El COVID lleva a reconsiderar el impuesto a la renta comercial en la Gran Manzana

Es una fiscalidad que afecta a los negocios establecidos al sur de la calle 96 de Manhattan

Tras comenzar la Fase 3 el 6 de julio, los restaurantes solo podrán seguir dando servicio en las afueras de sus locales y no en su interior.

Tras comenzar la Fase 3 el 6 de julio, los restaurantes solo podrán seguir dando servicio en las afueras de sus locales y no en su interior.  Crédito: Ramón Frisneda | Impremedia

El COVID está obligando a responsables políticos, económicos, administrativos y empresariales a reconsiderar y adaptar temporal o permanentemente muchos de los reglamentos, convenciones, leyes y costumbres con la idea de disminuir el daño que ya ha hecho el virus y el que puede seguir haciendo.

Una de estas consideraciones gira en torno al impuesto a la renta comercial que pagan los negocios situados al sur de la calle 96 de Manhattan. Se trata de un impuesto al que había una fuerte oposición de unos comerciantes que aducían que se les cobra dos veces ya que la mayor parte de los negocios ya pagan el impuesto de propiedad del casero.

El concejal Keith Powers ha presentado una propuesta para eliminar temporalmente este impuesto que equivale al 3.9% de la renta anual que pagan al casero quienes se instalan en este área de la ciudad. Powers calcula que ayudaría a unos 5,500 negocios que tienen un alquiler anual base de menos de un millón de dólares y están pagando este impuesto.

El concejal apuesta por la eliminación de este impuesto hasta que acabe el estado de emergencia por la pandemia.

Estar al corriente con las obligaciones fiscales de este tipo, que dependen de un gasto fijo ya muy elevado y no de un factor progresivo como son los ingresos, es muy complicado para muchos negocios para los que la demanda se ha desplomado.

En su web, el concejal explica que el alivio de este pago en este momento “es un beneficio tangible para los negocios”. Es algo innegable teniendo en cuenta la situación de una industria como la de bares y restaurantes que según una encuesta que elabora la organización que las engloba, la Hospitality Alliance, tienen problemas no para pagar el impuesto sino la base del mismo, la propia renta.

En junio el 36% de los encuestados no pagaron ni un centavo de lo que debían al casero, el 31% ha pagado algo de la mensualidad y algo menos del 20% pudieron hacer efectivo el pago. El 40% de los caseros ha acordado retrasar todo o parte del cobro y muy pocos, el 10%, han renegociado una suma distinta.

La presidenta del condado de Manhattan, Gale Brewer ha dado su apoyo a esta iniciativa que ayuda en cierta medida como también ayuda el hecho de que el concejo prohibiera a los caseros tomar posesión de los activos privados de los inquilinos, algo que está siendo recurrido por dos de los dueños de locales comerciales.

La iniciativa de Powers, que aboga por más ayudas a los pequeños negocios con la renta y ampliar las actividades en la calle, tiene que seguir su curso en un concejo que tiene muchas dificultades para cuadrar un presupuesto que debe ser equilibrado (no más gastos que ingresos). Recortar un impuesto debe llegar acompañado de una similar rebaja en unos gastos que son necesarios para atender a los costos de la pandemia. Mientras, no se termina de perfilar la asistencia federal a estados y municipios que se negocia en Washington.

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