La economía se recuperó parcialmente de los cierres de primavera

La semana pasada 750,000 solicitaron el seguro de desempleo

La construcción de vivienda aumenta 17.3 por ciento en junio en Estados Unidos

La construcción de viviendas aún está viviendo el coletazo de la recesión producida entre 2007 y 2009.  Crédito: Al Bello | Getty Images

En el tercer trimestre del año la reapertura y la vuelta a una cierta normalización de la actividad junto con el apoyo del estímulo fiscal (CARES Act) se ha traducido en una recuperación económica que supone un aumento del PIB del 33.1% en cifras anualizadas.

Son cifras del departamento de Comercio relativas al periodo de julio y septiembre que llegan tras la contracción histórica del 31.4%, también en términos anualizados, del trimestre inmediatamente anterior. Es algo que ocurrió debido a los cierres de actividad necesarios para controlar el contagio del coronavirus.

Estos porcentajes son exagerados al visualizarse la marcha de la economía sostenidos en el curso del año.

En términos no anualizadas la imagen es más precisa y se observa que la recuperación del periodo de julio a septiembre es del 7.4%. Mientras, la contracción de los trimestres anteriores fue del 1% en el primero y del 9% en el segundo.

Lo ocurrido en los nueve trimestres del año no revela que exista una economía fuerte sino la medida del impacto de la pandemia de la COVID-19.

Gregory Daco, economista de Oxford Economics explicaba en su nota diaria que la evolución del PIB da “una impresión falsa de la verdadera salud de la economía. Buena parte del avance del tercer trimestre se debe a los efectos del progreso hecho entre mayo y julio”.

Los economistas explican que el PIB real está un 2.9% por debajo de la situación registrada hace un año y que lo que ha pasado es que en primavera  con las medidas extremas, se tocó fondo. El único camino es la subida y esta se ha producido gracias a la estabilización fiscal federal. El reto es lo que ocurra ahora, en el último trimestre sin ayudas procedentes de Washington.

Daco explica que la recuperación del pasado trimestre se basa en un consumo animado por el dinero que llegó a hogares, empresas y gobiernos locales con el CARES Act, además de un mercado inmobiliario animado por la rebaja de tasas hipotecarias.

“El tercer trimestre nos dice muy poco del impulso hacia el cuarto”, explica. La mayor parte del estímulo está consumido y se ha cesado de contemplar uno nuevo.

El crecimiento del tercer trimestre era esperado como también es esperado que este se desinfle en los tres últimos meses del año. Lo que se está viendo no es una recuperación en forma de “V” (es decir, caída, escasa crisis y vuelta al crecimiento anterior) sino el hecho de que con los cierres se tocó fondo.

Sin ayudas para mejorar la paga de desempleo, sin estímulo para negocios y sin transferencias directas  a los estados y ciudades o a los individuos (el cheque de $1,200) es tan difícil sostener el crecimiento que ya se están enfriando los principales componentes de la economía, notablemente la producción industrial y la creación de puestos de trabajo. Muchas empresas han anunciado fuertes recortes en el último mes.

Claroscuros en el empleo

En materia de empleo el departamento de Trabajo tabuló que la semana pasada unos 751,000 personas solicitaron el seguro de desempleo por primera vez.

Son 40,000 menos que la semana anterior (que fue revisada al alza). Las solicitudes de desempleo han ido reduciéndose en las últimas semanas pero siguen siendo muy elevadas históricamente. Unas 360,000 personas que normalmente no pueden solicitar este seguro por ser contratistas independientes, lo hicieron amparados en una provisión del CARES Act que vence a finales de año.

En total, son 1.1 millones de personas nuevas desempleadas.

Las buenas noticias se ven matizadas por el hecho de que unos cuatro millones de personas han agotado sus beneficios regulares de desempleo y están ya sin cobertura o amparados por extensiones.

En total y hasta el 10 de octubre unos 22.7 millones de personas están recibiendo algún tipo de ayuda para el desempleo frente a los 23.1 millones de la semana anterior. El 60% de ellos, reciben ayudas excepcionales de desempleo a los que no tendrían derecho en circunstancias normales por el tipo de trabajo que hacen –freelances, contratistas– estas ayudas se agotan a finales de año. Se trata de 14 millones de personas que no tienen prisa, en este sentido, porque llegue el nuevo año.

Mark Hamrick de Bankrate explica que la economía se enfrenta a muchas dificultades y recuerda que está subiendo el número de infectados con COVID-19 en el país, “que es la génesis de la caída de la economía”.

“Hay un costo presente y en las semanas que vienen para los ciudadanos, negocios y la economía en su conjunto debido al fracaso de los oficiales electos en Washington para acordar una nueva legislación de estímulo”, puntualiza Hamrick.

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