Protestas en Cuba pesan como papa caliente
La falta de vacunas, de atención médica y el drama por la pérdida de millones de empleos deja a todos en situación de desventaja y al borde de un ataque de nervios
Tanto en Cuba como en otros países se han realizado protestas contra el régimen. /Getty Images Crédito: Getty Images
Las recientes protestas callejeras en la isla de Cuba, el prolongado paro en Colombia y los disturbios en Perú, entre otros problemas de nuestros países, suenan como campanazo de alerta para los gobiernos que parecen desconectados de la población.
Los colombianos sorprendieron al mundo con el prolongado paro en rechazo a la reforma de impuestos, a la ley de salud y al sistema de pensiones. Y para el martes 20 de julio, justo en el Día que conmemoran su Independencia, el problema volverá a sonar porque insistirán en que esos cambios no pueden adoptarse en un país empobrecido por la corrupción y pandemia del Coronavirus.
En Perú los disturbios se dieron cuando Keiko, la hija de Alberto Fujimori, exigió el reconteo de votos de la segunda vuelta en la que se confirmó el triunfo como presidente peruano de su rival Pedro Castillo Terrones por escaso margen, pero ella perdió y quedó en la mira de la justicia que también la investiga.
De regreso a Cuba, se revive el debate sobre el embargo de Estados Unidos a la isla tras las protestas ciudadanas y debido a los problemas económicos que se agudizaron con la crisis de salud mundial y la falta de vacunas para salvar más vidas de los isleños.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel recordó que la ONU volvió a condenar el embargo comercial de hace décadas, pero al mismo tiempo dijo que combatiría la protesta contra su gobierno.
La noticia acaparó titulares en todo el mundo, después de más de 60 años de silencio ante Fidel Castro, miles de descontentos gritaban en contra del gobierno en el que ya no están los hermanos Fidel ni Raúl Castro.
Todos esos focos de violencia deberían ser tenidos en cuenta en la región por los problemas que significan para el futuro.
Pero nos preguntamos si los dueños del poder están dispuestos a escuchar y entender el clamor de los ciudadanos de a pie que necesitan un alivio, especialmente ahora que el Covid-19 azota a casi todos los países sin distinción, y que en las naciones en desarrollo se siente más.
La falta de vacunas, de atención médica y el drama por la pérdida de millones de empleos deja a todos en situación de desventaja y al borde de un ataque de nervios.
Por eso los dueños del poder deberían entender que esas voces de descontento claman justicia para que sus familias tengan calidad de vida y un ingreso justo para llevar el pan a su mesa sin tener que gritarlo en las calles.
Sofía Villa es Producer Writer Univision NY. Esta columna fue preparada a título personal por la autora y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.
