Hipertensión y enfermedades cardíacas: porqué una dieta basada en plantas es el esquema de prevención y control más recomendado

Seguir una dieta basada en plantas es una pauta dietética repleta de bondades para la salud. Un reciente estudio con el sustento de 32 años de seguimiento, descubrió que apostar por una dieta basada en alimentos de origen vegetal puede reducir hasta en un 52% menos de posibilidades de enfermedades cardiovasculares e hipertensión

vegetales frescos

El consumo de alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas (A, C y E) y minerales como el zinc, juega un papel indispensable en la protección ocular.  Crédito: Shutterstock

En los últimos meses todas las tendencias de nutrición y medicina hablan sobre los beneficios de seguir una dieta basada en plantas. Sus bondades son innegables, es uno de los mejores esquemas para prevenir enfermedades, ganar salud y mejorar la esperanza de vida. Recientemente salieron a la luz dos estudios publicados en el Journal of the American Heart Association, en los cuales se comprobó que comer más alimentos de origen vegetal es saludable para el corazón a cualquier edad. De manera contundente estos trabajos de investigación avalaron los beneficios de seguir una dieta basada en plantas, para mejorar la salud del corazón y protegerlo de enfermedades cardíacas en dos grupos específicos: adultos jóvenes y mujeres posmenopáusicas. Los dos estudios se llevaron a cabo de manera separada y analizaron las diferentes medidas de consumo de alimentos vegetales saludables. Y encontraron que ambos grupos tenían menos ataques cardíacos y tenían menos probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares cuando comían alimentos vegetales más saludables.

De acuerdo con las recomendaciones dietéticas y de estilo de vida que propone la American Heart Association, un patrón dietético saludable es el que enfatiza la ingesta de una variedad de frutas y verduras, granos integrales, productos lácteos bajos en grasa, aves y pescado sin piel, nueces y legumbres y aceites vegetales no tropicales. También aconseja un consumo limitado de grasas saturadas, grasas trans, sodio, carnes rojas, dulces y bebidas azucaradas.

El primer estudio fue titulado “Una dieta centrada en las plantas y el riesgo de enfermedad cardiovascular incidente durante la edad adulta joven o media” y se basó en evaluar si el consumo a largo plazo de una dieta centrada en las plantas y un cambio hacia una dieta centrada en las plantas, a partir de la edad adulta temprana están asociados con menor riesgo de enfermedad cardiovascular en la mediana edad. De acuerdo con Yuni Choi, el autor principal del estudio e investigador postdoctoral en la división de epidemiología y salud comunitaria de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minneapolis: “La investigación anterior, se centró en nutrientes individuales o alimentos individuales, sin embargo, hay pocos datos sobre una dieta centrada en las plantas y el riesgo a largo plazo de enfermedad cardiovascular.”

¿En qué consistió el estudio? Choi y sus colegas examinaron la dieta y la aparición de enfermedades cardíacas en 4.946 adultos inscritos en el estudio de Desarrollo de riesgo de arteria coronaria en adultos jóvenes (CARDIA). Los participantes tenían entre 18 y 30 años en el momento de la inscripción (1985-1986) en este estudio y no tenían ninguna  enfermedad cardiovascular en ese momento. Cabe mencionar que estos participantes incluyeron: 2.509 adultos negros y 2.437 adultos blancos (54,9% mujeres en general) que también fueron analizados por nivel de educación. Fueron sometidos a ocho exámenes de seguimiento desde 1987-88 hasta 2015-16 y estos incluyeron pruebas de laboratorio, mediciones físicas, historiales médicos y evaluación de factores de estilo de vida. AA los participantes no se les indicó que comieran ciertas cosas y no se les informó su puntaje en las medidas de la dieta, por lo que los investigadores pudieron recopilar datos no sesgados de la dieta habitual a largo plazo.

Después de entrevistas detalladas sobre el historial de la dieta, la calidad de las dietas de los participantes se calificó según el puntaje de calidad de la dieta A Priori (APDQS) compuesto por 46 grupos de alimentos. Estos fueron clasificados en tres categorías: alimentos beneficiosos (como frutas, verduras, frijoles, nueces y cereales integrales); alimentos adversos (como papas fritas, carnes rojas con alto contenido de grasa, bocadillos salados, pasteles y refrescos); y alimentos neutros (como patatas, cereales refinados, carnes magras y mariscos). Los hallazgos fueron sorprendentes: los participantes que recibieron puntuaciones más altas comieron una variedad de alimentos beneficiosos, mientras que las personas que tenían puntuaciones más bajas comieron más alimentos adversos. Los valores más altos corresponden a una dieta basada en plantas y rica en nutrientes. 

Los hallazgos fueron contundentes y tiene el sustento de 32 años de seguimiento: 289 de los participantes desarrollaron enfermedades cardiovasculares (que incluyen ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca, dolor de pecho relacionado con el corazón o arterias obstruidas en cualquier parte del cuerpo). Cabe mencionar que las personas que comieron más alimentos vegetales más ricos en nutrientes y menos productos de origen animal evaluados negativamente, tenían un 52% menos de probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares. En el estudio se consideraron diversos factores como la edad, sexo, raza, consumo calórico promedio, educación, antecedentes de enfermedad cardíaca de los padres, tabaquismo y actividad física promedio. 

Un dato bastante interesante fue que entre los años 7 y 20 del estudio, es decir cuando las edades de los participantes oscilaban entre los 25 y los 50 años, aquellos que mejoraron más la calidad de su dieta a través de un mayor consumo de alimentos vegetales beneficiosos y menos productos animales evaluados negativamente. Presentaron un maravilloso 61% menos de probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares posteriores.

Otro dato que es importante mencionar es que había pocos vegetarianos entre los participantes, por lo que el estudio no pudo evaluar los posibles beneficios de una dieta vegetariana estricta. Es decir aquella que excluye todos los productos de origen animal, incluida la carne, los lácteos y los huevos.

Cabe recalcar que una dieta nutricionalmente rica y centrada en plantas es realmente beneficiosa para la salud cardiovascular, sin embargo de acuerdo con los expertos es fundamental aclarar que no es necesariamente vegetariana. Las personas pueden elegir entre alimentos vegetales que sean lo más naturales posible y sobre todo apostar por los no altamente procesados. Mientras que incluyen el consumo de productos de origen animal con moderación y de manera ocasional, como sucede con las aves de corral, pescado, huevos y lácteos.

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