4 cosas que debes evitar hacer con tu auto para evitar fallas prematuras

Los autos requieren de cuidados especiales para un buen funcionamiento, por ello deberás evitar estos malos hábitos para no perjudicar su mecánica ni tu bolsillo

Ford Mustang Mach-E. 
Crédito: Cortesía Ford.

Ford Mustang Mach-E. Crédito: Cortesía Ford.  Crédito: Cortesía

Las averías en los autos son un acontecimiento inevitable, pues el paso del tiempo y el uso rudo del vehículo provoca fallas que se tienen que abordar de inmediato para mantener en buen estado la salud de nuestro carro.

Sin embargo, de acuerdo con el portal Diariomotor, existen 4 prácticas que debes evitar realizar para no averiar tu auto de forma precipitada.

1. Conducir tu coche en marchas demasiado largas

Lo primero que debes de tener en cuenta es el régimen de revoluciones en el que el motor de tu coche trabaja adecuadamente. No hay una regla general por la cual se defina el régimen de revoluciones en el que deberías reducir una o varias marchas para obtener el empuje que necesitas, y proteger el motor de esfuerzos innecesarios. Los diésel modernos empujan con energía desde muy abajo, los motores de gasolina con turbo también, a diferencia de los atmosféricos (sin turbo) que exigen que nos movamos en un régimen más dinámico.

Si empleas una marcha demasiado larga, y te encuentras con que tienes que acelerar a fondo para que tu coche se mueva, y aún así tarda en ganar velocidad, evidentemente necesitas reducir una o varias marchas para evitar un esfuerzo innecesario en el motor de tu coche. Realizar adecuadamente los cambios beneficiaran en gran medida eo motor de tu auto.

2. Revolucionar el motor de tu auto en exceso, sobre todo en frío

Tan peligroso es forzar al motor de tu coche a trabajar a un régimen de revoluciones muy bajo, con una relación de cambio no apropiada, como revolucionar en exceso el motor, especialmente en frío. Muchos cambios automáticos cuentan con sistemas de protección que, primero, evitan que el motor llegue al corte de inyección subiendo de marcha automáticamente y, segundo, adelantan ese cambio de marcha en frío para evitar que el motor llegue a un régimen de revoluciones muy alto antes de que el motor alcance la temperatura de servicio.

Para que los componentes del motor de tu coche trabajen correctamente es necesario que estos estén bien lubricados. La capacidad de lubricación del aceite depende directamente de su viscosidad, y por ende de la temperatura a la que se encuentre. Si el aceite no ha alcanzado una temperatura apropiada, su viscosidad no será la adecuada para lubricar bien el motor, y por lo tanto el estrés de trabajar a un régimen de revoluciones alto será muy superior.

3. Apoyar la mano en la palanca de cambios

Quizá consideres que no afecta en nada el recargar tu mano sobre la palanca de cambios cuando conduces o tal vez te resulta cómodo porque así ahorras que tu mano se mueva del volante a la palanca de cambios cada vez que quieren engranar una marcha.

Pues bien, este mal hábito no solo es poco recomendable por el hecho de exigirnos conducir con una sola mano, lo cual nos restará agilidad en ciertos movimientos, o incluso en maniobras de emergencia para evitar un accidente, sino también por estar generando un desgaste prematuro en los elementos que intermedian, en engranajes y rodamientos. Ese estrés a la larga puede hacer que nuestra caja de cambios no funcione correctamente, pierda precisión, aumente las holguras, nos cueste engranar algunas marchas, o incluso que estas se salgan solas cuando
las consecuencias de la avería se hayan agravado.

4. No controlar el punto de embrague o clutch de tu auto

Una de las averías mas temidas es la que conlleva haber destrozado el embrague. Razón por la cual es sumamente importante ser cuidadoso y evitar algunos errores muy comunes, como apoyar levemente el pie en el pedal del embrague cuando no vamos a cambiar de marcha, o no pisar a fondo el pedal del embrague cuando sí cambiamos de marcha.

Soltarlo demasiado rápido también es dañino, o incluso mantener la marcha engranada y el pedal del embrague pisado cuando nos detenemos en los semáforos, o no controlar el famoso “punto de embrague” al detenernos en una pendiente pronunciada. Son malos hábitos y por desgracia demasiado comunes, que además pueden provocar averías realmente caras, y que a la larga pueden acortar la vida del embrague de nuestro auto por someterlo a un estrés innecesario.

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