Por qué los probióticos son importantes para mantener el hierro en la dieta de mujeres embarazadas

El embarazo constituye el periodo más importante del desarrollo humano. Durante esta etapa es indispensable que las mujeres obtengan todos los nutrientes necesarios y el consumo de probióticos es una magnífica adición para aumentar la absorción de hierro y prevenir la anemia

Embarazada

El aumento de peso durante el embarazo dependerá del peso actual de la madre. Crédito: Shutterstock

La dieta juega un papel fundamental en el buen desarrollo del embarazo. Es bien sabido que es una etapa en la que la mujer sufre numerosos cambios hormonales, que traen consigo necesidades nutricionales diferentes. Lo cierto es que cada fase del embarazo requiere unas necesidades nutricionales concretas tanto de energía como de micronutrientes, tanto para la madre como para el futuro bebé. Es un gran momento para poner especial énfasis en la alimentación, si bien seguir una dieta equilibrada, integral y libre de procesados es básico; el consumo de probióticos es simplemente esencial.

En el momento en que una mujer queda embarazada uno de los cambios importantes es el enlentecimiento de la digestión. El objetivo de esto es que el alimento permanezca durante más tiempo en el intestino y, en consecuencia, la absorción de nutrientes sea mayor. Posteriormente a partir del cuarto mes de embarazo empieza a aumentar el requerimiento energético y calórico de la futura madre, por lo tanto es necesario aumentar la ingesta de ciertos nutrientes. Entre las principales recomendaciones de los expertos se encuentra incrementar el consumo de los siguientes grupos de alimentos: hidratos de carbono complejos, proteínas de alto valor biológico, disminuir al máximo la ingesta de grasas saturadas y aumentar las grasas saludables, mayor consumo de alimentos ricos en calcio, hierro y yodo. Además cabe mencionar la ingesta de probióticos naturales y en suplementos, durante todo el embarazo es un hábito que se relaciona con grandes beneficios. 

Para ser más específicos: un nuevo estudio publicado en Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica encontró que tomar una cepa probiótica en particular mejora los niveles de hierro en mujeres embarazadas sanas y, por lo tanto, puede ayudar a prevenir la deficiencia de hierro. El trabajo de investigación contó con la participación de 326 mujeres sanas, quienes aleatoriamente  recibieron un placebo o la cepa probiótica Lactiplantibacillus plantarum (Lp299v) combinada con una dosis baja de hierro, ácido fólico y ácido ascórbico. Las mujeres tomaron el placebo o el producto probiótico combinado dos veces al día durante el embarazo y los hallazgos fueron contundentes: en comparación con tomar el placebo, la ingesta cotidiana del producto probiótico redujo la prevalencia de deficiencia de hierro (78% versus 59%) y anemia por deficiencia de hierro (21% versus 7,4%) hacia el final del embarazo.

Los investigadores concluyeron que la cepa Lp299V junto con una dosis baja de hierro: aumenta la absorción del hierro y demostraron que la ingesta de este tipo de suplementos se traduce en un mejor estado del hierro en mujeres embarazadas. Cabe mencionar que la deficiencia de hierro es especialmente común durante el embarazo, en mujeres en edad fértil y también es considerada una de las deficiencias nutricionales más populares en la población. Los especialistas señalan que a menudo se recomiendan suplementos de hierro en dosis altas. Dado que estos suelen tener efectos secundarios como dolor de estómago y estreñimiento, se necesitan nuevas soluciones, sobre todo para una población sensible como lo son las mujeres embarazadas.  De tal modo que este producto probiótico podría ofrecer un enfoque novedoso y seguro para mejorar el estado del hierro durante el embarazo.

Además por supuesto, tanto nutricionistas como médicos coinciden en la importancia de aumentar el consumo de hierro a través de la ingesta de productos frescos y de temporada. Los principales alimentos que lo contienen son las carnes rojas, los mejillones, el huevo, el pescado, las espinacas, el pavo, la quinoa, las semillas y las legumbres. Para combatir la anemia ferropénica que suele darse en algunos casos de mujeres embarazadas, también es necesario ingerir cantidad suficiente de vitamina B12 (presente en la carne, el pescado, los huevos y los lácteos) y ácido fólico (presente en los espárragos, las espinacas, los guisantes, la col, los frutos secos, el huevo y la carne). Además es indispensable consumir diariamente alimentos ricos en vitamina C, son esenciales para una adecuada asimilación del hierro de la dieta.

Por último y no menos importante cabe mencionar que en la investigación sobre el uso de probióticos durante el embarazo, no ha habido asociaciones con abortos espontáneos o malformaciones de ningún tipo. Además, un metanálisis realizado por investigadores canadienses no encontró asociación con el uso de probióticos y la incidencia de cesárea, peso al nacer o edad gestacional. De hecho diversas organizaciones de salud a nivel mundial han concluido que no parece haber ningún riesgo de uso de probióticos para las mujeres embarazadas o en período de lactancia.

Si bien la investigación continuará, los científicos han descubierto que las bacterias buenas que contienen los probióticos atacan a los invasores destructivos. Por lo tanto ayudan a reducir las bacterias malas en el cuerpo, en el caso específico de las mujeres embarazadas; los probióticos ya sean de alimentos o suplementos, ayudan a que el sistema digestivo funcione de manera más eficiente. También intervienen de manera muy positiva en la salud intestinal y reducen las bacterias malas, limitando la probabilidad de experimentar complicaciones de salud durante todo el embarazo. 

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