Una razón más para despedirte de los alimentos fritos: Aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca

Somos lo que comemos. Los alimentos fritos no solo son altísimos en calorías y con escasos nutrientes, se relacionan con enfermedades cardíacas agudas y crónicas

Pollo frito

Crédito: Yanuar Putut Widjanarko | Pexels

Hoy en día  la calidad de la alimentación con la que basamos nuestro día a día; lo es todo. Es determinante en la prevención de enfermedades, el peso corporal, el rendimiento físico y mental e inclusive en el estado de ánimo. 

Lo cierto es que por fortuna cada día contamos con más referencias científicas que avalan las consecuencias negativas de seguir una alimentación deficiente, sobre todo cuando se trata de alimentos procesados, ricos en calorías y con muy bajo aporte nutricional. Si bien mucho se ha hablado acerca de lo peligrosos que pueden ser los productos ricos en grasas saturadas, azúcares, sodio y harinas refinadas, en los últimos meses mucho se ha hablado sobre los devastadores efectos de un alto consumo de alimentos fritos. 

De manera particular  ha llamado la atención un metaanálisis reciente, el cual fue publicado en la revista Heart. En dicho trabajo de investigación se ha encontrado que comer alimentos fritos está relacionado con un mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares importantes, incluidos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. El análisis examinó los resultados de 19 estudios, 17 de los cuales se referían a eventos cardiovasculares importantes y los últimos 6 estudios investigaron todas las formas de mortalidad. 

Los resultados más a detalle fueron los siguientes. Se incluyeron datos de 562,445 participantes y 36,727 eventos cardiovasculares importantes, con el fin de evaluar el vínculo con el riesgo de enfermedad cardiovascular. También recopilaron datos de seis estudios, que involucraron a 754,873 participantes y 85,906 muertes, para buscar asociaciones entre los alimentos fritos y la mortalidad. Los investigadores encontraron que, en comparación con los encuestados que comían la menor cantidad de alimentos fritos, los que comían más tenían un 28% más de riesgo de eventos cardiovasculares importantes, un 22% más de riesgo de enfermedad coronaria y un 37% más de riesgo de padecer enfermedades coronarias e insuficiencia cardíaca. El metanálisis también encontró que cada porción adicional semanal de 4 onzas de comida frita aumentaba el riesgo de insuficiencia cardíaca en un 12%, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en un 3% y enfermedades cardíacas en un 2%

Los especialistas enfatizan que el alto consumo de alimentos fritos, se relaciona con el estilo de vida y alimentación de la sociedad occidental; el cual es rico en carnes procesadas, grasas saturadas, azúcares refinados y carbohidratos, y baja en frutas, verduras, granos integrales y mariscos. Se ha comprobado a través de diferentes estudios que este tipo de dieta se considera un factor de riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. Cabe mencionar que en el metanálisis, los investigadores analizaron específicamente el efecto de los alimentos fritos, que son frecuentes en la dieta occidental, y cómo estos alimentos afectan la salud cardiovascular. 

¿Cuáles son las consecuencias de freír los alimentos?

Teniendo tantas técnicas culinarias saludables y bajas en calorías a nuestro alcance, optar por los alimentos fritos es cosa del pasado. Los alimentos cubiertos de harina y que terminan en una cocción frita,  suelen tener un alto contenido calórico. Y, como señalan los investigadores, uno de los grandes problemas es que “saben bien”, lo que hace que comerlos en exceso y recurrentemente sea una tentación.

Llama de manera particular y específica la atención, los alimentos característicos de los establecimientos de comida rápida y la razón es simple: muy a menudo contienen excesivas grasas trans. Es bien sabido el devastador efecto que este tipo de grasas tienen en el organismo, ya que suelen elevar los niveles de lipoproteína de baja densidad o colesterol “malo” y reducen los niveles de lipoproteína de alta densidad útil o colesterol “bueno”. Además, señalan los investigadores, las frituras aumentan la producción de subproductos químicos, que pueden afectar la respuesta inflamatoria del cuerpo. Es cierto que los científicos desde muchos años, nos han advertido sobre la directa relación que existe entre el consumo de alimentos fritos con el desarrollo de condiciones crónicas como la obesidad, diabetes tipo 2, enfermedad de las arterias coronarias e hipertensión.

Sin embargo, las investigaciones sobre los vínculos entre los alimentos fritos y las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad no habían arrojado resultados consistentes, observaron los autores del presente análisis. Con base en ello, se propusieron proporcionar evidencia definitiva que los médicos de todo el mundo pudieran utilizar al dar consejos dietéticos.

Lo cierto es que con estos estudios científicos, ya no tenemos más pretextos para seguir justificando el consumo de alimentos fritos. Hoy en día más que nunca sabemos que freír alimentos puede degradar su valor nutricional, generar grasas trans, que se sabe que son dañinas; sin mencionar el aumento en el contenido calórico de los alimentos, todo lo cual eventualmente conduce a procesos que pueden causar enfermedades cardíacas. Sin embargo no hay que olvidar que un alto consumo de alimentos fritos, no solo afectará la salud cardíaca, es la llave para padecer una larga lista de afecciones que deterioran y acortan la esperanza de vida, como es el caso de la hipertensión, diabetes, obesidad, poco rendimiento mental, bajos niveles de energía y alteraciones en el estado de ánimo. 

Tampoco podemos dejar de mencionar que los alimentos fritos, pueden contener un compuesto altamente dañino que se llama acrilamida. La acrilamida es una sustancia tóxica que se puede formar en los alimentos durante la cocción a alta temperatura, con especial énfasis en los alimentos fritos. Se forma por una reacción química entre los azúcares y un aminoácido llamado asparagina. Los alimentos con almidón como los productos de papa frita y los productos horneados suelen tener concentraciones más altas de acrilamida. Se sabe que un exceso de esta sustancia en el organismo es una de las principales causas de diversos tipos de cáncer. 

La recomendación de los especialistas es optar por técnicas de cocción suaves y que deterioren al mínimo el valor nutricional de los alimentos, tal es el caso preparaciones al vapor, asadas y al horno. También es igual de importante revisar con atención los aceites que utilizamos para cocinar, los más recomendados son: aceite de aguacate, de coco y por supuesto, aceite de oliva. También es fundamental cocinar en casa y evitar las comidas rápidas, finalmente todo se trata de lograr un buen equilibrio que nos permita el bienestar.

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