¿En qué consisten las terapias alternativas para curar el cáncer?

Aplicar terapias alternativas consiste en usar técnicas de atención o tratamientos diferentes a la medicina convencional para curar el cáncer y cualquier tipo de enfermedad, de acuerdo a la Sociedad Americana de Cáncer.

El problema es que, muchos de estos tratamientos no son efectivos por sí solos. Es por eso que debemos conocerlos a profundidad para tomar las mejores decisiones.

Terapias complementarias

El tratamiento del cáncer requiere de atención especializada por parte de expertos. Las terapias alternativas tienen un efecto positivo en el paciente si van acompañadas del tratamiento convencional.

Algunos de estos tratamientos complementarios son la acupuntura, la musicoterapia, masajes terapéuticos, el yoga, el tai chi, la biorretroalimentación e incluso técnicas espirituales como la oración.

En el caso de la acupuntura, ayuda a aliviar el dolor de las terapias y también las náuseas. La musicoterapia propicia una mejor calidad de vida, brindando un ambiente relajado para el paciente.

Los masajes contribuyen a reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, así como el dolor. En el caso del tai chi y el yoga, estos ayudan a mejorar el equilibrio y también la fortaleza de las personas. Y la oración ayuda a lidiar con el dolor emocional que causa la enfermedad.

Claro está, todas estas terapias alternativas las deben realizar expertos, y son complementarias a la terapia convencional, nunca se deben sustituir ni dejar el tratamiento médico.

Terapias fraudulentas

Es necesario recordar que el cáncer es una enfermedad grave que requiere de atención especializada. Por eso es importante evitar los tratamientos alternativos que ofrezcan la cura milagrosa de esta enfermedad.

Por otro lado, hay que desconfiar de tratamientos que digan que no tienen efectos secundarios. Según la Asociación Americana de Cáncer, todos los tratamientos, incluso los suplementos vitamínicos, tienen efectos secundarios, así sean leves.

Si un terapeuta alternativo ataca a la comunidad científica, o se burla de los tratamientos convencionales, al punto de no recomendarlos, es una señal de alarma para evitar dicho tratamiento.

Antes de abordar cualquier procedimiento alternativo, lo aconsejable es consultar primero con el especialista para obtener más información sobre la terapia. Si existen dudas al respecto, lo mejor es no tomarla.