Qué sustituto del azúcar está científicamente comprobado que previene la diabetes

Un reciente estudio comprueba que el consumo cauteloso de sacarina en adultos sanos, no se asocia con efectos negativos sobre los niveles de glucosa

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Reducir el consumo de azúcar y sal es uno de los hábitos clave para la buena salud. Crédito: Shutterstock

La actual tendencia de salud nos invita a alimentarnos de manera más consciente y natural. Es por ello que en los últimos meses mucho se ha hablando acerca de las mejores recomendaciones alimenticias, enfocadas en prevenir todo tipo de enfermedades crónicas y vivir mejor. 

Sin lugar a dudas el azúcar es uno de los componentes más peligrosos para la salud humana y desde hace varios años se alerta a la sociedad moderna sobre los devastadores efectos de su consumo excesivo. Tal como lo sugiere este estudio, su consumo excesivo tiene una estrecha conexión con el desarrollo de condiciones degenerativas, como la obesidad, diversas afecciones cardiovasculares, diabetes, alteraciones en el sistema hepático y renal, padecimientos cognitivos y ciertos tipos de cáncer. Sólo por mencionar algunas.

Lo cierto es que la lucha contra el excesivo consumo de azúcares añadidos es dura, teniendo en cuenta que se encuentra en todo tipo de formas y presentaciones, inclusive en los alimentos más inesperados. Es un ingrediente sumamente utilizado en la industria alimentaria y que suele estar escondido en innumerables productos.

Es bien sabido que tanto el azúcar como los sustitutos del azúcar aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Y de hecho con base en ello han salido a la luz todo tipo de recomendaciones para reducir su consumo, sin embargo un reciente estudio podría comprobar lo contrario. 

Una nueva investigación sugiere que un determinado sustituto del azúcar puede no desempeñar ningún papel en la aparición de diabetes en adultos sanos. Según este reciente estudio publicado en la revista, Microbiome y que fue dirigido por investigadores del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio y la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Ohio, dice que la sacarina es uno de los edulcorantes artificiales que ya no debería ser motivo de preocupación con respecto a la prevención de la diabetes.  El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional de Alimentación y Agricultura. 

¿Por qué los endulcorantes artificiales tienen mala reputación?

En primer lugar es importante entender a ciencia cierta, la razón por la cual los endulcorantes son considerados tan nocivos para la salud. La sacarina es uno de los ocho edulcorantes artificiales que actualmente están aprobados por la FDA. De tal modo que si alguna vez has rociado un sobre de Sweet n ‘Low en una taza de café, te has percatado que la sustancia es hiperdulce. Sin embargo, debido actual incremento en el uso de edulcorantes artificiales no calóricos (NCAS) y alcoholes de azúcar, que se utilizan en una gran cantidad de bebidas y productos alimenticios sin azúcar y cetogénicos, la investigación ha cuestionado repetidamente la seguridad de estos edulcorantes alternativos.

Otro factor que tiene que ver con la percepción que se tiene sobre este tipo de endulzantes, es que muchas personas se sienten “desanimadas” con el simple hecho de relacionarlos con la palabra “artificial” y son intrínsecamente escépticos acerca de si podrían o no causar daño al cuerpo. La realidad es que también hay ciencia que respalda estos temores. Se cuenta con algunos estudios epidemiológicos y de intervención, que han mostrado correlaciones positivas entre el consumo de los edulcorantes artificiales no calóricos (NCAS) y el riesgo de diabetes tipo 2 y otros resultados metabólicos adversos. 

George Kyriazis, profesor de química biológica y farmacología en Ohio State y autor principal del estudio, enfatiza que se cuenta con otras referencias que es importante mencionar. Según un estudio de alto perfil, realizado principalmente en ratones mostró que la ingesta de NCAS indujo rápidamente la intolerancia a la glucosa, que causa niveles altos de azúcar en sangre y también puede causar efectos adversos en la composición de ciertas bacterias intestinales. Sin embargo aclaró que desde un punto de vista científico, estos resultados son variables y tienen cierta ambigüedad, ya que dependen de diversos factores. 

Por lo tanto el grupo de investigadores, se dispuso a aislar cualquier variable externa y diseñaron este estudio con humanos y ratones enfocado en explorar los efectos independientes de la alimentación con sacarina sobre la microbiota intestinal y la regulación de la glucosa. Además como referencia al margen, cabe mencionar que reconocidas organizaciones enfocadas en la salud, como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, el Comité Mixto FAO / OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios, la FDA de Estados Unidos, las Normas Alimentarias de Australia y Nueva Zelanda y Health Canada consideran que la sacarina y los siete edulcorantes bajos en calorías adicionales son seguros.

¿Qué encontró el estudio?

Retomando detalles más específicos sobre el estudio encabezado por el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio. Los investigadores contaron con la participación de 46 adultos sanos entre las edades de 18 y 45 años, con índices de masa corporal de 25 (el límite para el rango normal). A quienes les indicaron el consumo de una de tres variantes de cápsulas todos los días, durante el transcurso de dos semanas. Los participantes tomaron la cantidad diaria máxima aceptable de estas tres variantes: sacarina, lactisol (que impide que la lengua pruebe algo dulce), sacarina con lactisol o un placebo.

Y en los resultados fueron contundentes y reportaron no haber encontrado efectos de la suplementación con sacarina sobre la regulación de la glucosa ni cambios en la microbiota intestinal de los participantes. Otro dato relevante y que vale la pena mencionar es que la ingesta de sacarina que utilizaron en el estudio es prácticamente más del doble de la ingesta promedio de los consumidores más ávidos de sacarina en los Estados Unidos. 

Para mayor contexto: la cantidad diaria máxima aceptable de sacarina es de 400 miligramos, que es mucho más de lo que cualquier persona consumiría de forma regular, ya que este edulcorante artificial es significativamente más dulce que el azúcar de mesa. Para ser más específicos es de 300-400 veces más dulce que el azúcar, por lo que sólo se necesita un toque para brindar dulzura en cualquier preparación.

Por último y no menos importante cabe mencionar que los hallazgos de dicho estudio, no contradicen necesariamente los informes anteriores en los que se muestran algunos efectos metabólicos dañinos de la ingesta de NCAS. Por lo tanto en cualquier población un alto consumo de endulcorantes artificiales no calóricos (NCAS) puede tener resultados negativos para la salud que se adaptan a otros parámetros fisiológicos o dietéticos.

Sin embargo, podemos concluir que los adultos sanos que consumen alimentos o bebidas endulzadas con sacarina de vez en cuando no deberían preocuparse demasiado por los efectos secundarios adversos a largo plazo. E inclusive pueden consumir de manera segura la sacarina, sin poner en riesgo los niveles de azúcar en sangre. Recuerda: nada con exceso, todo con medida. 

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