Los 3 peores alimentos “bajos en carbohidratos” para bajar de peso

El hecho de que un alimento sea bajo en carbohidratos, no quiere decir que sea saludable y beneficie el adelgazamiento

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En los últimos meses todos hablan acerca de los beneficios de evitar el consumo de carbohidratos, sin embargo no todo es blanco y negro. Es cierto que algunos tipos de carbohidratos se relacionan con efectos nocivos para la salud y es verdad que exceso tienden a aumentar peso corporal, sin embargo el simple hecho de que un alimento sea bajo en carbohidratos no significa que necesariamente sea saludable. Y sobre todo una etiqueta nutricional que avale que un producto es bajo en carbohidratos, para nada quiere decir que sea de ayuda para bajar de peso.

Así que lo primero que debemos de considerar al hablar de carbohidratos, es que no todos son iguales, existen los simples y los compuestos. De tal manera que la calidad de los mismos interviene directamente en sus efectos sobre la salud. Los carbohidratos simples son descompuestos rápidamente por el cuerpo para ser utilizados en forma de energía y tienen la peculiaridad de encontrarse de manera natural en los alimentos, como es el caso concreto de frutas, hortalizas, leche y sus derivados. Lo cierto es que también se encuentran en alimentos industriales y procesados, como los dulces, el azúcar común, los almíbares y las gaseosas.

Es por ello que los especialistas en nutrición enfatizan sobre la importancia de optar por el consumo de carbohidratos complejos (almidones) y azúcares naturales, en lugar de azúcares refinados. La razón es simple estas fuentes de alimentos aportan una buena dosis de vitaminas, minerales y fibra, de tal modo que los obtendremos a través de alimentos nutritivos y cotidanos como es el caso de panes, legumbres, arroz, pasta y vegetales, tienen la peculiaridad de estar hechos por moléculas de azúcar que se extienden juntas en complejas cadenas largas. 

A pesar de estas verdades, las empresas de alimentos en los últimos años han demostrado un peculiar interés en producir alternativas de alimentos “bajos en carbohidratos” y lo cierto es que la sociedad moderna cada vez está más dispuesta a pagar por ellos. Simplemente entre 1999 y 2004, los alimentos con edulcorantes artificiales (que reducen el recuento de carbohidratos de un alimento) aumentaron de 369 a 2,346, según los datos publicados en el Yale Journal of Biology and Medicine en junio de 2010.

De tal modo que la oferta de alimentos elaborados con sustitutos del azúcar y alternativas bajas en calorías siguen siendo populares. Hoy en día, los encontramos las más comunes presentaciones que van desde cereales cetogénicos, hasta refrescos endulzados con stevia y chocolate bajo en carbohidratos, lo cierto es que las opciones están al acecho en cada rincón de la tienda de comestibles.

Sin embargo estos alimentos nunca podrán suplir a las fuentes naturales y según expertos nutricionistas, todos los procesados bajos en carbohidratos, terminan teniendo consecuencias en la salud. Lo cual significa que están diseñados para hacernos sentir tan saludables que hacen que comamos mucho más de la cuenta y pueden sabotear directamente cualquier esfuerzo por bajar de peso. Presta atención estos son los tres grupos de productos “bajos en carbohidratos” que deberás evitar.

1. Refrescos dietéticos

Claro que los refrescos dietéticos a simple vista resultan una buena alternativa, en principio no contienen calorías ni carbohidratos ¡Suena maravilloso! Sin embargo, según los expertos incluirlos en cualquier régimen de pérdida de peso se considera un movimiento controvertido. Se ha descubierto que algunos sustitutos del azúcar como la sacarina, tienen el efecto contrario al que esperan las personas que compran alimentos “dietéticos”. Tal se demuestra de forma contundente en un estudio reciente de mayo de 2019, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition. En dicho trabajo de investigación se contó con la participación de un grupo de adultos con sobrepeso u obesidad, aquellos que bebieron bebidas endulzadas con sacarina durante un período de cuatro semanas ganaron el mismo peso que las contrapartes, que bebían regularmente bebidas azucaradas. Lo más curioso de todo, es que mientras los refrescos regulares endulzados con azúcar contenían cientos de calorías, las bebidas endulzadas con sacarina no tenían más de 5 calorías. El estudio también hizo que los participantes bebieran bebidas endulzadas con otras alternativas: aspartame y rebA; estas personas no aumentaron de peso. Los participantes que bebieron una bebida endulzada con sucralosa (lo que está en Splenda) perdieron peso y comieron menos durante el período de cuatro semanas.

Por último y no menos importante los especialistas enfatizan que los refrescos dietéticos crean muy malos hábitos alimenticios en las personas; ya que cuando se elige beber una opción de dieta, es más probable que se busque compensar ese “ahorro de calorías” con más comida. Un claro ejemplo, podría ser pedir postre. También se cuenta con una investigación publicada en The American Journal of Clinical Nutrition que sugiere que toda la gama de bebidas y refrescos dietéticos, pueden en realidad avivar el apetito, crean cierta adicción y nos hacen comer significativamente más.

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Refrescos light. /Foto: Getty images

2. Alimentos procesados “bajos en carbohidratos”

Probablemente esta sea la categoría de alimentos más peligrosa para la salud y el peso, lo que sucede es que estos productos que se venden como una opción saludable al ser “bajos en carbohidratos” tienen muchas sorpresas en su composición. Normalmente la información de su composición nutricional es confusa y rara vez destacan en la parte frontal de la etiqueta que utilizan alcoholes de azúcar para eliminar las sustancias naturales. Si bien existen muchas versiones de este tipo de productos, un buen consejo: los alcoholes de azúcar se encuentran comúnmente en alimentos etiquetados como “sin azúcar” o “bajos en azúcar”. Lo cierto es que los alcoholes de azúcar pueden aparecer con diferentes nombres en las listas de ingredientes: manitol, sorbitol, xilitol y eritritol. En genera se podría decir que todo elemento que no reconozcas y que termine en “ol”, es probable que también sea un alcohol de azúcar.

Ahora el problema con estas sustancia: se trata de sustitutos del azúcar, que se convierten en glucosa más lentamente que el azúcar regular y requieren muy poca insulina para ser digeridos, lo que la convierte en una opción más apta para la diabetes que el azúcar convencional, según información liberada por la Clínica de Cleveland. Si bien los alimentos endulzados con alcoholes de azúcar pueden ser bajos en carbohidratos y por ello una opción viable para la población diabética, no están exentos de calorías. La regla es simple, cuando se consumen de manera recurrente y en exceso, sin lugar a dudas derivarán en el aumento de peso.

Otro punto que no podemos dejar de mencionar es que los alcoholes de azúcar, han sido creados con el principal objetivo de endulzar los alimentos; por lo que es poco probable que los alimentos que los contienen sean saludables o que contengan nutrientes esenciales. De hecho, también se ha comprobado que este tipo de alimentos puede aumentar los antojos de dulces. Además, debido a que el estómago no los absorbe por completo, se ha descubierto que los alcoholes de azúcar tienen un efecto laxante y pueden contribuir en afecciones digestivas como gases, hinchazón y malestar estomacal general. Es importante tener especial cuidado con todo alimento que se venda como “sugar free” ya que invariablemente contienen alguna de estas sustancias, revisa siempre las etiquetas de cereales, galletas, panes, yogurts, tés y cafés embotellados, pudines y golosinas. 

Galletas. /Foto: Pxhere

3. Alimentos procesados “aptos para keto” y con un alto contenido en grasas saturadas

Es bien sabido que limitar la ingesta de grasas saturadas en la dieta, es una medida fundamental e inteligente para mantener un peso saludable y proteger la salud cardíaca. De cierta manera estar a dieta es sinónimo de olvidarnos del consumo de cualquier bocadillo lleno de grasa, peor aún los procesados. Teniendo en cuenta que la grasa es más alta en calorías que las proteínas y los carbohidratos, cualquier refrigerio rico en grasas de ley será alto en calorías. No es ningún secreto comerlos en exceso es una forma muy confiable de aumentar de peso. 

Con base en lo anterior resulta más fácil entender porqué los famosos planes de alimentación centrados en el consumo de grasas, como es el caso de la dieta cetogénica, por desgracia pasan por alto este importante punto. Es por ello que los expertos recomiendan tener especial cuidado con los refrigerios empaquetados y aprobados como “Keto”, desafortunadamente existe una amplia selección que tienden a estar cargados de grasas saturadas. Entre los principales elementos preocupantes en cualquier etiqueta se encuentran aquellos que contengan: aceite de coco y de palma, sustitutos del azúcar y/o aislados de proteínas. Si bien sabemos que las proteínas se asocian con un importante efecto saciante, las aisladas solo suelen activar el apetito y dejarnos con ganas de “más comida”. Y claro nunca serán un alimento que se compare en ningún sentido con los beneficios que aporta el consumo de proteínas integrales, que se asocian con un grandioso equilibrio de nutrientes esenciales. Lo cierto es que la industria ha creado todo tipo de alternativas cetogénicas, de tal modo que es normal encontrar numerosas opciones de cereales, panes, granolas, leches, yogurts, quesos, frutos secos, salsas, y condimentos. Apuesta por el consumo de legumbres, cereales integrales y semillas naturales.

Cereal keto. /Foto: Pexels

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