, un trabajador de la construcción mexicano, que como cientos de miles de hispanos en la Gran Manzana, dependen de su cheque semanal para pagar sus cuentas. A solo días, de otro fin de mes, no tiene idea de cómo sobrevivirá a esta crisis.
“Mi esposa trabaja como peluquera. Ella también dejó de producir. Tenemos dos hijos. Los escasos ahorros que teníamos lo invertimos en comida. Ya vamos acumular tres meses de renta. Y lo peor es la incertidumbre, de no saber, cuándo vamos a empezar a producir”, narra el inmigrante, residente de Mont Haven, en El Bronx.
Los temores de Oswaldo sobre su futuro económico inmediato, se replican entre desesperanza y dolor, en todos los rincones de la ciudad de Nueva York.
Quizás, no sea necesaria una investigación profunda, para concluir que las comunidades hispanas de bajos ingresos de la ciudad epicentro del COVID-19, se sienten abrumadas por no poder cubrir sus gastos del próximo mes.
Pero un estudio de la organización Soluciones para la Salud Pública (PHS), realizado a mediados de abril, precisó que el 92% de las familias latinas de los vecindarios de bajos ingresos, viven días de angustia al calcular que el próximo mes de junio, no tendrán dinero suficiente para comprar alimentos, pagar la renta y cubrir los ‘biles’ de servicios públicos.
Los temores toman más cuerpo, por un hecho más angustiante: más de la mitad, 52% de los encuestados hispanos en la ciudad de Nueva York, reportan haber sido despedidos, desde que comenzó el brote.
Ya han pasado más de dos largos meses, desde que el 16 de marzo, desde que por decreto ejecutivo de las autoridades estatales se cerraron la mayoría de las actividades económicas.
Y justamente en la Gran Manzana, la reapertura sigue siendo una interrogante con muchas aristas.
De los 1,000 encuestados adultos de diferentes estratos económicos por PHS, el 81% de los consultados en El Bronx manifestaron una “severa preocupación” por estar el próximo mes de junio sin un centavo, el 29% indicó que necesitará ayuda para pagar sus facturas.
La angustia es casi similar en Brooklyn, el condado más afectado por la pandemia, en donde el 19% especificó que no tienen dinero ni expectativas para cubrir sus servicios básicos.
En Manhattan y Queens esa misma preocupación fue puesta en evidencia por el 15% de los participantes en el estudio.
Efecto en cadena
La encuesta subraya que la situación es peor en el Condado de la Salsa, históricamente ubicado en el mapa del país, como el más pobre. Allí, el 11% manifestó estar “aterrorizado” de no poder tener comida, en las próximas semanas, en comparación con el 6% de todos los encuestados.
Lisa David, presidenta y CEO de PHS, indicó que es obvio que el coronavirus estaba infectando desproporcionadamente a las comunidades de bajos ingresos y a las personas de color, pero teme que ante la crisis económica y el eventual bajo acceso a alimentos que además se enfrenten a otras amenazas.
“Los recursos limitados para alimentos, vivienda y otros determinantes sociales darán lugar a problemas de salud. Es más importante que nunca que haya recursos disponibles para ayudar a mantener a flote a las personas y familias vulnerables“, argumenta David.
Comunidades se mueven por un alivio
Ante el futuro incierto, Oswaldo Mendoza, quien nació en Hidalgo y tiene 18 años viviendo en la ciudad, no se ha quedado de manos cruzadas. Como activista de Comunidades de Nueva York por un Cambio (NYCC) se ha unido a la cruzada de organizaciones y comunidades afectadas, para que el Gobierno estatal ofrezca un alivio a los más afectados por esta crisis.
Varias coaliciones se han mantenido en las calles para promover “una huelga de renta”, que ayude a centenares de familias, que ya en pocos días acumularán dos y hasta tres meses de morosidad en sus alquileres.
También, exhortan a un cambio estructural en la recaudación fiscal, para que los más ricos paguen más impuestos.
“Yo he negociado con mi casero. No he podido pagar la renta desde marzo. Nuestra petición al Gobernador es que haya una vía razonable a la exoneración. Si de manera normal es duro pagar la renta, suma ahora dos o tres meses acumulados”, razonó el inmigrante mexicano.
La consulta de PHS refleja que la brecha financiera para muchos neoyorquinos, es tan amplia que inclusive el cheque de estímulo federal de $1,200, no ha sido suficiente para llenarla.
Casi una cuarta parte, es decir el 23%, de todos los encuestados, dijeron que ese cheque no es suficiente para sus necesidades inmediatas y que ahora necesitan más ayuda.
A un número incalculable de familias de inmigrantes, les fue peor, pues aunque pagan impuestos, por diversos razonamientos del Gobierno federal, no calificaron para el cheque.
Este tema espinoso, también afecta a Oswaldo, quien forma parte de una familia mixta.
“Mis dos hijos son ciudadanos, al igual que mi esposa. Es un acto de profunda discriminación que se les haya negado, en medio de esta crisis, la ayuda federal. Y nuestra realidad es la de miles de familias en Nueva York. Por ello nosotros debemos seguir elevando nuestra voz”, aseveró.
COVID-19 y programas sociales
De igual forma, PHS examinó cómo es la realidad económica de las personas que reportaron presuntos casos o confirmaron haberse infectado con COVID-19.
Los encuestados con un diagnóstico confirmado o presunto de COVID-19 en su hogar, fueron mucho más propensos que aquellos sin un diagnóstico, a utilizar o solicitar cupones de alimentos (SNAP), despensas de alimentos y comedores populares y servicio de entrega de alimentos para personas confinadas en el hogar.
No es difícil encontrar por las calles, a quien encaje en esta ecuación.
La trabajadora de la construcción dominicana Francia López, de 35 años, cree que se contagió con sus compañeros en una obra en Long island City. Siguieron trabajando después del cierre de la ciudad, porque se trataba de un proyecto público.
“Estuve enferme por dos semanas y además de eso contagié a mi mamá. En mi casa solo yo trabajo. Ya la semana pasada me destrozó el alma saber que mi viejita, por primera vez desde que llegamos a este país, ha estado en colas para recibir comida y latas en Washington Heights. Nos quedamos sin un centavo y sin dinero para la renta del próximo mes”, relata la isleña.
Latinos reducen la porción
Otros hallazgos dan cuenta de la crisis que viven, específicamente, los padres de niños menores de cuatro años en Nueva York.
Global Strategy Group (GSG), realizó una encuesta en línea entre el 18 y el 22 de abril de 2020 que concluyó que existe en los neoyorquinos, una “intensa” inseguridad financiera.
Más de las mitad, (51%) expresó sentirse “inquietos” por su futuro económico. El 57% le angustia no poder pagar los gastos básicos como alimentación y vivienda a corto plazo.
El 45% de los padres consultados en la ciudad de Nueva York, admitió haber omitido o reducido el tamaño de sus propias comidas como resultado de la crisis del coronavirus.
De igual forma, el 42% de las familias hispanas admitieron haber reducido la porción de nutrientes en las últimas semanas.
Algunos efectos del coronavirus: En números
- 69% de los hispanos de bajos ingresos encuestados por PHS se “sienten menos seguros” sobre el dinero como resultado de la pandemia.
- 14% de los latinos en la ciudad de Nueva York, creen que es probable que pierdan sus empleos en los próximos días.
- 38% de los encuestados de color en comunidades pobres, han solicitado cupones de alimentos en el últimos mes.
- 22% de los participantes de color en la encuesta en los barrios clasificados bajo la línea de la pobreza, han acudido a despensas de alimentos.
- 68% de las familias consultadas por GSG, en todo el estado se preocupan por los problemas sociales, emocionales y cognitivos de sus hijos, como resultado de la crisis del coronavirus,
- 77% informan en el mismo reporte, que sus propios niveles de estrés son más altos de lo normal, durante este tiempo.
- 36% de los padres hispanos se preocupan por el impacto de abuso de sustancias y violencia doméstica, por la crisis del coronavirus.