¿Las antivitaminas se convertirán en los nuevos antibióticos?
Las antivitaminas pudiesen ser desarrolladas para atacar patógenos de manera localizada
La sustitución de los antibióticos puede ser una posibilidad en el combate de enfermedades. Crédito: Shutterstock
La efectividad de los antibióticos para luchar contra las bacterias se ve cada vez más contrarrestada por la capacidad que tienen estas de evolucionar y resistir a los antibióticos que anteriormente podían reducirlas. Y esto tiene importantes complicaciones para nuestro estado de salud.
En este escenario, los antibióticos convencionales pudiesen ser reemplazados a beneficio de la humanidad, y una de las alternativas para ello serían las sustancias conocidas como antivitaminas.
Investigadores del Instituto Max Planck de Química Biofísica y la Universidad de Gotinga, en Alemania, y la Universidad A&M de Texas en Estados Unidos, han estado estudiando acerca de este tema, como lo informa Noticias de la Ciencia. A continuación, te hablaremos más sobre ello.
¿Qué son las antivitaminas?
Las antivitaminas son sustancias que dificultan la absorción de las vitaminas convencionales, pudiendo incluso destruirlas. La primera de ellas fue identificada por el bioquímico Edward Mellanby a finales de los años treinta, y recibió el nombre de “toxamina”.
La estructura de algunas antivitaminas es similar a las de las vitaminas comunes. Por ejemplo, la antivitamina que anula los efectos de la vitamina B1 solo se diferencia de esta en 1 átomo, lo que da cuenta de las posibles semejanzas entre unas y otras sustancias.
Estas sustancias se encuentran en alimentos animales y vegetales, y pueden controlarse teniendo una alimentación saludable.
¿Cómo funcionarían las antivitaminas como antibióticos?
La investigación conjunta antes mencionada se encarga de indagar el mecanismo de acción a nivel atómico de la antivitamina natural de la vitamina B1, y ha dado importantes resultados.
La importancia de este antivitamínico radica en que es producido por algunas bacterias para la eliminación de bacterias competidoras, lo que llamó la atención de la comunidad científica.
Mediante la técnica de cristalografía en alta resolución de proteínas, el equipo descubrió que la antivitamina pudo interrumpir el funcionamiento de la vitamina B1 en las bacterias, un efecto que no ocurriría en el caso de seres humanos.
El equipo realizó simulaciones por computadora para entender por qué esto no ocurriría en los seres humanos, encontrando que las proteínas en el ser humano no se unen a la antivitamina, o no lo hacen de modo que dichas proteínas sean afectadas por ella.
Las capacidades de las antivitaminas estriban en que ellas pudiesen ser desarrolladas para que localicen los agentes patógenos y puedan eliminarlos sin perjudicar a los pacientes que las requieran.
Aún queda mucha investigación por delante, por lo que todavía no hay muchos detalles sobre el funcionamiento de las antivitaminas como posibles antibióticos. Sin embargo, la capacidad de la antivitamina natural para la vitamina B1 es un resultado más que prometedor.
La capacidad de las antivitaminas para convertirse en los nuevos antibióticos aún está por verse. Algo que sí es cierto es que un posible desarrollo futuro de los antibióticos nos ayudará bastante para la lucha contra las enfermedades.
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