México-americanos de Nueva York harían la diferencia si se registran y votan
Expertos y activistas comunitarios coinciden en que urgen líderes que motiven a esa comunidad a participar en el proceso electoral municipal
Diversas nacionalidades conforman el tejido social del archipiélago neoyorquino y notoriamente de entre los grupos que integran a la comunidad hispana sobresalen tres principales: puertorriqueños, dominicanos y mexicanos; estos últimos representan el 14 por ciento del pópulo, un poco más de 300 mil personas.
“La comunidad puertorriqueña y dominicana son numéricamente las más grandes y significativamente más grandes que la mexicana, que está seguida por las comunidades colombiana, ecuatoriana y peruana”, explicó el doctor Héctor Cordero-Guzmán, profesor del Marxe School of Public and International Affairs Baruch College of the City University of New York (CUNY)
“Aunque el crecimiento de la población mexicana ha sido vertiginoso, su fuerza política es limitada debido a que la comunidad está dispersa, contrario al caso de la población dominicana que se concentra principalmente en Washington Heights -al norte de Manhattan- y eso le ha permitido fortalecer su poder político y representatividad a través de concejales”, comentó el académico en entrevista.
Al hablar del ámbito político, “tan competitivo y muy luchado”, dijo que una de las vicisitudes que deben sortear los méxico-americanos dispuestos a hacer valer su voto en las urnas, son algunas barreras, “como ciertos patrones de apadrinamiento que requieren trabajo organizado de la comunidad, es decir, organizando a los votantes para que salgan a las elecciones a tumbar la maquinaria vieja”.
El piélago veleidoso: los votantes mexicanos
Originario de Zacatecas, México, -paisano del poeta López Velarde (1888-1921)- el ingeniero químico Joel Magallán es el director ejecutivo de Asociación Tepeyac y está convencido de que la clave del proceso político en la ciudad de Nueva York es el registro de los votantes.
“En la Asociación hemos trabajado arduamente para que la gente se registre, pero para eso se necesita dinero y nunca hemos encontrado la disposición de los que proveen los fondos para que (los mexicanos) podamos hacer una buena y gran campaña con el objetivo de registrar a los votantes méxico-americanos, porque (los políticos americanos) saben que hay muchísimos nacidos aquí y pudieran ser la diferencia en las elecciones. ¡En cualquier elección!”, agregó.
Entrevistado vía telefónica, desde su oficina en Time Square, Magallán detalló que de manera desafortunada, “la comunidad mexicana está muy verde, desde el momento en que tenemos tanta gente que nació aquí y no está registrada para votar”.
“La gente solamente entiende la importancia del voto cuando papá o mamá son indocumentados y en algunos casos ya hasta fueron deportados, pero se tuvieron que regresar para continuar su vida de padres de familia responsables de sus hijos; es hasta entonces cuando entienden que hay que registrarse para votar”, adujo.
Hoy como nunca…
El titular de Asociación Tepeyac, fue muy enfático al decir que hoy como nunca, a la comunidad mexicana le hacen falta líderes que motiven y arrastren a la población. “Los políticos americanos saben lo que significa que las poblaciones estén conscientes de sus derechos y obligaciones”.
“Yo creo -manifestó- que tanto demócratas como republicanos prefieren que no tengamos fondos para realizar campañas y crear consciencia en nuestras comunidades, porque saben lo que podría pasar: que los líderes que están dirigiendo todo el tiempo los partidos, cambiarían. ¡Pero eso no sucederá mientras no despertemos y busquemos nuestro derecho a ser elegidos y a elegir! Es una buena táctica no dar fondos”.
El minuto cobarde
El líder mexicano puntualizó que cuando se inició el proceso de elección del concejal méxico-americano, Carlos Menchaca en Brooklyn, fue difícil, “porque la tarea de los voluntarios era acercarse a los jóvenes que son ciudadanos y conseguir las firmas para que el candidato a concejal fuera registrado, pero nadie quería colaborar. La mayoría de los méxico-americanos jóvenes decían: ‘a mí no me interesa la política’. Tuvimos que hablar con las mamás para que convencieran a los muchachos y votaran”.
“Definitivamente creo que la importancia de formar políticamente a la gente nos toca a todos, no solamente a las organizaciones como Tepeyac, sino también a los padres de familia, las escuelas y las universidades. Si no lo hacemos entre todos es un poco difícil”, aseveró.
Pero añadió que no todo acaba con la elección. “Es un proceso global, en esa ocasión salieron 3 mil votos nuevos; ¡eso es un trabajo! Pero si los concejales una vez que llegan al puesto no se acuerdan de llamar a los jóvenes que votaron por ellos y no hicieron nada por los jóvenes, los muchachos siguen igual o peor, sin motivación y sin interesarse en la política”.
“Ese concejal nunca más volvió a vernos, a llamarnos o a organizar una fiesta para celebrar con todos. ¿Entonces?
Asimismo dejó en claro que sí existen algunos méxico-americanos muy conscientes, “que saben, que nuestra comunidad no va a progresar mientras no tenga vínculos con los partidos”, tanto Demócrata como Republicano.
“Tantas cosas que podrían mejorar y se podrían cambiar si tuviéramos un concejal méxico-americano que entendiera la situación de su gente”, concluyó.
-Este artículo ha sido elaborado como parte de la Beca de Informes Electorales (Elections Reporting Fellowship) del Center for Community Media