7 datos sobre la diabetes y el consumo de alcohol

El consumo de alcohol es una de las costumbres más de cuidado cuando se padece diabetes tipo2. Afecta directamente al hígado y su trabajo de regular el azúcar en la sangre, puede interferir con algunos medicamentos, aporta muchas calorías y carbohidratos que pueden intervenir en el aumento de peso

Consumo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol deshidrata al organismo, deteriora la salud intestinal y afecta las células inmunes.  Crédito: Giovanna Gomes on Unsplash | Unsplash

La diabetes es considerada una de las enfermedades crónicas más recurrentes en la sociedad moderna. De acuerdo con información actualizada por la Organización Mundial de la Salud, la prevalencia de esta enfermedad ha aumentado más rápidamente en los países de ingresos medianos y bajos que en los de rentas altas. Lo cierto es que cada día se cuenta con más referencias científicas en las que se demuestra la estrecha relación entre la diabetes y el estilo de vida, específicamente la alimentación. De tal modo que todos nuestros hábitos cotidianos influyen en la prevención y buen control de la diabetes tipo 2: seguir una dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal, el buen descanso, evitar el consumo de tabaco y alcohol. 

Teniendo en cuenta que la diabetes es una de las principales causas de muerte en el mundo y que a largo plazo se relaciona con significativos deterioros en la calidad de vida, como la ceguera, insuficiencia renal, infarto miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores. Vale la pena poner en marcha todas las acciones pertinentes en su prevención. Una de las más relevantes es el consumo de alcohol, de hecho no es ninguna novedad decir que las personas con diabetes deben de tener especial cuidado cuando se trata de beber alcohol: es un hábito que suele empeorar algunas de las complicaciones asociadas con la diabetes. La razón principal es que el alcohol afecta directamente al hígado y su trabajo de regular el azúcar en la sangre. 

El hígado libera glucosa al torrente sanguíneo según sea necesario para ayudar a mantener el azúcar en la sangre a un nivel normal. Lo que sucede cuando tomamos alcohol, es que el hígado necesita descomponerlo y mientras lo procesa deja de liberar glucosa. Como resultado, el nivel de azúcar en la sangre puede caer velozmente, lo cual aumenta el riesgo de sufrir una reducción de azúcar en sangre (hipoglicemia). Además en los casos de personas que se inyectan insulina o toman ciertos tipos de medicamentos para la diabetes, se corre aún más riesgo de causan una reducción grave del nivel de azúcar. Lo mismo sucede cuando se ingieren bebidas alcohólicas sin comer. Por lo tanto, el riesgo de bajo nivel de azúcar en sangre permanecerá durante horas después de tomar el último trago. Entre más alcohol se consuma, mayor será el riesgo. 

Con base en ello nos dimos a la tarea de recopilar 7 datos muy útiles sobre el consumo de alcohol y la diabetes. Al crear consciencia en estos puntos será mucho más fácil prevenir y controlar el riesgo de padecer diabetes y algunas de sus principales complicaciones.

1. El alcohol interactúa con los medicamentos para la diabetes

Una de las principales consecuencias del consumo de alcohol es que puede hacer que los niveles de glucosa en sangre aumenten o disminuyan, todo dependerá de la cantidad que se beba. Algunas píldoras para la diabetes (incluidas las sulfonilureas y las meglitinidas) también reducen los niveles de glucosa en sangre al estimular el páncreas para que produzca más insulina. La combinación de los efectos hipoglucemiantes del medicamento con el alcohol puede provocar hipoglucemia o “shock de insulina”, que es una emergencia médica.

2. El alcohol evita que el hígado haga su trabajo

Como lo mencionamos en un inicio el hígado se relaciona con funciones básicas, sin embargo una de las principales es almacenar glucógeno (la forma almacenada de glucosa) y esto lo hace con el objetivo de tener una fuente disponible de de glucosa cuando no hemos comido. Cuando bebemos alcohol, el hígado tiene que trabajar mucho más para eliminarlo de la sangre, en lugar de trabajar para regular el azúcar/glucosa en sangre. Y es por está razón, que bajo ninguna circunstancia una persona con diabetes debe beber alcohol cuando su nivel de glucosa en sangre este bajo. 

3. Nunca bebas alcohol con el estómago vacío

Este es uno de los principales consejos sobre el consumo de alcohol y diabetes, el cual no tiene que ver con ponerte borracho más rápido. Los alimentos juegan un papel importante, ya que ralentizan la velocidad en la que se absorbe el alcohol en el torrente sanguíneo. Por lo tanto es indispensable comer las tres comidas principales del día en tiempo y forma, además de consumir un refrigerio que contenga carbohidratos complejos si se va beber alcohol.

4. Siempre mide el nivel de azúcar en sangre antes de beber cualquier bebida alcohólica

Esta es una de las principales medidas de prevención que cualquier diabético debe tomar en cuenta, es indispensable tomar una medición previa del nivel de glucosa en sangre. El alcohol afecta la capacidad del hígado para producir glucosa, por lo tanto siempre será una acción responsable y prudente. Además es importante conocerse y tener claros nuestros límites, recuerda que beber demasiado alcohol puede hacer que se confundan algunos síntomas de la hipoglucemia como sentirse mareado, somnoliento y desorientado. En ese caso será necesario comer algo o bien consumir alguna tableta de glucosa.

5. El alcohol puede causar hipoglucemia

A los pocos minutos de beber alcohol y hasta 12 horas después, el alcohol puede hacer que baje el nivel de glucosa en sangre. Por lo tanto después de beber alcohol, siempre se deberán monitorear los niveles y así garantizar que se está en una zona segura. En caso de detectar un nivel de azúcar bajo, es importante consumir un bocadillo para subirlo. 

6. No olvides las calorías y los carbohidratos

Las bebidas alcohólicas como la cerveza y las bebidas mezcladas azucaradas son ricas en carbohidratos, lo que puede causar un aumento en los niveles de azúcar en la sangre. También es muy importante tener en cuenta que el alcohol contiene muchas calorías, lo cual puede conducir a un aumento de peso. Es bien sabido que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo que dificultan el control de la diabetes. Además, las calorías del alcohol se almacenan en el hígado como grasa. Y la grasa del hígado hace que las células del hígado se vuelvan más resistentes a la insulina y puede incrementar el nivel de azúcar en la sangre con el tiempo.

7. Conoce tus límites

Este es uno de los mejores consejos para conservar un buen estado de salud en general, sobre todo cuando se trata de comida y bebida. Y en el caso de las personas con diabetes es aún más relevante, es muy importante tener un acercamiento médico para conocer cuánto alcohol se puede beber sin peligro y dependiendo del estado de salud de cada persona, las medidas podrán variar. Existen algunos casos en los cuales no se puede ingerir alcohol en absoluto. Normalmente la medida general establecida por médicos y profesionales, es que las mujeres con diabetes no tomen más de una bebida alcohólica al día. Los hombres no deberían consumir más de dos, finalmente no existe nada mejor que la cautela y moderación, sin embargo es una medida aún más determinante en las personas que padecen enfermedades crónicas.

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