¿Tomar un refresco con cafeína es peor que tomar un café?

La cafeína es uno de los estimulantes naturales más poderosos y utilizados en la industria. Nunca será lo mismo la cafeína que contiene un refresco regular a una taza de café, descubre sus diferencias y efectos en la salud

Refresco

Crédito: Foto de Artem Beliaikin en Pexels | Pixabay

Estamos acostumbrados a considerar el café como la bebida con mayor contenido en cafeína, pero es importante saber que existen muchas otras alternativas cotidianas que la contienen. La cafeína es uno de los estimulantes naturales más populares y es por ello que es uno de los ingredientes más utilizados en el mundo.

El café y los refrescos son dos bebidas favoritas que muchos estadounidenses beben a diario. Ambos brillan por su contenido en cafeína, es por ello que gracias a sus propiedades estimulantes muchas personas recurren a consumirlas. Sin embargo se trata de productos completamente distintos, que se asocian con diversas consecuencias en la salud. La principal diferencia: su contenido en azúcar. 

En un estudio del Journal of Food Science se comprobó que el 80% de la población mundial consume un producto con cafeína todos los días, y esta cifra aumenta al 90% para los adultos en América del Norte. Con base en ello vale la pena prestar atención sobre sus efectos en el organismo y las mejores fuentes para consumir cafeína sin dañar nuestra salud.

Es cierto que existen diversas diferencias entre el café y los refrescos. La primera que es relevante mencionar, por supuesto es el contenido en cafeína. El café contiene significativamente más cafeína que los refrescos populares. Para mayor contexto: una taza de 6 onzas de café arábica tiene alrededor de 100 mg de cafeína y un trago de café expreso contiene alrededor de 70 mg, mientras que un refresco típico con cafeína aporta entre 25 y 50 mg de cafeína.

Mucho se ha dicho sobre el consumo de cafeína y sus efectos en la salud, de hecho se ha comprobado que en exceso puede tener consecuencias negativas sobre el sueño y la ansiedad. Sin embargo, los estudios también informan que tiene relevantes beneficios para la salud entre los que se destacan sus propiedades para quemar grasa y acelerar el metabolismo, mejorar el rendimiento físico y mental. Además, en proporciones adecuadas es un gran aliado para protegernos de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

A simple vista, por sus efectos primarios estamos acostumbrados a relacionar a los refrescos con un mayor aporte de energía, de hecho es normal sentirnos mucho más activos después de beber un refresco que una simple taza de café. La razón principal no nada buena y es su altísimo contenido en azúcar, misma que se relaciona con consecuencias devastadoras para la salud. De tal modo que podemos afirmar que no existe comparación alguna, entre los beneficios que aporta el café con respecto a los refrescos.

Los refrescos son bebidas procesadas que se distinguen por su contenido en conservadores, químicos y azúcar, que afectan el funcionamiento de todo el organismo, entre las que se destacan alteraciones en el sistema cardiovascular, el peso corporal y las medidas de cintura. Por su parte, el café aporta muchos más beneficios para la salud. Entre los principales llama la atención su alto contenido en antioxidantes que fortalecen al sistema inmune y son de gran ayuda en la prevención de enfermedades, a la vez es considerado un acelerador natural del metabolismo y potencia la quema de grasa corporal. El café también brilla por sus propiedades anticancerígenas, diuréticas y hepatoprotectoras. Además se cuenta con referencias científicas que avalan los beneficios del consumo de café para potenciar el funcionamiento cerebral, en concreto se sabe que su consumo mesurado puede reducir el riesgo de enfermedad de Parkinson y Alzheimer. Por supuesto que cualquier beneficio se puede ver afectado, si sueles consumir un latte de moca con crema y azúcar ¡No es nada bueno para el corazón ni el peso corporal! 

Llama la atención saber que el café y los refrescos siempre han tenido una relación inversa, desde la Segunda Guerra Mundial, cuando Coca-Cola introdujo a los soldados los refrescos por 5 centavos la lata. Podemos decir que cuando la popularidad de uno ha disminuido, la del otro ha aumentado. Lo cierto es que Estados Unidos se alejó del consumo de café después de la Guerra Mundial, la posible razón es que las principales empresas cafeteras del mundo comenzaron a producir café de baja calidad. Importaban granos robusta y café soluble, solían acortar los tiempos de tueste y agregaban agua a los granos de café. Durante la década de 1970, la calidad del café que se ofrecía en los Estados Unidos continuó disminuyendo y con ello muchos estadounidenses siguieron a los soldados y cambiaron a los refrescos.

Posteriormente en la década de 1980, comenzó una revolución que ha continuado hasta el día de hoy y la cultura del café comenzó a resurgir. A medida que la cultura creció, muchas personas volvieron a amar el café y también surgieron nuevos consumidores. A la par diversos investigadores médicos empezaron a desarrollar estudios en los que criticaban los efectos nocivos para la salud del consumo de refrescos y comenzaron a estudiar los efectos positivos del café. Lo demás es historia desde 2000, el cambio en el consumo de refrescos al de café ha sido especialmente frecuente. De hecho se cuenta con información que avala que entre los años 2000 y 2012 (cuando se actualizaron los datos), el consumo de refrescos se redujo en un 38% y el consumo de café aumentó en un 24%.

¿Cómo actúa la cafeína en el organismo? Al ser un poderoso estimulante, la cafeína ejerce un efecto intenso al entrar en el torrente sanguíneo. Actúa estimulando el cerebro y el sistema nervioso central, ayudándole a mantenerse alerta y a prevenir la aparición del cansancio. Y claro, es por este efecto que muchas personas suelen volverse adictas a la cafeína.

Para entender los efectos de la cafeína, es importante saber cómo actúa en el cuerpo: una vez consumida, la cafeína se absorbe rápidamente del intestino al torrente sanguíneo; desde allí, viaja al hígado y se descompone en compuestos que pueden afectar la función de varios órganos. Sin embargo es importante mencionar que el efecto principal de la cafeína sucede en el cerebro; funciona bloqueando los efectos de la adenosina, que es un neurotransmisor que relaja el cerebro y el responsable de hacernos sentir cansados. También suele aumentar los niveles de adrenalina en sangre y así incrementa la actividad cerebral de los neurotransmisores dopamina y norepinefrina. De tal modo que esta combinación de factores estimula al cerebro y promueve un estado de alerta, concentración y excitación. Debido a que afecta el cerebro, la cafeína a menudo se conoce como una droga psicoactiva. Además, tiene la peculiaridad de ejercer sus efectos rápidamente: la cantidad que se encuentra en una taza de café puede tardar tan solo 20 minutos en llegar al torrente sanguíneo y aproximadamente 1 hora en alcanzar la máxima eficacia.

De tal modo que el consumo de cafeína proveniente de las fuentes correctas, se considera un buen aliado para potenciar la salud. Sin lugar el café se encuentra entre sus mejores exponentes, que a su vez se relaciona con una inmensa capacidad de promover la longevidad, reduce el riesgo de muerte prematura y diversas enfermedades crónicas. Ahora ya lo sabes, la próxima vez que quieras combatir el cansancio y aumentar con algo de cafeína tus niveles de energía: siempre será mejor una taza de café negro, que un refresco.

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