Los sabios que perdimos por la pandemia

En 2020 se subvaloraron los fallecimientos de los adultos mayores

Ex gobernador Andrew Cuomo.

Ex gobernador Andrew Cuomo. Crédito: AFP / Getty Images

En el informe a la asamblea en Albany sobre el supuesto encubrimiento por las fallas del gobernador Andrew Cuomo, relacionado con las muertes en los ancianatos, hay mucho más que números, pues fueron años de sabiduría que se perdieron por el Covid-19.

En 2020 se subvaloraron los fallecimientos de los adultos mayores, no sólo porque Cuomo no quería dañar sus cifras sobre la pandemia, si no porque desde el principio hubo una especie de alivio, ya que las generaciones más jóvenes parecían menos propensas a enfermar por el coronavirus, mientras los adultos por encima de los 65 años eran blanco del virus.

El escritor Frank Bures decía en un artículo reciente que antes se pensaba que las guerras eran más devastadoras porque morían los más jóvenes sin saber cuántos genios caían en esos combate, pero el año pasado, los ancianos aparecieron como las víctimas indefensas de un virus traicionero, que mataba, casi sin saber cómo ni dónde se pegó, acabando con la experiencia y el conocimiento que quizás nunca alcanzaremos a medir entre los músicos, compositores, creadores, científicos o los doctores que fallecieron.

Decía Bures que ahora somos una especie de fanáticos de los jóvenes y se volvió feo madurar por la gerontofobia que provoca pánico a los años, en una especie de culto a la adolescencia en la que gastamos millones de dólares en productos para reducir los signos del envejecimiento que nada puede parar.

Y coincido con su análisis cuando dice que no son comparables las muertes de ancianos o jóvenes. Aunque cualquier fallecimiento es una pérdida, las generaciones que ahora son víctimas fáciles del virus sobrevivieron a: la segunda guerra mundial, a la de Corea y la de Vietnam; y escaparon a la pandemia de: la gripe española, la del pollo, la gripa porcina, además del virus del sida, entre otros demonios.

Tenían todo un mundo de experiencias para ayudarnos en el inmediato futuro por la historia de supervivencia que ya no podrán contarnos.

Los temores de la administración Cuomo de que supuestamente el gobierno de Donald Trump podría manejar los datos contra el gobernador de New York son creíbles, y en entre esa maraña política quedaron atrapados los más de 90.000 residentes de centros de cuidado donde apenas reportaron casi la mitad de las víctimas.

El argumento de la defensa es bueno, no querían duplicar los datos de las muertes en los hospitales, pero las cifras no cuadran y Cuomo está en problemas porque pasó de héroe a villano, tras recibir más de $5 millones por su libro sobre la pandemia mientras nosotros perdimos ese conocimiento.

Sofía Villa prepara esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Univision Communications Inc.

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