Lo que sucede en el cuerpo al comer muchos embutidos

Los embutidos son de los alimentos más consumidos en el mundo. Sin embargo se asocian con un alto contenido en sal y conservadores, descubre los efectos negativos de su consumo habitual

Embutidos.

El consumo de embutidos debe ser moderado para no afectar tu peso y tu salud. Crédito: Foto de Edwin Jaulani en Pexels | Pexels

Hoy en día seguir una alimentación saludable, equilibrada y de calidad parece ser la llave más cercana a la salud y la longevidad. Lo cierto es que la industria alimentaria ha crecido a pasos agigantados y hoy en día tenemos a la mano demasiadas opciones, que en su mayoría se destacan por ser productos que pasaron por algún tipo de procesamiento.

Entre los productos comerciales más consumidos en el mundo, se encuentran en los primeros lugares de la lista los embutidos que son alimentos cárnicos procesados. Este tipo de comidas tienen la peculiaridad de ser productos de bajo costo, muy ricas y son muy versátiles, se pueden integrar en todo tipo de platillos. Para algunas personas son un básico en sus compras de cocina y resultan una buena alternativa que resuelve muchas complicaciones cotidianas, sin embargo cuando se consumen en exceso se relacionan con serias condiciones de salud. 

¿Qué son los embutidos de origen animal?

Se trata de conservas cárnicas que se preparan con recortes y sobras de animales ricos en grasas. Lo más característico en su proceso de elaboración es que se les agregan numerosos químicos con el objetivo de aumentar su vida útil y mejorar su apariencia, se añaden para que siempre luzcan frescos.

Este tipo de alimentos son cada vez más consumidos por la población mundial y es por ello que los especialistas en medicina y nutrición han enfatizado sobre sus efectos negativos para el organismo, sobre todo cuando se consumen de manera habitual en la dieta diaria. 

Los embutidos utilizan recortes de carnes de cerdo, vaca y en algunos casos pollo, también se elaboran de las sobras que quedan después de los recortes. Todos estos elementos se trituran en máquinas industriales y después se mezclan con condimentos, azúcares, agentes de curado, colorantes y otros ingredientes. 

Las variantes más comunes son: salchichas, jamón, salami, chorizo, longaniza, mortadella, morcilla y salchichón. Son de fácil acceso y muy versátiles, lo que hace que sean productos de consumo muy recurrente. También gracias a su popularidad son el ingrediente base de platillos muy reconocidos a nivel internacional como es el caso de: sándwiches, perros calientes, pizza, hamburguesas y son complemento de muchos guisados.

Entre los aspectos que más preocupan de su consumo se encuentra su composición, pues se trata de alimentos altamente procesados que suponemos que su ingrediente principal es la carne y la mayoría contienen muy poca carne real. También se destacan por su alto contenido en jarabe de maíz de alta fructosa, mucho sodio, azúcar, ácidos y conservantes, cada uno de estas sustancias interviene de manera negativa en algún aspecto que deteriora la salud.

Lo que sucede en el cuerpo al consumirlos recurrentemente:

  1. Son alimentos que complican y dificultan el proceso de digestión: Esto se debe en gran parte a que son difíciles de digerir. Cuando se consumen de manera habitual tienden alojarse en los intestinos y dar lugar a una peligrosa acumulación de toxinas.
  2. Acumulación de toxinas: Más allá de las señales típicas que manda el organismo ante un exceso de toxinas como es el caso de dolores de cabeza, cansancio extremo, apatía, mal humor, inflamación y problemas digestivos. Son sustancias realmente nocivas que en grandes cantidades se relacionan directamente con un aumento en el riesgo de padecer enfermedades crónicas y degenerativas como las cardiovasculares, cáncer, hipertensión e inclusive muerte prematura. A la vez se cuenta con referencias en las cuales científicos de Harvard, comprobaron que 50 gramos de carne procesada al día aumenta el riesgo de padecer diabetes y enfermedades del corazón.
  3. Desequilibrios hormonales y neuronales: La presencia de jarabe de maíz de alta fructosa la cual se encuentra en muchas opciones de embutidos comerciales, se destaca por alterar los niveles de ciertas hormonas como es el caso concreto de la insulina, leptina y grelina. Las cuales tienen una estrecha relación con el hambre y la saciedad; también aumentan la producción de dopamina y esto hace que consumirlos genere placer, se puede crear una especie de dependencia o adicción. 
  4. Propician el aumento de peso: Un alto consumo de embutidos se relaciona directamente con un aumento en la acumulación de grasa a nivel abdominal. A la vez su contenido en grasas saturadas y colesterol se relaciona directamente con el sobrepeso y problemas para alcanzar y peso saludable.
  5. Hipertensión y retención de líquidos: Una de las características más comunes en la composición nutricional de los embutidos es su alto contenido en sal. esto se relaciona directamente con un incremento en la presión arterial, un mayor riesgo de padecer enfermedades coronarias y edema, que se caracteriza por la hinchazón en el abdomen, pies, manos y codos. 
  6. Desequilibrios minerales: Los embutidos contienen azúcares que se utilizan para ocultar su alto contenido en sal, sin embargo tienden a convertirse en ácido láctico lo que se relaciona con desequilibrios minerales. Esta condición se relaciona con afectaciones en el sistema nervioso y en el funcionamiento de órganos vitales como el hígado, el páncreas y los riñones. 
  7. Afectan la fertilidad masculina: Un estudio realizado por la Universidad de Harvard comprobó que la cantidad de hormonas que contienen los embutidos, es un aspecto que afecta significativamente la calidad de los espermatozoides. Es por ello son un alimento que en grandes cantidades reduce la fertilidad. 
  8. Aumentan el riesgo de padecer cáncer: Los embutidos contienen muchos ácidos y agentes conservadores que no son buenos para el organismo. Entre los principales se destaca su aporte en nitrito de sodio que se relaciona con un incremento en los casos de cáncer de estómago y de otros tipos.

Si bien no se trata de satanizar ningún alimento, conocer sus efectos sobre la salud es una buena herramienta para tomar desiciones más saludables. Evaluar nuestros hábitos alimenticios y realizar los ajustes necesarios sinónimo de salud y bienestar, recuerda que todo se trata del equilibrio.

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