5 alimentos prohibidos para quienes padecen ansiedad

La dieta que seguimos condiciona nuestro estado anímico y emocional. Investigaciones científicas vinculan al consumo de estos alimentos con un aumento en los casos de depresión y ansiedad

El consumo de alimentos poco saludables, al no aportar las calorías requeridas por el organismo, nos hará sentir hambre mucho más rápido.

El consumo de alimentos poco saludables, al no aportar las calorías requeridas por el organismo, nos hará sentir hambre mucho más rápido. Crédito: Shutterstock

Está comprobado que las emociones afectan nuestra dieta y de manera casi invisible existe un vínculo complejo. No en vano en los últimos meses todos hablan acerca de la estrecha conexión entre el intestino y el cerebro, de tal modo que la alimentación que seguimos puede condicionar el estado anímico y emocional. Es bien sabido que los seres humanos comemos por placer, si bien la comida tiene una función nutricional que nos hace funcionar, el simple acto de comer también es desestresante y placentero y de cierta manera es por ello que cuando nos sentimos cansados o bajos de ánimo solemos buscar determinados alimentos. El problema es que en muchas ocasione no somos mínimamente conscientes sobre cómo lo que comemos puede alterar nuestra salud mental, no es ninguna novedad saber que existen alimentos que empeoran la ansiedad y la depresión.

De hecho diversos especialistas en nutrición y medicina de la Escuela de salud Pública de Harvard, han comprobado que las elecciones de alimentos simples y cotidianos marcan una diferencia notoria entre sentirse frágil emocionalmente hablando o más estable. Teniendo en cuenta la información liberada por la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos, el 18% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno relacionado con la ansiedad y el 6.7% de la población estadounidense mayor de 18 años ha sido diagnosticada con depresión clínica, vale la pena tomarse el tema con mayor seriedad. También es importante considerar que durante este año derivado de la pandemia por Covid-19, la salud mental de la población se ha deteriorado significativamente.

Si  bien no es necesario tener un diagnóstico como tal, todos sabemos lo desgastante y estresante que puede ser pasar por estados de ansiedad o depresión. De tal manera que es una buena noticia saber que a través de la alimentación y el estilo de vida, podemos controlarlo un poco más. Es cierto que existen alimentos que gracias a su composición son un gran aliado de la salud mental y emocional, sobre todo aquellos que se destacan por su contenido en triptófano, un aminoácido que estimula la liberación de serotonina conocida como el neurotransmisor que rige el estado de ánimo. Sin embargo también existen algunos alimentos que según la ciencia tienen un impacto sumamente negativo en el estado de ánimo.

1. Azúcar

En los últimos meses en los cuales la alimentación se ha vuelto un tema de salud tan relevante, mucho se ha dicho acerca de los alimentos más nocivos y sin lugar a dudas el azúcar encabeza la lista. Un alto consumo de alimentos azucarados se relaciona con una larga lista de padecimientos crónicos, como es el caso de la obesidad, la diabetes, la hipertensión y las afecciones cardíacas. Sin embargo su asociación con la depresión es impresionante. Según un estudio, realizado en el año 2015 a un grupo de  mujeres posmenopáusicas demostró que un aumento de azúcares agregados en su dieta se asoció con una mayor probabilidad de depresión. También un estudio publicado en la revista Diabetologia, los investigadores descubrieron que cuando los niveles de glucosa en sangre son elevados, los niveles de una proteína que estimula el crecimiento de neuronas disminuyen. Por lo tanto el simple hecho de consumir azúcar recurrentemente hace que el cerebro funcione a un nivel subóptimo, lo cual se relaciona con un mayor riesgo de padecer depresión, diabetes y demencia.

Azúcar. /Foto: Pxhere

2. Alcohol

Es bien sabido que el consumo habitual de alcohol es una de las peores costumbres, que más deteriora la salud. Si bien se asocia con efectos en todo el organismo, de manera particular altera al sistema nervioso central que es el responsable de recibir información a través de los cinco sentidos: pensar, comprender, razonar y controlar la función motora. Se cuenta con un estudio en el cual se comprueba que su ingesta deteriora todas estas funciones, sin embargo uno de sus efectos más preocupantes son los relacionados con la salud mental y emocional.La razón es simple: el alcohol es un depresor y, más específicamente, deprime el funcionamiento del sistema nervioso central y por si fuera poco importante sistema central también controla cómo procesamos las emociones. Si bien el efecto inicial de unas copas puede ser liberador y estimulante, es un hecho que es demasiado eficaz para exacerbar los síntomas asociados con la depresión.

levadura de cerveza
Alcohol./Foto: Unsplash

3. Aceites hidrogenados

La relación entre el consumo de alimentos fritos con aceites hidrogenados y la depresión es directa, lo peor de todo muchas de estas comidas forman parte del día a día de muchas personas: pollo frito, palitos de queso frito, calamares fritos, patatas fritas. Es bien sabido que este tipo de aceites causan problemas considerables de salud, entre las principales se encuentran sus efectos en el peso corporal, la salud cardiovascular, el funcionamiento cerebral, el rendimiento físico y mental. Sin embargo hay que añadir una más a la lista: depresión y la razón es la siguiente las frituras se hacen generalmente en aceite parcialmente hidrogenado. La hidrogenación es un proceso que convierte el aceite vegetal en una forma más sólida, lo que lo convierte en un producto más estable en almacenamiento. Sin embargo cualquier cosa que se cocine con aceites hidrogenados y contenga grasas trans contribuye en la depresión y ansiedad. Además las grasas saturadas, que se encuentran en productos como las carnes frías y los lácteos con alto contenido de grasa y la mantequilla pueden obstruir las arterias e impedir el flujo sanguíneo al cerebro, y esto altera la producción de nerotransmisores que rigen el estado de ánimo.

Pollo frito. /Foto: Shutterstock

4. Comida rápida

Claro, todos en algún momento hemos recurrido a las múltiples opciones de comida rápida son una alternativa barata y fácil. Sin embargo, el consumo habitual de este tipo de comidas es veneno para la salud e intervienen alterando el bienestar físico y mental en todo nivel. Según un estudio de 2012 en la revista Public Health Nutrition, las personas que comen comida rápida tienen un 51% más de probabilidades de desarrollar depresión que las que no lo hacen. Para aclarar: cuando decimos comida rápida, estamos hablando de: hamburguesas, hot dogs, pizza y productos horneados comerciales. Por si fuera poco el consumo recurrente de comidas rápidas, deteriora el funcionamiento cerebral, los niveles de energía, afecta a la salud cardiovascular y claro, es una de las principales causas del sobrepeso y la obesidad.

Comida rápida. /Foto: Caleb Oquendo/Pexels

5. Grasas Trans

Las grasas trans están ocultas en una larga lista de alimentos procesados, unos que parecen de cierta manera inofensivos y otros no tanto. Las grasas trans es un término que se refiere a las grasas insaturadas y son tan peligrosas en gran parte por su procesamiento, ya que no suelen encontrarse en los alimentos integrales. Normalmente se encuentran en alimentos comunes como la margarina, bollería industrial, productos horneados empaquetados y aceites utilizados para freír comida rápida. De hecho se cuenta con un estudio que comprueba que un alto consumo de grasas trans a largo plazo, obstruye las arterias y puede aumentar el riesgo de depresión hasta en un 48%. Es por ello que actualmente el consumo de grasas saludables se ha vuelto tan relevante para vivir mejor y por más tiempo, ya que puede reducir el riesgo de numerosas afecciones de salud, incluida la depresión.

10 maneras para reducir tu consumo de azúcar
Donas. /Foto: Pexels

En esta nota

ansiedad depresion Salud Mental
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain